sábado. 20.04.2024

Apreciado señor Rubalcaba, de entrada he de decirle que me cae usted simpático. Creo que es una persona preparada y un buen político de calidad. Pero lamentablemente no le puedo creer. A pesar de que usted es lo que definimos como “un encantador de serpientes”

El día de su toma de posesión como candidato hizo un buen discurso, en la forma y en el fondo. De esos que a mucha gente le gusta oír. Pero algunos creemos que, por suerte, la política es algo más que palabras. Hizo un discurso de giro a la izquierda, pero: ¿es creíble? ¿Es creíble que lo haga usted y su partido, el PSOE, que está en el Gobierno del Estado que aún ahora, día a día, va consumando políticas de derechas?

Hace unos años, un joven desconocido apareció con un discurso político de izquierda y se hizo con el liderazgo del PSOE, se llamaba Rodríguez Zapatero. Después de un período de vacas gordas, en el que se hicieron políticas sociales progresistas, como las referentes a la igualdad de las personas sin distinción de orientación sexual, y otras demagógicas y populistas, como la de los 400 €, o la declaración de que bajar impuestos era de izquierdas, cuando llegó la crisis cayó del caballo y nos ha aplicado planteamientos de derechas en los ámbitos económicos y laboral.

Aquel personaje, de entrada era un desconocido, usted no. Y lo reconoce usted cuando asume su vinculación a Felipe González y a Zapatero. La verdad es que con estos padrinos nadie puede creer que usted representa a la izquierda.

El problema del PSOE y de sus cuadros políticos es que están en un callejón sin salida. Ya no son un partido de izquierdas, ni un partido socialista ni socialdemócrata. El PSOE es hoy claramente un partido de centro puro, social-liberal, que tiene la suerte de que la derecha en este país es derecha pura y dura.

Solo hay que escuchar a alguien como Elena Valenciano que no se pone colorada cuando dice que el PSOE cambia de política porque siempre está con la ciudadanía. Después de todo lo que han hecho en los últimos tres años, pretende decir que eso era lo que les pedía la ciudadanía. La gente de izquierdas, los trabajadores, el movimiento sindical, han estado en contra de sus políticas y por eso, hoy, están tan recelosos, indignados, y muchos, que no han encontrado alternativas, se han refugiado en la abstención, en el voto nulo o en el voto en blanco. Y eran y son gente de izquierdas. El PSOE, debe decirse claramente, es irrecuperable para la izquierda, hasta podría decirse que es nocivo que se presente como un partido de izquierdas, porque contamina a todas las izquierdas. Ya engañó al electorado de izquierdas González, y lo ha vuelto a hacer Zapatero, no queremos que pase una tercera vez. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Esperemos que mucha gente de izquierdas no se equivoque tres veces.

Amigo Rubalcaba: ¿cómo nos podemos creer que quiere cambiar la Ley Electoral, después de tanto tiempo de haberlo podido intentar? ¿Ahora tiene milagrosas medidas contra el paro? ¿Ahora quiere volver a poner el Impuesto sobre los Grandes patrimonios?

Por favor, usted es un político serio, con más de 30 años de política a sus espaldas, pero aunque recupere para hacer su programa a Caldera y a Narbona, ni así se hace creíble como político de izquierdas.

Y que conste que le deseo lo mejor, que consiga sacar un buen resultado electoral y recuperar todo el electorado de centro que le disputan el PP y CiU. Pero no quiera volver a engañar a los electores de izquierdas.

La gente de izquierdas de todo el estado, se merece que surja un movimiento nuevo y fuerte que recupere el espacio político para una formación con valores y planteamientos claros y nítidamente de izquierdas sin engaños. Ocúpese usted de conseguir el máximo espacio del centro y el centro-izquierda y deje que a la gente de izquierdas la recupere alguien que lo sea de verdad.

Señor Rubalcaba: Lo siento pero no le creo