El crimen de George Floyd reaviva las tensiones raciales
Tal como lo denunciara Martin Luther King II en 2013, “en Estados Unidos el color de la piel continúa siendo una licencia para arrestar, detener e incluso asesinar a alguien”. Desde la sentencia pronunciada por el hijo de aquel reverendo que luchó por los derechos del hombre negro, la violencia policial contra ciudadanos afroamericanos se ha incrementado, y ahora se visibiliza a través de las redes sociales.
Esta vez la víctima del odio racial ejercida por un policía de Minneapolis fue George Floyd, que suplicó por su vida mientras el agente lo mantenía inmovilizado, aplastándole el cuello contra el suelo. “No me mate. No puedo respirar”, fue lo último que a Floyd se le escuchó decir. Horas más tarde falleció en el centro de salud Condado Hennepin. El hecho ocurrió el lunes, aunque la ola de protestas que se desató de costa a costa de los Estados Unidos se inició inmediatamente después de que se hicieran públicas las imágenes del crimen a través de las redes sociales. Y la llama de las tensiones raciales volvió a avivarse.
En 2006 el FBI publicó un informe llamado “La infiltración del supremacismo blanco en la aplicación de la ley”. Este informe pormenoriza en cómo los grupos supremacistas blancos ocupan los departamentos de policía
El video que da cuenta del suceso fue grabado por una transeúnte con su teléfono móvil en mitad de la calle. En este se puede ver a un agente, identificado por las autoridades locales como Derek Chauvin,
Este nuevo asesinato racista ha desatado grandes movilizaciones en los Estados Unidos. Facebook Live fue la ventana a través de la cual quedó expuesta la brutalidad y el odio de una fuerza policial siempre dispuesta a desvincularse de toda responsabilidad bajo la excusa de la “resistencia a la autoridad”. “Las vidas negras importan”, “No podemos respirar”, fueron algunas de las consignas proclamadas por las miles de personas que se movilizaron en Minnesota. El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, criticó la brutalidad del accionar policial. “Durante cinco minutos vemos cómo un agente blanco apretó su rodilla en el cuello de un hombre negro. Cinco minutos. Cuando uno escucha que alguien clama por socorro, se supone que hay que socorrer”.
El crimen de Floyd no hace más que reafirmar el racismo estructural que las políticas de Trump no han