Mientras florecen los negocios inmobiliarios del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la pobreza y el hambre se disparan en la ciudad más rica de la Argentina. Los datos de la Dirección de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad reflejan un notable incremento de porteños que no tienen ingresos para comprar la canasta básica.
De los 3,072.000 de porteños, 1.032.000 son pobres. La pobreza e indigencia vienen creciendo en la capital argentina, especialmente desde 2017. En números concretos se pasó de un 4% de indigencia en el 2017, a un 4,3% en 2018, 6% en 2019 y ahora un 15,7%. Con respecto a la pobreza, en el 2017 había un 14% de la población en esta situación y fue creciendo año tras año hasta llegar al actual 33,6%.
Pero la vulnerabilidad en la que viven más de tres millones de porteños no es un asunto que desvele al alcalde porteño. Como buen neoliberal, las prioridades de Horacio Rodríguez Larreta son sus millonarios negocios inmobiliarios. Tal es la ambición por avanzar en esa área que las órdenes de desalojo de familias pobres que residen en chabolas improvisadas son parte de su agenda diaria.
Las imágenes hablan por sí solas. De forma sorpresiva y a través de un violento megaoperativo, sin ninguna solución habitacional y en medio de familias y niños, la policía porteña destruyó las chabolas de más de 100 familias pobres de la Villa 31 de Retiro. Son 175 niñas y niños los que vieron a las topadoras arrasar sus precarias viviendas. Sin piedad, sin respuesta del gobierno de la Ciudad, sin una solución a una situación de pobreza a la que fueron arrastrados por las políticas económicas excluyentes del neoliberalismo salvaje.
La ambición y la carencia de empatía son, en Horacio Rodríguez Larreta, características manifiestas. Mientras los niños pobres lloraban al ver sus casas convertidas en escombros, el Jefe de Gobierno Porteño preparaba una batería de leyes para ser votadas en la Legislatura; leyes en las cuales se habilitará la construcción de megatorres de lujo. Son 16 proyectos en beneficio de las megacronstructoras y del propio Rodríguez Larreta.
En la ciudad de Larreta se pueden observar grandes negocios inmobiliarios con venta de tierras en los lugares más caros, cuando la mayoría se encuentra en una situación de emergencia económica y habitacional. En paralelo el Jefe de Gobierno despide a trabajadores del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, el sector que trabaja con la población empobrecida por sus propias políticas. Una clara muestra de la crueldad con la que el creador de los “cestos de residuos anti-pobres” trata a los más necesitados.
