viernes. 29.03.2024

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Rashid Kassim, un completo desconocido hasta hace unos meses, es a día de hoy una prioridad para los servicios secretos franceses. Considerado como un operativo del Daesh de nivel medio, habría actuado con cierta independencia siendo tolerado por la estructura militar del Daesh hasta septiembre de este año. Según parece, algunas informaciones sugieren que Rachid Kassim habría sido sancionado por el Daesh por su afán de notoriedad, su sobre exposición mediática o por inducir a mujeres a la comisión de atentados. Hay quienes creen que podría haber sido encarcelado temporalmente o incluso castigado a luchar en el frente a pesar de su cojera.

Seis días después del ataque efectuado en Niza por Mohamed Lahouajej-Bouhlel, Rashid Kassim apareció en un vídeo amenazando con más atentados en suelo francés y decapitando a un prisionero. Su familia, que tras su “hegira” a Siria, había mantenido con él un contacto más o menos periódico dejó de hablarle tras la publicación del vídeo. Así respondió en una entrevista a Amarnath Amarasingan del programa sobre el extremismo de la universidad George Washington  sobre si es difícil psicológicamente decapitar a un hombre: “decapitar un ánima seria difícil” pero “con los enemigos de Allah es un placer.”

Muy activo en Telegram y en Facebook, se le atribuye la instigación y autoría intelectual de varios atentados y de otros tantos afortunadamente frustrados entre los que se pueden destacar el asesinato del sacerdote católico Jacques Hamel en la iglesia de Saint Étienne du Rouvray en Normandia, el asesinato de dos policías casados entre si Magnanville, el intento de atentado por parte de un comando de mujeres cerca de la catedral de Notre Dame y al menos dos intentos de ataque con arma blanca por parte de dos quinceañeros en distintas fechas.

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Ines Madami, autora del intento de atentado Notre Dame 

Respecto a su papel en los diferentes atentados e intentonas  Rashid asegura que lucha desde distintas áreas pero que no puede revelar lo que está haciendo ahora. Respecto a su afición por el Telegram responde que está “ayudando a la gente a conocer pequeñas cosas importantes acerca de cómo lanzar ataques”. Asesinatos e intentos de asesinato que estarían justificados ya que “Francia está atacando hospitales y objetivos civiles” y los sirios que viven en territorio Daesh estarían sufriendo todos los días los bombardeos franceses y europeos. Además, ellos no serían los responsables de la violencia pues según él, la responsabilidad del inicio de la misma estaría en EEUU y Francia de manera que hasta que “estos no paren, nosotros no pararemos”. Es probable que ya en Francia, Rashid tuviese esa suerte de motivación pro social habida cuenta de los últimos años de extrema agitación en oriente próximo. El sujeto siente y padece los males que aquejan a la umma, su comunidad imaginada de referencia. La acentuación de esta sensibilidad genera un sentimiento de solidaridad, que deviene en una militancia comprometida, donde las motivaciones de carácter pro social constituyen la base de una desindividualización aguda pasando del salafismo al salafismo yihadista.

En la entrevista realizada por Amarnath Amarasingan y publicada por Jihadology, Rashid asegura estar algo triste pues le gustaría estar en Europa pues un pequeño atentado en suelo europeo vale más, según él, que uno grande en Siria, de ahí que parte de su actividad tenga por objeto la instigación de atentados en Francia. En su cuenta de Telegram, publicó una lista de posibles objetivos, desde personalidades publicas, músicos (incluidos cantantes de Rap), periodistas y otra serie de sujetos que Kassim considera “enemigos del Islam y todo lo que ellos hacen es manipular la verdad”. La publicación de esta lista, es, según él, la lógica de la acción y reacción sin que pueda considerarse instigación a la realización de atentados terroristas pues "No es lógico, estamos siendo bombardeados constantemente, y una vez que decidimos tomar represalias nos llaman terroristas”. Una suerte de legítima defensa de acuerdo con el imaginario yihadí.

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De la autoría e instigación de atentados y sucesivas intentonas, Kassim asegura estar “muy muy orgulloso”. De los dos asesinos del sacerdote de 85 años en Normandía asegura que son “unos modelos de conducta y unos héroes” y de su papel como instigador que “los servicios secretos son conscientes de ello. No tengo nada que añadir”. Dos de sus amigos, ambos conversos fueron detenidos en septiembre. Uno de ellos podría ser el mentor de Rashid, no obstante este considera que ninguno de ellos constituye una amenaza para Francia ya que “ellos practican su religión de manera pacífica. Jeremy y Julián han sido arrestados por ser amigos míos. Esa una terrible injusticia. Cuando hablé con Jeremy, solo le pregunté por su familia. Creo que a Francia le preocupó”.  A pesar de considerar injusta la detención de dos de sus amigos que mantenían contacto con él a fin de llevarlo ante la justicia, los dos asesinos del sacerdote octogenario son un “modelo de conducta y unos héroes”. La distorsión cognitiva y el relativismo moral parece rozar el delirio.

