jueves. 28.03.2024
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El matrimonio entre los dos principales partidos de Italia (los dos marcadamente populistas), no se ha producido en tiempos breves, debido a los vetos cruzados impuestos por Di Maio y el eterno Silvio Berlusconi

Después de más de dos meses y medio -desde ese catáclismo político y electoral cristalizado en las elecciones generales del 4 de marzo-, parece que el “Belpaese” tenga próximo su gobierno. Un ejecutivo populista y a tracción derechista. Ya denominado el gobierno “carioca” (por el amarillo del Movimiento 5 Estrellas y el verde de la Liga), las dos formaciones preparan los últimos detalles para que esta legislatura arranque de verdad.

El matrimonio entre los dos principales partidos de Italia (los dos marcadamente populistas), no se ha producido en tiempos breves, debido a los vetos cruzados impuestos por Di Maio (líder del 5 Estrellas) y el eterno Silvio Berlusconi. Propio este último perdió la competición interna a su coalición, la cual declaró Salvini y la Liga como auténticos ganadores, según los acuerdos tomados previamente. Así, después de poco más de dos meses de impasse, el cavaliere -por medio de su delfín, Giovanni Toti- aconsente a la formación de un gobierno entre Movimiento y Liga. Salvini se ve autorizado a proceder en las tractativas con los pentaestrellados y la boda se consuma en pocos días. En esa breve ventana temporal, Berlusconi -inhabilitado hace 5 años a ocupar cargos públicos, según la sentencia de la Corte de Estrasburgo-, obtiene su rehabilitación por la decisión favorable del tribunal de Milán. Un acontecimiento estremecedor y que casi hace saltar el acuerdo entre Liga y 5 Estrellas. Berlusconi presiona y “revoca” la crítica bendición al matrimonio populista. Sin embargo, la sintonía entre las dos fuerzas políticas del momento crece cada día más y, tras una tratativa de una semana y medio, Di Maio y Salvini llegan a un feliz acuerdo: un contrato de gobierno que incluye las tres medidas estrella de ambas formaciones: por un lado, la renta universal de ciudadanía, sello de autenticidad del Movimiento. Por el otro, la flat tax (propuesta clave por la coalición de centroderecha). Finalmente, una reforma de las pensiones que supere la tanto criticada “ley Fornero” y compartida 0tanto por el 5S que por la Liga. Entre los grandes temas no tratados en el acuerdo, la “questione meridionale”: el Sur -fuente pura de votos para los pentaestrellados- no es prioritario, según la agenda del futuro gobierno carioca.

El Movimiento 5 Estrellas y la Liga maquillan su discurso para ocultar sus criticidades narrativas

Además del contrato -en que se habla únicamente de puntos programáticos y maneras de solventar controversias-, Salvini y Di Maio optan por un nombre de escasa experiencia política: más bien un técnico, el jurista Giuseppe Conte. Una solución que choca fuertemente con la narrativa de ambos partidos que, en los últimos años, han denigrado el gobierno técnico de Mario Monti (por un lado), y rechazado la legitimidad de los “Primeros Ministros no elegidos por el Pueblo” (en referencia -en el orden- a Enrico Letta, Matteo Renzi y Paolo Gentiloni). Algo que, en un parlamentarismo con sistema electoral proporcional (que premia la representatividad más que la gobernabilidad) y un tripolarismo de facto, que no garantiza mayorías monocolor, es una consecuencia casi inevitable.

Para evitar las críticas, el “compromiso” (o inciucio, dicho en su forma más despectiva) se vuelve “contrato de gobierno”. El “primer ministro técnico”, llega  a ser “un amigo del pueblo” (según las palabras de Di Maio). Cambia la forma, no la sustancia. Las críticas movidas al Partito Democratico y Forza Italia -culpables de formar una grosse koalition tras la impactante subida al escenario político del M5S en 2013- podrían crear más de una debilidad narrativa, al interno del partido pentaestrellado. También ha cambiado sus rasgos y su sesgo ideológico: a pesar de haberse proclamado -desde sus comienzos- como movimiento y partido post-ideológico, en la práctica el aliado será la formación más a la derecha del arco parlamentario.

