viernes. 26.04.2024
IndustriALL
Protesta de los trabajadores de Salcomp (Foto: IndustriALL)

Estamos acostumbrados a hablar de China en relación con las cadenas de producción, de suministro, de las grandes multinacionales de este mundo, y por ello en la defensa del “trabajo decente”. De China como “taller del mundo”; también de China como un gran e incipiente “mercado del mundo”. ¡PERO YA NO BASTA!

Esta afirmación viene provocada por una reciente noticia sobre una agresión a los derechos del trabajo en Turquía, la respuesta sindical provocada y una importante victoria conseguida por la clase trabajadora turca.

Se trata de lo sucedido estos meses de agosto y septiembre en la fábrica de cargadores de “teléfonos inteligentes” de SALCOMP en Estambul, una multinacional de origen finlandés comprada por la china Lingyi ITech y convertida en SALCOMP-SHENZEN, con nueva sede en Guandong (China). Tras una fuerte inversión, su fábrica de Estambul (Turquía) se ha convertido en filial o subcontratista de la multinacional china XIAOMI (la segunda productora mundial de teléfonos inteligentes) y tiene previsto pasar de 800 a 2.000 trabajadores y fabricar nada menos que 4.000 millones de cargadores de teléfonos móviles, además de ordenadores y otros electrodomésticos, para XIAOMI.

En agosto de este año el sindicato turco Türk Metal desarrolló una activa afiliación en esta fábrica de Estambul. La respuesta empresarial fue inmediata: directa presión para que renunciaran a la afiliación los que la habían ya formalizado y, cuando no lo consiguió, 170 trabajadores, la mayoría mujeres, fueron despedidos.

Una rápida y activa respuesta de los trabajadores de la fábrica, las medidas represivas de la empresa y la denuncia del sindicalismo turco, apoyado por la Federación Sindical Internacional IndustriALL Global Union, han significado un éxito importante: la readmisión en este mes de septiembre de todos los despedidos y el compromiso de abrir la negociación el 1 de octubre para establecer un convenio colectivo. Algunos rasgos de esta rápida y muy importante victoria son:

  • Lo que señala el sindicato turco: la inmediata y unitaria respuesta de los trabajadores de la fábrica y la “atención de la solidaridad internacional”, que sin duda preocupó a la dirección de la multinacional XIAOMI por los problemas de “reputación” que de todo ello derivaban, como apuntaba el eco de las primeras informaciones.
  • No consta ninguna intervención del sindicalismo oficial chino hacia la dirección de XIAOMI, tampoco solidaria con los trabajadores y trabajadoras de Turquía.

Sobre la acción sindical y la respuesta empresarial creo que los dos comunicados citados de IndustriALL Global Union son suficientemente significativos.

Pero ahora considero necesario plantear algunas observaciones sobre esta realidad y las implicaciones que supone para el sindicalismo chino y para el sindicalismo global:

  • Llevamos algunos años con inversiones chinas en el mundo. Algunas multinacionales chinas de la industria y del comercio están ya presentes en el mundo, en África de manera particular, pero también en el resto de continentes, Europa incluida. China no es por ello solamente un “taller del mundo”, con presencia en su tejido industrial de fábricas para numerosas multinacionales del planeta, con terminales en muchos casos de las cadenas de suministro de éstas. Es también cabeza, sede, de multinacionales que extienden sus propias cadenas de producción allende sus fronteras. En esta ocasión con fábricas en Turquía para los productos de XIAOMI.
  • Los sindicatos chinos no sólo deben plantearse las condiciones de trabajo en las subcontratas de multinacionales europeas, norteamericanas y otras, sino que deben asumir su responsabilidad hacia los trabajadores de otros (bastantes) países del planeta.
  • Todo ello plantea nuevos retos al sindicalismo global, a IndustriALL Global Union en particular.

En 2015, con ocasión de mi octavo viaje a China, pude discutir con la dirección del sindicalismo oficial chino el tema de los Acuerdos Marco Globales en relación con sus fábricas de vestuario que trabajaban para las marcas del mundo y particularmente para las españolas (Inditex, Mango, El Corte Inglés…), y la aplicación en su país de las normas internacionales del trabajo y de los Acuerdos Marcos Globales (el de Inditex particularmente).

En mi informe sindical de aquel viaje, particularmente en el apartado 8 del mismo, me extendí sobre esta entrevista con “la camarada Xu Lu” y otros responsables de la ACFTU, y sobre sus curiosos y significativos argumentos para rechazar su implicación en nuestras iniciativas sindicales globales.  Conseguí sin embargo un interesante compromiso, una propuesta suya para una futura reunión mía con la plana mayor del sindicalismo oficial chino con presentación de una ponencia por mi parte. Sin embargo, en el siguiente viaje en junio de 2016 no sólo no hubo tal conferencia, sino que ni siquiera conseguí una reunión formal. Y la mencionada Xu Lu, sin edad aún para jubilarse, ya no estaba en la dirección (supongo por algún otro pecadillo además de su sugerencia del año anterior).

Considero que el eco de lo ocurrido ahora en Turquía, y de la significación mundial de la multinacional XIAOMI y sus “teléfonos inteligentes”, habría de permitir una iniciativa sindical por parte de la dirección de la Federación sindical internacional de industria, IndustriALL Global Union, así como por parte del sindicalismo nacional, sectorial y de empresa, desde los países donde hay centros de trabajo de las multinacionales chinas.

No hay que inventar mucho, para empezar bastaría con aplicar experiencias ya conocidas: nuevos Acuerdos Marco Globales con las multinacionales de cabecera china y una propuesta para que China incorpore en su legislación lo que están siendo ya las leyes en Francia y otros países, y la Directiva europea en marcha, para la “debida vigilancia” de las multinacionales del país hacia todas sus cadenas mundiales de suministro.

La nueva dirección de IndustriALL Global Union, salida del reciente Congreso celebrado este mes de septiembre, tiene una buena oportunidad para demostrar su capacidad de iniciativa, de presión sobre el sindicalismo oficial chino y de organización y coordinación de los sindicatos de los países hasta donde llegan las cadenas de suministro chinas.

Interesa sin duda a la clase trabajadora de la propia China (1) y a la de otros muchos países. En todos ellos para avanzar en la defensa de la dignidad del trabajo y en la construcción sindical.

Sería una buena iniciativa en este próximo nuevo 7 de octubre, “JORNADA DE ACCIÓN SINDICAL MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE”.

(1) Por si pudiera interesar, junto con los informes sindicales citados de diversos viajes a China, señalo un trabajo sobre el sindicalismo oficial chino: https://isidorboix.wordpress.com/2021/02/02/china-vietnam-del-sindicalismo-oficial-al-sindicalismo-real/

China: no sólo cola de multinacionales