Con un prontuario delictivo mucho menor al que pesa sobre las espaldas del ex presidente argentino, a cualquiera del resto de los mortales se nos hubiera guardado tras las rejas en cumplimiento de una pena acorde al raid criminal, del cual -pruebas mediante- se nos acusa. Porque tal como reza el refrán, “No es lo mismo la justicia que reciben los pobres que aquella que juzga a los ricos”.
El listado de delitos económicos y de otras índoles que acumula el ahora líder de la oposición es tan extenso que bien podría caber en el segundo capítulo –si lo hubiera- de “Primer Tiempo”, la autobiografía que por estos días el susodicho está presentando en España. Precisamente allí es donde Mauricio Macri ha recibido la noticia de su imputación por enriquecimiento ilícito que la Oficina Anticorrupción ya ha puesto en marcha.
Al parecer, al llegar a la presidencia argentina, el ex mandatario olvidó declarar parte de su patrimonio. Unos 54.286.824 millones de pesos que fueron transferidos al “fideicomiso ciego” que anunció el propio Macri en su rol de presidente tras el escándalo de los Panamá Papers.
La Oficina Anticorrupción sospecha de “lavado de dinero” y “evasión tributaria” en la “omisión maliciosa” de la declaración jurada de bienes; una variante de “enriquecimiento ilícito”. Anticorrupción descubrió que varias operaciones de la firma Agropecuaria del Gauyquiraro (Agro G.S.A.), iban mediante transferencia al fidecomiso ciego creado por el propio Macri durante su primer año de gestión. Estas transferencias le permitieron a la firma hacerse de la suma de 570 mil dólares entre 2017 y 2020; monto que al término del contrato de fideicomiso fue reintegrado al por entonces presidente argentino.
La presentación, que quedó a cargo de la jueza María Servini de Cubría, explica cómo Macri adquirió acciones de la compañía por un total de 5.064.938 pesos (53.000 dólares) "provenientes de un ilícito penal", hecho que se habría concretado entre el 02/09/13 y el 12/04/16, con la doble finalidad de otorgarle apariencia de licitud al dinero espurio invertido, y que éste genere futuros dividendos también aparentemente lícitos.
La imputación al ex presidente argentino llega cuando la oposición se encuentra fragmentada, aunque en plena campaña de cara a las elecciones primarias que se celebrarán el próximo mes de noviembre. De haber sido reveladas las incontables causas de corrupción que ya acarreaba Macri como Jefe de Gobierno Porteño, su carrera hubiese quedado trunca antes de llegar a la presidencia. Sin embargo el stablishment y sus medios hegemónicos le han lavado la cara para que oficie de gerente y guardián de los intereses de dicha casta. Se la han lavado del mismo modo que Macri y los suyos lo han hecho con el dinero propio, y también con el de todos los argentinos. Quizás sea esta finalmente la imputación que nos libre de un Segundo Tiempo.
