viernes. 29.03.2024
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En su residencia oficial, en el Palacio de Planalto, el mandatario ultraderechista que desestimó los informes de la Organización Mundial de la Salud, que llamó a sus simpatizantes a marchar contra en confinamiento, que vetó la ley que obligaba al uso de mascarillas e incumplió las recomendaciones sanitarias, sostuvo que su contagio puede haber sido producto de su “actitud dinámica” en las últimas semanas. “Yo estoy en la línea de frente de combate, en medio del pueblo, me gusta estar en medio del pueblo. Por estar así pensaba que podría haberme contagiado y no haberlo notado. Si no me hubiera hecho el examen podría estar trabajando y contaminando a gente, por eso quise hacerme el examen el lunes, para evitar contagios a terceros".

Lo cierto es que la actitud desafiante que mantuvo Bolsonaro frente a la pandemia del Covid-19 llevó a Brasil al colapso sanitario y a convertirse en el epicentro latinoamericano del virus. Sólo en las últimas 24 horas se han registrado 620 nuevas muertes y el total asciende a 65.487. Las duras críticas recibidas desde la oposición no hicieron mella en el primer mandatario. 

El positivo de Bolsonaro coincide con su campaña en contra del uso de mascarillas

Mientras la crisis sanitaria se agravaba el presidente de Brasil daba rienda a su peculiar retórica. A dos semanas de haber degradado al coronavirus a la categoría de “gripecita”, arremetió con otra de sus polémicas declaraciones: “¿Van a morir algunos? Van a morir, lo siento. Esta es la vida, esta es la realidad. No podemos detener una fábrica de autos porque hay 60.000 muertes de tráfico al año, ¿verdad?”, le respondió a una periodista que cuestionó su inacción frente a la crisis. 

Ayer, luego de reconocer que su test había dado positivo, volvió a reiterar el argumento de que la gran mayoría de la población va a contagiarse. Inmediatamente, militantes anticuarentena salieron en su apoyo a través de las redes sociales. Se trata de ese núcleo del 12 por ciento de la población que, no sin reticencias, se acopla a otro 25 por ciento que según las encuestas aún apoyan su gestión. 

El positivo de Bolsonaro coincide con su campaña en contra del uso de mascarillas. Hace una semana el mandatario vetó partes de una ley aprobada por el Congreso Nacional que obligaba a usarlas. 

La incertidumbre por el estado de salud de Bolsonaro es un escalón más de la creciente crisis política en la que está inmerso Brasil. En el Congreso aguardan varios pedidos de juicio político contra el presidente; entre ellos el gestionado por la jueza federal Ana Lucía Petri Betto, quien reclamó los resultados de los primeros análisis de Covid-19 que se le hicieron al presidente y que éste nunca presentó, aduciendo que eran “negativos”.  La oposición sostiene que en caso de positivo podría haber cometido dos delitos: por haber mentido a la nación y por haber atentado contra la salud pública. "Mi palabra vale más que cualquier papel", manifestó en aquel momento el mandatario ultraderechista. A esto se le suma ahora que el 4 de julio Bolsonaro se reunió con ministros y otros asesores, luego de haber celebrado el Día de la Independencia de los Estados Unidos junto al embajador de ese país. Bolsonaro dijo que ese día había amanecido con 38 grados de fiebre. “Una gripecita” que ahora se suma al cúmulo de irresponsabilidades institucionales que posiblemente acaben en impeachment.

Bolsonaro, de la “gripecita” al positivo