viernes. 29.03.2024

Como siempre los medios de comunicación se hacen eco de casos concretos: aumentos de las listas de espera, demoras excesivas en urgencias, problemas para los ingresos, etc, pero muy poco de las causas, que son bien conocidas.

Desde 2009 nuestro sistema sanitario público esta viviendo un proceso de recortes y descapitalización que es muy importante. En ese año el presupuesto sanitario público liquidado fue de 70.464 millones de €, del que el gasto correspondiente a las CCAA alcanzó 64.272 millones € (datos del Ministerio de Sanidad), pues este gasto sanitario ha ido disminuyendo progresivamente, de manera que el presupuesto de 2014 es de 57.632 millones €, de los que 52.200 millones corresponden a los presupuestos de las CCAA, que alcanzan una disminución del 18,72% desde 2009.

Obviamente las diferencias entre presupuestado y liquidado deben ser vistas con prudencia porque es habitual una cierta desviación al alza, pero esta es relativa (alrededor de un 5%) y este año con los presupuestos de las CCAA vigilados estrechamente por Hacienda es previsible que esta desviación sea menor.

Por otro lado en el gasto sanitario público se incluye una partida (915 millones en el presupuesto liquidado de 2011) que corresponde a las administraciones locales que ha ido históricamente en disminución en estos años y que de acuerdo a la nueva ley de bases de régimen local dejan de ser de su competencia por lo que es previsible que vaya disminuyendo progresivamente hasta desaparecer, aunque se ha incluido en el calculo del presupuesto para 2014, lo que hace que este sobrevalore la situación real.

Está es la situación, 12.832 millones € menos de presupuesto sanitario público total y 12.072 millones menos de presupuesto para las CCAA (18,21 y 18,78% de reducción respectivamente).

Obviamente en estas circunstancias es imposible mantener los mismos servicios, y aunque los efectos del RD 16/2012 en cuanto a copagos y exclusión de medicamentos han supuesto una disminución del gasto farmacéutico público en recetas de 1.955 millones €, convine recordar que no incluye el gasto hospitalario (que ha continuado creciendo), que este gasto hasta ahora en descenso ha tenido un crecimiento mantenido los últimos 3 meses y que se hace a costa de trasladar gasto sanitario público a gasto privado generando numerosas desigualdades ( un 18% de los pensionistas no retiran medicamentos prescritos) y de daños desconocidos para la salud y sobre el sistema sanitario (el abandono de medicaciones necesarias empeora la salud, aumenta los ingresos y las visitas a urgencias).

Los efectos se han notado especialmente en recortes de personal (25.500 trabajadores sanitarios menos entre enero y julio de 2013 según el Ministerio de Hacienda, 55.000 menos en los últimos 4 años según CCOO), también en recortes en las estructuras sanitarias (cierres de camas, de turnos de tarde, de servicios de urgencias, etc), por supuesto con incidencia distinta en las diferentes CCAA.

Además los fenómenos privatizadores, en muchas CCAA, presionan hacia un mayor recorte en los servicios públicos, porque detraen fondos del presupuesto, porque tienen unos costes muy superiores al sistema público y porque se hacen con contratos que les aseguran una revisión anual al alza de sus ingresos, mientras los presupuestos sanitarios continúan descendiendo.

Aunque los datos que se tienen sobre los resultados en salud de los recortes son pocos (ya se encargan las distintas administraciones sanitarias de ocultarlos), todo lo que se sabe indica que la salud de la población se esta deteriorando y así lo señalan numerosas publicaciones internacionales (Lancet, British Medical Journal, etc) de manera que incluso quienes han propiciado esta política suicida de recortes han lanzado señales de advertencia (OCDE, UE; FMI), porque saben que España nunca ha tenido un problema de exceso de gasto sanitario público.

En fin, nos encontramos en una situación presupuestaria que es insostenible para la Sanidad Pública, porque además conviene recordar que los recortes que se están produciendo en otros ámbitos (empleos, pensiones, ect) hacen a la salud de población mas vulnerable e incrementan la demanda de atención sanitaria.


Por Marciano Sánchez Bayle | Portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

Los recortes presupuestarios llevan a la sanidad al desastre