Cambios de natura electoral y no de convicción ideológica

Desde el alejamiento de Beppe Grillo -cofundador del M5S junto a Gianroberto Casaleggio-, el Movimiento ha cambiado tanto en la forma cómo en el contenido. Probablemente, para llegar a entender los continuos cambios del 5 Estrellas, hace falta pensar en términos estrictamente electorales: el Movimiento cambia postura en función de las necesidades del momento, no tanto políticas sino más bien, como dicho, electorales. Las restricciones sobre las políticas migratorias podrían proceder de los cambios de la opinión pública: con el auge de la narrativa de la Liga, el Movimiento se ha colado y ha aprovechado del clima de reacción para captar los votos de los electores críticos, o desilusionados, del Partito Democratico.

También la apertura a las demás fuerzas políticas en campaña electoral (tanto a la Liga como al Partito Democratico), funcionó para enseñar un perfil político más moderado y maduro, listo para gobernar. Para ello, se aclararon las posturas sobre temas hasta entonces controvertidos, como la permanencia en la Unión Europea, en la Unión Monetaria y en la misma OTAN. Si, hasta hace pocos años, los pentaestrellados enseñaban esta triada como las tres cabezas de Cerbero, ahora las cosas han cambiado. De principal movimiento de oposición en Montecitorio (Cámara de los Diputados) y Palazzo Madama (Senado de la República), el 5 Estrellas quiere conquistar Palazzo Chigi (sede del ejecutivo).

Suponiendo que esta tesis sea cierta, el Movimiento 5 Estrellas podría dar una vuelta de 180 grados, si cambiara el viento de la opinión pública. Aún así, se vería reforzada esa narrativa de partido capaz de escuchar el pueblo, que sigue estando entre la gente y que habla de temas corrientes. Hasta que las fuerzas de oposición no regeneren su narrativa y refresquen sus caras, el M5S seguirá siendo como primera fuerza política en Italia y modelo de partido “catch’all”, captando tanto a la izquierda como a la derecha y machacando -a través de una narrativa agresiva y denigratoria- todos sus adversarios políticos.

¿La Liga todavía bajo la sombra de Berlusconi?

Si el Movimiento 5 Estrellas ha sido el gran ganador de las elecciones italianas, su aliado -del gobierno que está a punto de nacer- es él que más crece en las encuestas. La Liga ya supera los 20 puntos, según los principales institutos demoscópicos. Este auge se debe, un buena medida, al excelente trabajo de comunicación de Matteo Salvini y de su gurú, Luca Morisi. El Secretario de la Liga es -siempre según las encuestas- el líder político mejor valorado de Italia. Resultado aún más sorpendente, si se piensa en la colocación ideológica de la Liga. Un perfíl que, a pesar de ser teóricamente divisivo, no resulta serlo en la práctica.

A pesar del exploit de la Liga y el sorpasso al cavaliere Berlusconi, éste sigue teniendo un peso importante al interno del centroderecha. Además, si se volviera a votar en tiempos breves, es muy probable que la coalición alcance el “porcentaje mágico” (alrededor del 40%) para gobernar. Con un Silvio Berlusconi candidable, Forza Italia ve crecer sus cuotaciones y presionará Salvini para aprovechar de los tiempos de bonanza.  Aunque los líderes de M5S y Liga hayan declarado su voluntad de que este gobierno dure por la entera legislatura, la mayoría en el Senado es mínima; además, la misma historia política de Italia nos brinda esta enseñanza.

Italia en el punto de mira de medios de comunicación y Unión Europea

A pesar de las dudas del Presidente de la República Sergio Mattarella, el gobierno, al final, debería arrancar. Podría ser el primer ejecutivo populista de Europa, además en un País clave tanto a nivel económico como geoestrátegico (siendo el principal receptor de migrantes en la frontera Sur de la Unión). Es difícil atreverse a pronosticar durata y éxito de este gobierno. Sin embargo, sí se puede afirmar con firmeza que los nuevos ocupantes de Palazzo Chigi estarán en el punto de mira de los medios de comunicación. Además, Los logros y los fracasos del gobierno carioca podrán tener efectos también en la política de Países cercanos y con mayor tendencia hacia la derecha. Finalmente, este gobierno estará bajo la estricta observación del BCE y de la Comisión Europea. Según los primeros estudios basados en el contrato de gobierno, las medidas propuestas podrían costar hasta cienmil millones de euros por año, lo que dispararía el déficit por las nubes. La guerra entre Bruselas y Roma ya ha empezado.


Alessandro Faggiano | Politólogo y redactor jefe de Termometro Político

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