viernes. 19.04.2024

"El 20-N las urnas decidirán si el cambio se instala definitivamente en España", ha proclamado el líder popular en el acto de inicio de curso político que se celebró este sábado, como es tradicional, en el Castillo de Soutomaior (Pontevedra). En este marco, ante unos 2.000 militantes del PP, el candidato la Presidencia de España ha pedido "un mandato claro" de los españoles para iniciar "una empresa modernizadora" en la que quiere contar "con la inmensa mayoría, no con unos pocos".

Convencido de que "la gran e imbatible nación" de España puede salir de la crisis, aunque será "difícil", Rajoy ha avanzado que propondrá un Gobierno con "un gran proyecto nacional" y centrado "en los intereses de todos los españoles". Su objetivo es construir un Gobierno que devuelva la "confianza" a los desempleados, que apoye "de verdad" a los emprendedores y que "impida que los quintacolumnistas del terrorismo hagan uso de las instituciones democráticas para incumplir las leyes con total impunidad".

"Un Gobierno que devuelva el prestigio a las instituciones, la concordia a nuestra convivencia y la igualdad de oportunidades en la Educación", ha continuado el jefe de filas del PP, quien ha vuelto a pedir el apoyo de la "inmensa mayoría" de los españoles para la "tarea" que le espera si derrota al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba el próximo 20 de noviembre.

"Tengo el honor y la responsabilidad de liderar esa tarea y lo haré desde el diálogo, la centralidad, la moderación y la concordia", ha comprometido el jefe de filas del PP, antes rechazar la "crispación y las disputas". Al tiempo, ha manifestado su voluntad de resolver los problemas "reales" de los españoles para lo que ha pedido ayuda a los suyos, "particularmente" a sus compañeros de filas de Galicia, su comunidad natal.

No en vano, Rajoy ha reconocido el trabajo hecho por Núñez Feijóo en la Xunta desde el año 2009 y le ha erigido en el pionero de la "ola de cambio y austeridad" que recorre ahora otras comunidades españolas en las que gobierna su formación. Con todo, ha advertido de que queda "mucho" por hacer y se ha comprometido a liderar un Gobierno que dé "credibilidad" en los mercados, que recupere el protagonismo internacional y que cuente con Iberoamérica.

EL "LEGADO" DE ZAPATERO, "RECORDATORIO"

Al arranque de uno de los cursos "más cruciales de la democracia", como se ha referido al que este sábado los populares inauguraron en Soutomaior, el líder popular ha hecho balance de la situación en la que se encuentra España con "casi 5 millones de españoles que no pueden trabajar" y siendo el país "más golpeado por la crisis de entre todos los grandes países del mundo desarrollado".

En su intervención, ha vuelto a cargar con dureza contra el Ejecutivo central, al que ha acusado de ser "la primera fuente de la inestabilidad" de la economía española y de "dilapidar" la "mejor herencia económica" recibida en la historia de la democracia española. "Eso lo sabe todo el mundo, todo el mundo conoce los recortes, el déficit y las improvisaciones", ha reflexionado.

Dicho esto, ha añadido que "de nada sirve lamentarse" puesto que hacerlo sólo conduce "a la nostalgia estéril y a la frustración". Además, ha destacado que el "legado" del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero no será inútil ya que servirá como "recordatorio" a futuros Ejecutivos sobre "lo que no hay que hacer". "Todos los que nos presentamos sabemos ahora lo que no hay que hacer a la hora de gobernar un país", ha celebrado.

En cualquier caso y en la misma línea que el líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, el líder nacional de los populares ha insistido en que lo que debe "preocupar" ahora a los suyos es "mirar al futuro", ya que queda "una tarea muy difícil por delante". "Quien piense que las cosas van a ser fáciles y que las cosas se pueden hacer sin esfuerzo o que tiene una varita mágica, se equivoca", ha advertido.

"DECIR LA VERDAD"

Así las cosas, Rajoy ha abogado por "decir la verdad a los españoles" y ha admitido que "salir" de la actual situación será "muy difícil", aunque se ha mostrado optimista y convencido de que los españoles podrán "superarla". "Lo diré muy claro: pese al inmenso daño no hay crisis lo suficientemente profunda que no podamos superar ni desequilibrio que no podamos corregir", ha sentenciado.

También ha remarcado que sus palabras no suponen "un brindis al sol", sino que están sustentadas en la "voluntad de superación" de los jóvenes españoles o en otras "pruebas irrefutables" como el mensaje de los emprendedores, que ve un elemento clave para superar la crisis. Todas ellas, en su conjunto, ha esgrimido, identifican a España como "una gran nación imbatible".

Eso sí, ha admitido que la salida de la crisis exigirá "muchas cosas" y ha advertido de que "es tiempo de acertar". "Y eso es lo que vamos a intentar y a conseguir, pero necesitamos un Gobierno consciente del sentido histórico de la situación que vivimos, conocedor de los retos del futuro y con liderazgo claro. Un Gobierno preparado y solvente que fije plan para los próximos cuatro años y que lo cumpla", ha aseverado.

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