martes. 16.04.2024
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Este tipo de turismo hace referencia a aquellas visitas en las que el atractivo principal está relacionado directamente con toda experiencia inherente a la producción, preparación, degustación o consumo de alimentos

Pablo Díaz Rodríguez | El turismo gastronómico es reconocido como uno de los segmentos emergentes más importantes en el sector turístico. El viaje, la producción, la degustación y la cultura se unen en una modalidad de viaje en auge identificada como una importante tendencia de mercado. Recorrer un paisaje vitivinícola, visitar bodegas aprehendiendo su cultura mientras se catan vinos y se prueban los alimentos típicos de la zona -incluyendo actividades terapéuticas, deportivas o de relax- se ha convertido en una forma de viajar con una demanda cada vez más en alza.

Este tipo de turismo hace referencia a aquellas visitas en las que el atractivo principal está relacionado directamente con toda experiencia inherente a la producción, preparación, degustación o consumo de alimentos. En su libro “La demanda del turismo gastronómico. Factores motivacionales”, K. Fields estipula que el turismo gastronómico está vinculado, aparte de a la faceta física intrínseca a la alimentación, a motivaciones culturales -la comida como vía de conocimiento de la cultura de un lugar-, interpersonales (comida como acto de socialización), así como de estatus y prestigio -comidas y lugares asociados con la élite, experiencias vinculadas a clases altas, etc.-. Es por esto que el turismo gastronómico suele considerarse como un referente importante en la medición de la calidad y sofisticación de un destino dado.

La escuela de turismo y hospitalidad Ostelea va a publicar, en los próximos días, un informe abordando la actualidad del turismo gastronómico y enológico en su contexto global, así como en su aplicación a España. El informe se ha llevado a cabo a partir de las principales fuentes de información disponibles relacionadas con el segmento del turístico gastronómico (Guías Michelin, Egatur, etc.) y los datos ofrecidos por las organizaciones y asociaciones más representativas vinculadas al turismo enológico (The Wine Institute, International Organisation of Vine and Wine o el Observatorio turístico de rutas del vino en España). En base a esta información se revela que España sigue siendo un destino líder en el sector, posicionándose entre los países más representativos de la guía de los mejores restaurantes mundiales.

Del mismo modo, su sólida presencia respecto a la producción, extensión y calidad de sus vinos consolida su faceta como potencia mundial en gastronomía. El vino elaborado entre Italia, Francia y España supone la mitad de la producción mundial, mientras que la Unión Europea (UE), con 162 millones de hectolitros, produce en conjunto más del 60% del total de la producción global. España, siendo el país con mayor superficie mundial de viñedo, mantiene un histórico tercer lugar, superando en más de un 7% su producción respecto al año anterior.

Con un incremento de visitas del 21% y del gasto medio, el 16%, durante el pasado año el turismo gastronómico y, especialmente, su versión enoturística, se confirma como una tendencia al alza consolidada en España, mostrándose como un importante complemento de su oferta turística, sobre todo de cara a un perfil de turista de cercanía, en tanto que siete de cada diez visitantes son de procedencia nacional.

La tendencia confirmada por el aumento de visitantes atraídos por el turismo gastronómico, su arraigado reconocimiento internacional y el aumento en 2017 de casi un 9% del gasto por persona en el conjunto de alojamientos, restaurantes, bares, comercios o empresas de actividades asociadas al turismo gastronómico y acumuladas en experiencias como las ofrecidas por las Rutas del Vino de España, apunta claramente hacia un reforzado y favorable escenario futuro del sector.


Pablo Díaz Rodríguez | Profesor e Investigador en Escuela Universitaria de Turismo Ostelea

El turismo gastronómico se consolida como complemento al turismo tradicional