jueves. 25.04.2024

Pocos días después de que la Organización Mundial de la Salud declara al Covid-19 como pandemia global, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó en un discurso televisivo que no había razón alguna para confinar a la población. “El virus llegó y en breve pasará”, sostuvo el 25 de marzo el líder de la ultraderecha brasileña. “La vida debe seguir, no nos vamos a detener por una gripecita”.

Las consecuencias de la irresponsabilidad de Bolsonaro frente a la crisis sanitaria fueron admitidas esta semana por Nelson Teich, el Ministro de Salud de la Nación. “Hay probabilidades de que Brasil alcance la cifra de mil muertos por día”, afirmó Teich. 

La minimización que Bolsonaro hizo de la pandemia provocó un desastre que ahora está fuera de control

El menosprecio del presidente de Brasil a la pandemia del coronavirus hizo que fueran los gobernadores quienes decidieran las medidas de aislamiento social. Mientras tanto la voz de Bolsonaro, en sintonía con la de Donald Trump, irrumpía en cadena nacional para conminar a las provincias a levantar el confinamiento y poner en marcha a la economía. Cuando la cifra de fallecidos llegó a los 6.900, el primer mandatario salió al cruce de los cuestionamientos de la prensa no oficialista. "La gente se muere, ¿qué quieren que haga? Me llamo Mesias, pero no hago milagros...".

El pico de la pandemia está previsto que llegue la próxima semana. Ante el crecimiento exponencial de muertes y contagios, han colapsado los sistemas de salud pública en la mayoría de los estados. Los medios brasileños han comunicado que en  el estado de Sao Paulo, el más rico y poblado de Brasil, es el más afectado por la pandemia, registrando 2.627 fallecidos y 31.772 infectados. Por detrás se sitúa el estado de Río de Janeiro, el tercero más poblado, con 17 millones de habitantes. Allí se contabilizan 1.019 muertes y 11.139 infectados.

Mientras tanto Bolsonaro redobla la apuesta y ejerce presión para el desconfinamiento, ignorando el pedido de su propio Ministro de Salud. El pasado domingo el mandatario ultraderechista volvió a participar de un acto de reivindicación de su gobierno ante cientos de seguidores.

El Congreso brasileño ya acumula varios pedidos de juicio político contra el presidente; entre ellos el gestionado por la jueza federal Ana Lucía Petri Betto, quien reclamó los resultados de los análisis de Covid-19 realizados a Bolsonaro y que éste nunca presentó, aduciendo que eran “negativos”. La jueza sostiene que, de no presentar los exámenes y de haber mentido, el presidente “ha puesto en peligro a quienes estuvieron cerca suyo, y esto representa un delito contra la salud pública”.

La minimización que Bolsonaro hizo de la pandemia provocó un desastre que ahora está fuera de control. En las últimas 24 horas el Ministerio de Salud reportó 600 nuevas muertes y el total se acerca a las 8000.

De la “gripecita” a los mil muertos por día