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Adel Kermiche y Abdel Petitje, autores del atentado de Normandia

Rashid considera que su persona constituye motivo de preocupación para las fuerzas de seguridad francesa, y no se equivoca. Claro que parece intuirse algunos elementos de interés de cara a poder vislumbrar algunos motivos de radicalización en el caso de Rashid. Un incentivo selectivo ya visto en otros sujetos, la vanidad. Esta puede definirse como la excesiva confianza y creencia de la propia capacidad, así como el deseo constante de ser admirado.

Las motivaciones y los condicionantes por los que un sujeto se integra en una estructura terrorista son, sin duda, diversos. De la misma manera, los intereses pueden ser tan personales que, en algunos casos, la satisfacción de los mismos bien pudiera haberse realizado en cualquier otro ámbito de la vida, o en otro grupo humano. Sentirse útil, aceptado, valorado o ser tenido en cuenta, son sin duda motivaciones personales. Las posibilidades que brinda la integración en un grupo de estas características son amplias. La persona puede llegar a creer que forma parte de un grupo selecto, privilegiado, y la necesidad de sentirse por encima del resto de la comunidad musulmana.

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Siendo adolescente se aficiona al manga y al kárate, disciplina en la que aspiró a convertirse en un campeón

Rashid Kassim nació en Francia en 1987, de padre yemení y madre argelina. La pareja se divorció cuando Kassim tenía 5 años. El padre rehizo su vida con una mujer francesa no musulmana y su madre con un hombre que ya contaba con tres hijos. Durante su infancia, Rashid vive entre Francia y Argelia hasta los nueve años de edad. De Oran, ciudad en la que creció dirá que "Me sentí como en casa”. No obstante, de vuelta en Francia para una estancia más permanente a los 9 años, dice que se sintió fuera de lugar. "Estaba en una escuela dirigida por dos directores homosexuales" pues, según dice, "Francia es un país de la decadencia. Cuando estaba en el colegio, trataron de hacerme comer carne de cerdo. Yo estaba tan sorprendido que me daba la vuelta sobre la mesa, y mi padre tuvo que venir a hablar con ellos”.

Las reacciones ante los problemas asociados a la inmigración a la edad de Rashid y otros sujetos con procesos migratorios similares pueden dividirse en un continuo por el que el sujeto realiza esfuerzos por integrarse en la sociedad de acogida, llegando a su mimetización, y pasando por una solución intermedia o un rechazo frontal. El sujeto puede verse en una suerte de limbo identitario, donde los beneficios de la sociedad de acogida y el hecho de saber que disfruta de una calidad de vida  impensable en su lugar de origen, generan un cierto sentimiento de culpa que se compensa con otro de empatía y compromiso pues al tiempo que tiende a sentir cierta atracción por su lugar de origen siente, además, una especie de sentimiento de solidaridad.

Al margen de entrar en valoraciones relativas a la incidencia que pudo tener en él la separación de sus padres y la posible presencia de una falta de estructura familiar sólida lo cierto es que a Kassim parecen molestarle las preguntas del entrevistador en torno a esta cuestión: “eso no tiene sentido” pues “los medios de comunicación parecen querer hacer ver que si yo estoy haciendo la yihad es debido a la separación de mis padres”, pues en realidad su yihad estaría basada en su “religiosidad” y las obligaciones implícitas en el Coran hacia la yihad. Además, según dice, “mis padres se divorciaron cuando yo tenía cinco años. Eso fue hace 25 años”. Su marcha hacia la Yihad del Daesh no estaría por tanto ni en el proceso de radicalización ni tendría, a su juicio, su origen en los distintos vaivenes de su vida pues “yo amaba la yihad desde que era muy pequeño”.

yihad6Siendo adolescente se aficiona al manga y al kárate, disciplina en la que aspiró a convertirse en un campeón. Parece ser que le gustaba pasearse en kimono por las calles, una suerte de excentricidad adolescente quizás en búsqueda de su propia autoafirmación.

La segunda separación de su madre parece afectarle de manera decidida. Algunos aseguran que sufría por la falta de reconocimiento social de su supuesta valía. Como otros tantos jóvenes abandona estas aficiones en su juventud para comenzar su incursión en la escasa escena rapera de Roanne. Combina su trabajo como asistente social con la publicación en 2010 de un disco de claro acento político donde según parece alude al conflicto palestino israelí e incluye canciones como “atentado rap” o “soy un terrorista”. El disco, titulado “el Orenes”, en tributo a la ciudad de Oran donde creció, tuvo poco éxito y es que su pasado como cantante de Rap parece escocerle un poco, pues los medios de comunicación han incidido también en esta cuestión y parece que Rashid, allá en Siria, tiene tiempo suficiente para monitorizar aquello que se publica sobre su biografía, pues según afirma “la música era algo secundario en mi vida, no estoy seguro por qué los medios de comunicación se ha centrado tanto en esto. Si tuviese que elegir entre la música y la religión, elegiría la ultima”.

