jueves. 25.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 16.7.2010

No parece que hacer novillos sea la mejor táctica para ganar adeptos en las actuales circunstancias, cuando la inmensa mayoría de los trabajadores de este país pasa por dificultades y afronta grandes incertidumbres. Eso lleva a algún que otro bloguero a preguntar cómo se las apañaría cualquiera de ustedes para faltar al trabajo sin causa para no ser reprendido, penalizado o incluso despedido. Si tenemos en cuenta que el sueldo de Mariano Rajoy, sólo como diputado, es de unos 45.000 euros anuales más dietas y gastos de representación, los 'novillos' del presidente del PP pueden llegar a molestar bastante.

La crítica más generalizada que se le hace es la falta de respeto hacia la soberanía popular. Un ejemplo : Es inexplicable e indecente que un tipo que debería dar ejemplo se pase por el arco del triunfo, faltando el respeto al resto del parlamento, las normas más elementales de comportamiento, no acudiendo a uno de los plenos más importantes de la legislatura. Naturalmente debe de estar agotado, puesto que el día anterior se vio obligado a intervenir diciendo no a todo y eso en treinta minutos. (...) Un tipo vago, apático, incapaz de cumplir con sus obligaciones mínimas es el que quiere gobernarnos..

Pero es que, además, Rajoy, que presume de coherente y que basó su primera intervención en el debate en criticar los "bandazos" de Zapatero, se enfrenta en este caso al abrumador peso de las hemerotecas que nos recuerdan lo que dijo en octubre de 2008, al día siguiente de una sesión de control del Congreso en la que el hemiciclo presentó un aspecto desolador con la presencia de menos de la mitad de los diputados: "La gente tiene derecho a quejarse por la ausencia de los diputados, no hay excusas. Ayer se debía hablar de algo tan importante como el paro, y no le quepa duda de que haré todo lo que esté en mi mano para que esto no vuelva a ocurrir". (...) La mayoría de los españoles están trabajando a esas horas. Yo mismo estaba en mi despacho a las 8.30, y el hecho de que no hubiera votaciones no justifica las ausencias".

En esa sesión de control, incluso el diputado del PP Ramón Aguirre, quien debía interrogar al entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, sobre el paro, se encontraba ausente cuando el presidente de la Cámara Baja, José Bono, le dio la palabra para que formulara su pregunta. Y esto llevó a la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que con tanto ahínco ha defendido ahora la ausencia de su jefe, a decir lo siguiente: "El que no quiera ir que renuncie a su escaño". Sáenz confesaba sentirse abochornada y advertía de que su grupo aplicaría "sanciones disciplinarias" a los parlamentarios que no realizaran su "trabajo".

La pregunta que cabe hacerse ahora es si la amenaza de la portavoz vale para todos los miembros del grupo o sólo para la tropa.

Los 'novillos' de Rajoy y las hemerotecas