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20 de septiembre de 2010, 12:14
NUEVATRIBUNA.ES 19.09.2010
Matilde Fernández no se muerde la lengua. En una entrevista con la periodista Berta Fernández publicada en la revista Época, la senadora y diputada autonómica por Madrid dice no entender porqué José Luis Rodríguez Zapatero le ha puesto la proa a Tomás Gómez: “No lo sé y no lo entiendo. Creo que tiene que ver con esos principios de autoridad mal entendidos de los máximos responsables del partido”. En este sentido y a la pregunta acerca de la maniobras de Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco en este proceso de elección interna, Fernández asegura que tiene la “sensación” de que ambos “intentan controlar al PSOE desde arriba”, al tiempo que califica de “desacertadas” y de “metedura de pata” las palabras del ministro de Interior en las que vino a decir que el pulso político entre el secretario general del PSM y el presidente del Gobierno traerá consecuencias.
La que fuera ministra de Asuntos Sociales se ha decantado por la candidatura del ex alcalde de Parla frente a la de Trinidad Jiménez para liderar las listas a las elecciones autonómicas que se celebrarán en mayo de 2011. Esta circunstancia frente a otros compañeros de partido que apoyan abiertamente a la ministra de Sanidad hace que se produzcan “pequeñas heridas” que si se agrandan con descalificaciones acaban apareciendo las “puñaladas”. Fernández recuerda que el PSOE no es un partido de elites sino de militantes y considera que las primarias contribuyen al desarrollo democrático de España.
Fernández no cree que si Jiménez pierde el 3 de octubre pierda también Zapatero, un argumento –dice- que “ha salido de algunas personas de la Ejecutiva Federal y del Gobierno para presionar y llamar a la responsabilidad de los militantes con nuestro partido, pero flaco favor le están haciendo al secretario general y presidente del Gobierno”. Al respecto, pide que “nadie siga haciendo ese chantaje a la responsabilidad de los militantes”, unos militantes que “sufren la injerencia de nuestros dirigentes como no la sufren otros” y recordó los “fracasos” cometidos con otras candidaturas que en el pasado ha impulsado Ferraz como las de Cristina Almeida, Miguel Sebastián y la propia Trinidad Jiménez “que dice que ha estado casi los cuatro años, ¡por favor, basta con ir a las hemerotecas!”, afirma con cierta indignación sobre la etapa de oposición de la ministra después de perder las elecciones al Ayuntamiento de la capital.
En cuanto a Zapatero, la senadora socialista considera que aún no está todo lo amortizado que se cree y que mantiene un “apoyo mayoritario” en el PSOE. “Zapatero ha crecido mucho como dirigente y como presidente del Gobierno, otra cosa es que, como todos los dirigentes europeos que están gobernando, pague las consecuencias de la crisis. Puede dar aún mucha guerra”, dice.
En la entrevista también se refirió a la huelga general del 29-S convocada por los sindicatos en protesta por la reforma laboral acometida por el Gobierno (ella misma sigue siendo militantes de UGT), y aunque cree que “no es el momento” advierte que ella “no moverá un dedo” para que los sindicatos “contra los que la derecha lanza insultos todos los días, puedan salir debilitados”.
Matilde Fernández no se muerde la lengua. En una entrevista con la periodista Berta Fernández publicada en la revista Época, la senadora y diputada autonómica por Madrid dice no entender porqué José Luis Rodríguez Zapatero le ha puesto la proa a Tomás Gómez: “No lo sé y no lo entiendo. Creo que tiene que ver con esos principios de autoridad mal entendidos de los máximos responsables del partido”. En este sentido y a la pregunta acerca de la maniobras de Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco en este proceso de elección interna, Fernández asegura que tiene la “sensación” de que ambos “intentan controlar al PSOE desde arriba”, al tiempo que califica de “desacertadas” y de “metedura de pata” las palabras del ministro de Interior en las que vino a decir que el pulso político entre el secretario general del PSM y el presidente del Gobierno traerá consecuencias.
La que fuera ministra de Asuntos Sociales se ha decantado por la candidatura del ex alcalde de Parla frente a la de Trinidad Jiménez para liderar las listas a las elecciones autonómicas que se celebrarán en mayo de 2011. Esta circunstancia frente a otros compañeros de partido que apoyan abiertamente a la ministra de Sanidad hace que se produzcan “pequeñas heridas” que si se agrandan con descalificaciones acaban apareciendo las “puñaladas”. Fernández recuerda que el PSOE no es un partido de elites sino de militantes y considera que las primarias contribuyen al desarrollo democrático de España.
Fernández no cree que si Jiménez pierde el 3 de octubre pierda también Zapatero, un argumento –dice- que “ha salido de algunas personas de la Ejecutiva Federal y del Gobierno para presionar y llamar a la responsabilidad de los militantes con nuestro partido, pero flaco favor le están haciendo al secretario general y presidente del Gobierno”. Al respecto, pide que “nadie siga haciendo ese chantaje a la responsabilidad de los militantes”, unos militantes que “sufren la injerencia de nuestros dirigentes como no la sufren otros” y recordó los “fracasos” cometidos con otras candidaturas que en el pasado ha impulsado Ferraz como las de Cristina Almeida, Miguel Sebastián y la propia Trinidad Jiménez “que dice que ha estado casi los cuatro años, ¡por favor, basta con ir a las hemerotecas!”, afirma con cierta indignación sobre la etapa de oposición de la ministra después de perder las elecciones al Ayuntamiento de la capital.
En cuanto a Zapatero, la senadora socialista considera que aún no está todo lo amortizado que se cree y que mantiene un “apoyo mayoritario” en el PSOE. “Zapatero ha crecido mucho como dirigente y como presidente del Gobierno, otra cosa es que, como todos los dirigentes europeos que están gobernando, pague las consecuencias de la crisis. Puede dar aún mucha guerra”, dice.
En la entrevista también se refirió a la huelga general del 29-S convocada por los sindicatos en protesta por la reforma laboral acometida por el Gobierno (ella misma sigue siendo militantes de UGT), y aunque cree que “no es el momento” advierte que ella “no moverá un dedo” para que los sindicatos “contra los que la derecha lanza insultos todos los días, puedan salir debilitados”.