Una elección absurda habida cuenta de la afición al rap de muchos de los combatientes extranjeros que militan en la yihad. Un ejemplo lo tenemos en el ya fallecido rapero alemán Denis Cuspert, cuyo nombre artístico era Desso Dog para después convertirse en Abu Talha al Almani; o "L Jinny" el rapero londinense ya fallecido conocido como "Jihadi John"; o también el fallecido en Somalia Omar Shafik Hammami, originario de Alabama, autor de la obra musical   Blow by Blow que tanto éxito tuvo en la yihadoesfera.

Tras la publicación del disco no parecía que su carrera de rapero le llevase directo al estrellato. Esta falta de expectativas de éxito coincide con el inicio de su proceso de radicalización, al dar el salafismo el encuadre religioso de signo extremista a ese bagaje antisistema y de justificación hacia la violencia. Comienza a destacar en su barrio por su rigorismo y comportamiento prosélito, animando a otros jóvenes a acudir a la mezquita, regalando Coranes, mostrándose servicial  pero severo en cuanto a las actitudes “haram” prohibidas. Los responsables del centro social donde trabajaba Rashid deciden no renovar el contrato al negarse este a estrechar la mano a sus compañeras, exigir una sala de oraciones y mostrar actitudes extremadamente “rigoristas” propias del salafismo. Cuando el sujeto interioriza en su persona la radicalización, su entorno  toma conciencia de su mutación, de manera que el cambio puede producir un conflicto con otros sujetos del microcosmos social al que pertenece: familia, amigos, mezquita, trabajo... Conviene introducir aquí un elemento de interés, como es el capital social, es decir, las inversiones de naturaleza social. La radicalización resulta, así, problemática para el sujeto, pues el entorno, y las responsabilidades generadas en torno al mismo, pueden no compartir o aprobar el cambio experimentado por el sujeto en vías de radicalización.

A la vuelta de un viaje en Argelia, parece mostrar una actitud aun más radical. En algunos sujetos, “el viaje” contribuye a una suerte de reacción vivencial, de carácter intenso, que acelera  la radicalización, bien por la creencia de haber dado con el lugar que se ajusta a su identidad religiosa, bien por haber vivido de primera mano el entorno real donde se dan los “agravios” y “humillaciones” denunciados por la propaganda yihadista. En ambos casos, lo que parece plausible es que el sujeto podría experimentar una transformación que le induce a creer que “ve las cosas más claras”. De la misma manera que un sujeto que se convierte en salafista sufre una suerte de inflexión en su identidad personal, el viaje puede convertirse en fuente de inspiración.

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Los individuos radicalizados que siguen acudiendo a redes sociales de carácter más abierto, como son las mezquitas, entran en conflicto con otros musulmanes, al no compartir estos su ideología extrema

El secretario general de la mezquita de Roanne apunta a Internet como uno de los elementos que pudo contribuir a esta radicalización, asegurando que varios fieles amaneraron con denunciar a Rashid si este no dejaba de acudir a la mezquita. Uno de los elementos observables en la radicalización es la propia autoimagen. Su identidad base se fundamenta en cierto sentido de superioridad, que se sustenta en su consideración como vanguardia del islam, al creer que su sensibilidad y compromiso es mayor hacia la umma que la del resto de musulmanes de su entorno. Dado el diagnóstico que realizan sobre la situación del islam en el mundo, puede observarse cómo, en algunos casos, los individuos radicalizados que siguen acudiendo a redes sociales de carácter más abierto, como son las mezquitas, entran en conflicto con otros musulmanes, al no compartir estos su ideología extrema.

Rahid, preocupado por que su figura sea encuadrada en un proceso de radicalizacion común a otros sujetos con similares trayectorias vitales asegura en la entrevista que “yo nunca me radicalicé en Argelia. Había gansters en Argelia, pero no mucha religión”. Además, aprovecha para desmentir determinadas informaciones publicada en prensa: “yo nunca he estado en Egipto en mi vida. Y solo tengo una hija, no tres”.

Según Rashid, la policía no tardo en identificarle como un sujeto radical, "Pensé en atacar a Francia cuando estaba allí, y mi familia tenía miedo por ello"; ademas, "la policía sabía de mí. Cada vez que salía a correr, siempre había dos policías que me seguían y a continuación, se escondían. Era ridículo”. Rashid, parece mostrarse como un experto en contravigilancia, donde las labores de vigilancia de la policía no pasan inadvertidas para un avezado militante como él.

