jueves. 28.03.2024
trabajo decente

La noción de trabajo decente nació en 1999 de una campaña de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que luego afirmó “El objetivo fundamental de la OIT hoy es que toda mujer y todo hombre pueda tener acceso a un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad”. Y definió como trabajo decente el que es adecuadamente remunerado, realizado en condiciones de seguridad, proporcionando un mínimo de protección social al trabajador y trabajadora y su familia, satisfaciendo sus necesidades básicas, garantizando un nivel de vida digno y dejando prever un futuro mejor.

En 2008, por iniciativa de la Confederación Sindical Internacional (CSI), cuando la crisis financiera golpeó la vida de millones de personas en todo el mundo, la defensa del trabajo decente se plasmó en un día de acción mundial. Se eligió el 7 de Octubre, convirtiendo ese día del año en una jornada de movilización global en la que se convoca a todos los sindicatos del mundo a la acción con el objetivo de informar y remover la conciencia de que aún son millones los trabajadores y trabajadoras que padecen la falta de respeto a los derechos básicos que garanticen su dignidad. Millones de personas que trabajan sin garantías de seguridad y salud, que viven con salarios que no cubren el mínimo vital y sin la necesaria Protección Social para ellos y sus familias.

En 2015 la Asamblea General de la ONU situó el trabajo decente en el centro de su Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible

En 2015 la Asamblea General de la ONU situó el trabajo decente y sus cuatro pilares - creación de empleo, protección social, derechos en el trabajo y diálogo social - en el centro de su Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y este año 2021 la Confederación Sindical Internacional (CSI) reafirma que es precisamente la creación de empleo la base y el elemento central, y sitúa como prioridad para este 7 de Octubre conseguir la creación de 575 millones de puestos de trabajo y reducir de aquí a 2030 a la mitad el empleo precario como mínimo y como base del necesario “Nuevo Contrato Social” entre trabajadores, Gobiernos y empresas, un acuerdo que debe incluir  la  Garantía Laboral Universal como piso mínimo para todos los trabajadores y las trabajadoras, así como la rendición de cuentas en relación con las operaciones de las empresas y asegurar una transición justa en cuanto al clima y la tecnología desde el diálogo social.

Este año, un año más, el 7 de Octubre es una llamada a los sindicatos de todo el mundo a la movilización. Cada uno en su particular ámbito profesional y territorial para promover, hasta en el último rincón del planeta, la lucha para erradicar la precariedad de los contratos, los bajos salarios, la desigualdad, la discriminación y la pobreza de tantos trabajadores y trabajadoras. Es una llamada a conquistar, desde la acción sindical y la negociación colectiva en los sectores, en las empresas, los grupos industriales y las empresas globales, normas eficaces que garanticen el trabajo decente en todas sus cadenas de suministro.  

Porque todavía hay mucho que hacer. Ahí están las dramáticas cifras del Índice Global de los Derechos de 2020 que ha publicado la CSI y que nos recuerda que el pasado año 2020 fue, desde hace siete, en el que se sufrieron mayores niveles de violaciones de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Un año, en plena crisis sanitaria, en el que se incrementó la tendencia por parte de Gobiernos y empresarios a restringir los derechos laborales vulnerando la negociación colectiva y el derecho de huelga.

Por esto el 7 de Octubre es mucho más que una fecha en el calendario que no debe quedar como un recuerdo o una anécdota en las tribunas de opinión, los documentales y los monográficos en los medios de comunicación. Es, sobre todo, una Jornada de Acción, de concienciación social, de solidaridad, de movilización y lucha, en múltiples frentes, en las empresas y en los centros de estudio, en las calles e instituciones. Es, sobre todo, un reto para el movimiento sindical, para que ese día represente un salto hacia una mayor solidaridad con los millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo que carecen de derechos y convertir el grito de ¡Viva el 7 de Octubre! en un revulsivo en la concienciación social por la necesaria e imprescindible globalización de los derechos fundamentales del trabajo.


El trabajo decente en la era digital


7 de Octubre