sábado. 20.04.2024
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Desde la desaparición de la II Segunda Internacional a causa de la ruptura del movimiento socialista por el apoyo de los aparatos socialdemócratas a la I Guerra Mundial de 1914 al 1018 y su entrada o respaldo a los gobiernos burgueses belicistas, ha sido imposible reconstruir una internacional que agrupará a todo el movimiento obrero internacional. Todos los intentos han fallado por diversas causas, bien sea la colaboración con la potencia entonces emergente de los EEUU y sus élites dominantes, bien sea por el sectarismo y focalización en una sola potencia y/ por incapacidad en construir una internacional más allá de la pura diletancia ideológica.

La respuesta reseñable a la colaboración con la burguesía militarista e imperialista de los partidos más poderosos de la II Internacional son por un lado los partidos socialistas y laboristas independientes, los socialistas a la izquierda de los aparatos colaboracionistas o los espartaquistas alemanes de Rosa Luxemburgo procedentes del SPDU o partidos socialistas que no entraron en la vorágine belicista como el PSOE de la época. Otra consecuencia es y como apoyo a la Revolución Rusa y a los soviets triunfantes el nacimiento de la III Internacional que regida con mano de hierro y fuego por la Komintern pero que no fue capaz de captar a las izquierdas socialistas no escindidas de sus partidos o críticos con la revolución máxime cuando esta cae en el estalinismo y/o el totalitarismo.

La llegada de Sánchez a la presidencia de la Internacional Socialista significará su transformación en Internacional Globalista

La hoy mal llamada Internacional Socialista ya la hemos descrito en artículo anterior, entiendo que no llega ni a sombra de lo que fueron la II y III Internacionales. La llegada de Sánchez a su presidencia significará su transformación en Internacional Globalista.

Pero veamos algo de historia, las monarquías aristocráticas, autoritarias o liberales conservadoras del siglo XIX persiguieron a las y los socialistas. Trataron de prohibir el movimiento obrero, sin conseguirlo. Posteriormente los fascistas fusilaron, encarcelaron o exiliaron a las y los socialistas y comunistas. Las democracias liberales y más o menos elitistas de nuestros días cooptan, compran, corrompen y manipulan a las izquierdas gubernamentalistas. También las bloquean, demonizan u organizan golpes de estado como el de Chile contra Salvador Allende o en Burkina contra Thomas Sankara entre otros.

Parte muy importante de la clase obrera, abandonada y menospreciada por las elites progres, pasan de votar izquierda a hacerlo por la extrema derecha

Mientras, el mundo cambia y se establece la lucha entre el dominio mundial de los EEUU y sus estados occidentales satélite o aquellas potencias euroasiáticas que apuestan por el multilateralismo que ahora se juega en campos de batalla en Ucrania o la guerra económica contra China, sin olvidar y no mezclar, a los movimientos cívicos y políticos por la paz y contra las alianzas militares.

En medio unas izquierdas eurocéntricas sin rumbo, no son capaces de analizar por dónde camina el mundo, que hay en juego y sobre todo que las soluciones nacionales no existen sino se apuesta muy fuerte frente a la gran potencia militar y neocolonial de los EEUU y su instrumento de dominación la OTAN.

Esta falta de políticas propias de las izquierdas gubernamentales europeas y algunas más occidentales ha sido perfectamente aprovechado por Soros, su fundación Open Society junto al aparato elitista del Partido Demócrata de los EEUU que además ha embarcado al progresismo de centro-izquierda, izquierda y mediopensionista en otras causas más relacionadas con derechos cívicos, minorías, teorías queer u otras similares, que en la lucha por la igualdad que también haría iguales a los marginados y oprimidas; el reparto de la riqueza y el socialismo.

El capitalismo está en una etapa senil y desgastada y el imperio estadounidense tiene una crisis terminal, se ponga como se ponga y por eso la guerra, sus guerras

Mientras tanto la extrema derecha lanza un confuso, falso y demagógico discurso pero muy efectivo contra las élites y los millonarios progresistas o la inmigración haciendo un revuelto tan falso como eficiente. Parte muy importante de la clase obrera, abandonada y menospreciada por las elites progres, pasan de votar izquierda a hacerlo por la extrema derecha. Mientras las izquierdas sistémicas se enredan en luchas que siendo importantes e interesantes no son el todo en la lucha por la justicia, la democracia y el fin de la pobreza.

Se trata de construir por parte de las élites progresistas y Soros lo que de forma muy afortunada dice el gran geoestratega Pepe Escobar: un nuevo neoliberalismo progresista. Los neoliberales no nos fusilan en Occidente, o nos convierten en neoliberales o bien hunden a gobiernos progresistas y nuestros estados en la miseria y la crisis económica poniéndonos delante el espantajo del trumpismo. No nos fusilan, nos extorsionan, chantajean o compran.

Los “nuevos” populismos de izquierda han sido el instrumento para debilitar, perjudicar y dividir a las izquierdas comprometidas, sin aportar nada nuevo y encima crear conciencia anti partidos y anti política

Soros, los globalistas, Biden y las élites que los sostienen tienen un objetivo claro y además triunfante, por un lado colonizar la izquierda oficialista y hacerla insisto neoliberal progresista, es decir “ná” y por otro lado colonizar más si cabe a Europa Unión metiéndola de hoz y coz en la guerra mundial contra el multilateralismo y por los intereses nacionales de los EEUU y la nueva recomposición mundial en medio de su decadencia. Porqué el capitalismo está en una etapa senil y desgastada y el imperio estadounidense tiene una crisis terminal, se ponga como se ponga y por eso la guerra, sus guerras.

Pero la socialdemocracia no analiza La situación real o lo hace de parte de la OTAN y sus intereses. Es incapaz, está en la cultura neoliberal y presa de su dependencia de Soros y sus profesores, piensa en yanqui y es como mucho liberal. Los “nuevos” populismos de izquierda han sido el instrumento para debilitar, perjudicar y dividir a las izquierdas comprometidas con otro mundo y con las y los pobres y explotadas, sin aportar nada nuevo y encima crear conciencia anti partidos y anti política, destruir lo que no controlan. Convertirse al final en otro instrumento del sistema para impedir el socialismo dando gato por liebre.

Pero la dinámica internacional no frena, no para y la decadencia de la anglosfera y occidente no hay quien la frene. El problema es que en ausencia de una internacional de clase, son otros capitalismos nacionalistas, mafias políticas o grandes potencias emergentes quienes la controlan. Hay que remediarlo, pero en positivo, no convirtiéndose en belicista y neoliberal.

Ceguera política de la izquierda mientras el mundo cambia