Según cuenta, varios funcionarios de la policía vivían en su barrio de manera que no fue fácil para él viajar al Siria. Continúo con sus actividades de proselitismo salafista y comenzó a reducir el número de visitas a sus padres hasta que su esposa tuvo un sueño. En el mismo, un león parecía impedir su salida hasta que una mujer musulmana lo tranquilizó para que ellos pudieran partir en paz. Cuando la mujer de Rashid se despertó eran las tres de la mañana, de ahí que decidiesen partir a las tres “nos fuimos a las 3 de la mañana y fue increíble. No había siquiera un gato exterior. Fue la primera vez que había visto a las calles tan vacías”.  Es a partir de ese momento de la entrevista cuando el relato es aderezado con señales, sueños premonitorios e intervención divinas.

Se fueron de Francia con sólo 1.500 euros. Desde Lyon, se dirigieron a Sicilia. De Sicilia, en barco a Grecia, y, finalmente, Turquía. "Me quedé atrapado en la carretera, sin dinero, gas, o los alimentos. Yo estaba enfermo, y mi esposa se sintió abrumada ", dijo. Según dice, su esposa le pidió que implorara la ayuda de Alá y claro, "después de 10 minutos, abrí la ventanilla de mi coche y había alguien esperando para hablar conmigo en medio del trafico”. Este hombre "me pidió que lo siguiera. Miré hacia atrás y de repente no había coches. No me pida una explicación. No tengo ninguna. Fue Allah” . Este sujeto al que nunca volverían a ver de nuevo les proporcionó dinero y alimentos. Después entraron en zona kurda, "fue horrible, ellos sospechaban que queríamos unirnos al Estado Islámico”. Ante esta sospecha, los kurdos “hicieron una llamada telefónica y los estadounidenses aparecieron en los 4x4. Yo sabía que eran americanos por su acento”. A fin de no levantar sospechas, Kassim empezó a fumar y hacerse pasar por turista y su mujer se pinto los labios. Según Kassim, una supuesta intervención divina es la que posibilitó que los americanos les dejaran marchar.

En la frontera turco Siria, se hospedan en una casa de huéspedes junto a otros 50 sujetos cuando la casa fue rodeada por la policía turca: "un pequeño milagro pasó", pues "la Policía se acercó a la puerta para escuchar si había alguien dentro. A continuación, todas las mujeres decian 'Allahu Akbar', y no entendíamos por qué. Nos dimos cuenta que todos los niños se habían quedado dormidos en el momento justo. Allahu Akbar. Estos son los milagros de Allah y  yo fui testigo de ellos”. Ya al final del camino, Rashid se consideró afortunado de haber cruzado la frontera, pues “fuimos afortunados de irnos a tiempo. Hubiera sido difícil si hubiésemos permanecido en Turquia otras dos semanas o tres”. Rashid admite que tuvieron que dejar todo atrás, incluido su gato: “yo tenia un gato maravilloso cuando dejé Gaziantep. Fue una de las cosas más tristes de mi emigración”.

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La situación ha cambiado notablemente desde su llegada a Siria. El Daesh retrocede, y antes o después caerá. De ahí que las fuerzas de seguridad tienen presentes el retorno de muchos de ellos o la incursión de otros tantos en países limítrofes a fin de continuar su actividad terrorista y es que el problema no solo se reduce a tan infames sujetos pues muchos de ellos han ido acompañados de sus familias. A la pregunta de si lamenta haber llevado a su hija a un territorio asociado con el terror, la guerra y la devastación, Rashid responde que "tener niños en el Estado islámico no es un reto, es un privilegio" y añade que "yo prefería tener a mi hija viviendo aquí que en el secularismo y la incredulidad. Puede ser difícil lograr este objetivo en la vida pero ella me  lo agradecerá en el más allá. Alabado sea Alá. El mejor regalo de Dios es que mi hija está en el Estado Islámico”.

Esta visión, tan propia de quien posee una percepción tan idílica del modo de vida que ofrece el Daesh se combina con cierto optimismo operativo pues la pérdida del territorio no será para el fin del engendro califal. Según él, “esto es simple” ya que “si ellos toman Mosul y Raqqa, encontraremos una vía de escape, pero nunca abandonaremos la lucha. Aun que vivamos en cuevas en las montañas, la lucha continuará. La yihad existe antes, durante y estará aquí después del Estado Islámico. Si Alá quiere, no vamos a perder. Si perdemos una mano, continuaremos luchando con la otra”.

Rachid Kassim, el líder yihadista que trae de cabeza a los servicios secretos franceses