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NUEVATRIBUNA.ES / ISABEL G.CABALLERO 11.05.2009

Primer debate sobre el estado de la nación de la legislatura y el primero que se celebra en plena crisis económica y con el paro por encima de los 4 millones, las dos principales preocupaciones de los españoles según la última encuesta del CIS. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha querido que este debate se celebre antes de las Europeas del 7 de junio, para no tener que presentarse en el Congreso �argumenta el PP- con la imagen caliente de la derrota de las elecciones (la mayoría de las encuestas da la victoria al partido de Mariano Rajoy), o simplemente para reforzar su estrategia cara a ganar esos comicios. De cualquier manera, la cita con las urnas dentro de un mes es clave para adelantar cómo se conducirá el debate parlamentario más importante del año y en esta ocasión no es arriesgado decir que supone el arranque de la campaña electoral, es decir, a cara de perro.

EXAMEN A SALGADO

Ofrecerá un “catálogo de soluciones” a la crisis, ha dicho la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín. Aunque más que nuevas propuestas, el presidente hará balance de las medidas anticrisis adoptadas en el ‘Plan E’ (plan para la reactivación de la economía y el empleo) en un discurso que llevará el sello de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, un mes después de sustituir a Pedro Solbes al frente de esta cartera. Se espera asimismo que Zapatero anuncie una propuesta concreta para ampliar la ayuda social a los parados, clave en su apuesta por mantener las prestaciones sociales, lo que conllevará más gasto público, no sólo por parte del Estado sino también de las Comunidades Autónomas para que garanticen las rentas mínimas de inserción y la ayuda a la Dependencia.

Zapatero se subirá a la tribuna para tender la mano al resto de grupos parlamentarios pero ni siquiera las fuerzas de izquierda van a ponérselo fácil. El tan esperado duelo entre el presidente y el líder de la oposición se repetirá en paralelo con el resto de portavoces. El jefe del Gobierno abordará de lleno el paro y apostará por nuevos yacimientos de empleo. Gasto público, impuestos y reforma laboral serán los tres ejes que marcarán el enfrentamiento entre Rajoy y Zapatero. El PP apuesta por reducir el déficit público y por una reforma del mercado laboral de la que aún se desconoce la letra pequeña pero cuyas líneas generales (más cercanas a la Patronal que a los sindicatos) han adelantado en distintas ocasiones José María Aznar o Esperanza Aguirre. En cuanto a la reforma fiscal, el PSOE no la descarta, pero se desconoce también en qué términos podría ser planteada y si contaría con el acuerdo de los dos principales partidos.

UN DIFÍCIL PACTO ANTICRISIS

La economía centrará por tanto esta cita en el Parlamento cuyas posiciones iniciales ya han sido puestas sobre la mesa por parte de todas las fuerzas políticas. Desde Izquierda Unida, su único diputado Gaspar Llamazares, compareció este lunes en rueda de prensa en la Cámara baja acompañado por el coordinador general de esta formación Cayo Lara. Ambos advierten al presidente de que si no toma el rumbo de la izquierda “no nos tendrá a su lado”. IU planteará en este debate que el dinero que no se ha utilizado para el fondo de ayuda a los bancos y que asciende a un total de 30.649 millones de euros se destine para inversión pública y creación de empleo. Llamazares también plateará un plan de empleo y formación para trabajadores que no reciben ningún tipo de prestación (1.033.144); más empleo público y un cambio en el modelo de desarrollo, propuestas que se debatirán la semana que viene en el correspondiente debate y votación de las resoluciones.

“No estaremos en ningún pacto que signifique dar más dinero a los banqueros, reducir el gasto público y dar regalos fiscales a los más ricos”, dice IU. Y es que el ‘pacto anticrisis’ planeará sin duda en este debate, un acuerdo al que ya abogó Convergencia i Unió, cuyo portavoz, Josep Antoni Durán i Lleida, reprochará a Zapatero el no haber hecho un análisis certero de la situación presentando medidas que sólo han servido para “tapar agujeros”. CIU pedirá reformas estructurales y volverá a defender el Pacto de Estado pero no olvidará sus reivindicaciones en clave catalana en defensa del desarrollo del Estatut y de una mejor financiación para Cataluña.

LA FINANCIACIÓN, PENDIENTE

Las fuerzas catalanistas no esperan que Zapatero dé alguna cifra sobre financiación. Hay que recordar que el vicepresidente de Política Territorial, Manuel Chaves, se comprometió a tener cerrado en este mes de mayo el nuevo modelo y eso será lo que le recuerden grupos como ICV, cuyo diputado Joan Herrera (que comparte Grupo con IU) exigirá un “cambio radical” de la política económica del Gobierno. Con más dureza se expresará Joan Ridao, de Esquerra Republicana de Catalunya, que expresará su “gran desconfianza” antes los compromisos del presidente. En todo caso, las fuerzas catalanas tienen en el horizonte una cita más importante que las elecciones europeas: las próximas autonómicas de 2010; y antes, negociar los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, principal tarea de la nueva titular de Economía una vez pasen las vacaciones de verano.

El hecho de que la semana que viene el Gobierno logre acuerdos con las distintas fuerzas políticas en el debate de las resoluciones no quita que algunos Grupos intenten plantear la sesión de este martes y miércoles como un debate de confianza al presidente. En ese sentido, Zapatero tiene todas las de perder. El ambiente que se vivió en su intervención en el Pleno para explicar los cambios acometidos en su Ejecutivo volverá a repetirse. Las críticas no serán pocas. Grupos como el Partido Nacionalista Vasco que salvó en su momento la soledad parlamentaria del PSOE, están en su propia ‘vendetta’ tras perder el Gobierno en Euskadi. Su portavoz, Josu Erkoreka, hará hincapié en la “nefasta” gestión de la crisis y en la falta de soluciones e iniciativa política del Gobierno. El PNV volverá a exigir al Ejecutivo que aclare cuál es su eje de actuación en el Congreso (“eje de izquierdas” o “eje nacionalista”) y recordará al presidente su “inestabilidad” y su “aislamiento” parlamentario.

Al presidente le esperan así dos intensas jornadas con prácticamente la mayoría de la Cámara en su contra y sin prácticamente apoyos para sacara adelante la agenda legislativa en lo que resta de legislatura.

Todos los Grupos le "pegarán" duro