viernes. 19.04.2024
Lissavetzky2
Fotos: PSM

Madrid está viviendo el verano más sucio de los últimos veinte años. La reducción del 26% del presupuesto dedicado a limpieza de calles y el hecho de que, durante el mes de agosto, la plantilla de operarios se ha reducido en un 45% ha dejado su huella en forma de desperdicios, cajones, latas y otros desechos por las plazas y vías de la ciudad. El portavoz del grupo municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha pedido a la alcaldesa “responsabilidad” y un plan de choque que garantice la limpieza para la ciudad. “Madrid no funciona porque Ana Botella no quiere”, se lamentó el líder socialista.

La Plaza del Dos de Mayo, a donde se ha desplazado esta mañana el portavoz, es el vivo ejemplo de una ciudad maloliente y llena de desperdicios. Así lo demuestran las fotos tomadas unas horas antes de que los camiones de limpieza se apresuraran a recoger la basura tras la convocatoria de prensa realizada por el PSOE para denunciar el deplorable estado del entorno. “Esto es lo que algunos llaman efecto Lissavetzky”, bromeó al escuchar el ruido de los camiones y es que ya viene siendo todo un clásico el ir y venir de operarios cada vez que los socialistas convocan a los medios de comunicación. El problema, añadió Lissavetzky, es que el estado de suciedad vuelve a las pocas horas y nadie hace nada por remediarlo.

Además, y pese al esfuerzos de última hora por recoger los desechos de la zona, la realidad se impone y en el recorrido que ha realizado Lissavetzky, junto a los concejales Ruth Porta, Diego Cruz, Gabriel Calles, Marisa Ybarra, Carmen Sánchez Carazo y Pablo García-Rojo, se han topado con puntos de suciedad en distintos puntos del distrito Centro. Justo el mismo estado que presentaban ayer y el mismo que vienen sufriendo los vecinos desde el inicio del verano.

Lógica del beneficio

Lissavetzky ha recordado que el lamentable estado de las calles tiene su origen en los contratos impulsados por Ana Botella y que fueron el origen de la primera huelga de limpieza en 20 años. El Ayuntamiento recortó el presupuesto destinado a estas tareas en un 26% sin exigir un mínimo de personal ni de medios a las empresas contratistas. La “lógica del beneficio” hizo que las contratas redujeran las plantillas en un 12% por el ERTE. “Si a esta reducción se añade que el 33% está de vacaciones y no se han dispuesto suplencias, en estos momentos hay un 45% menos de personas dedicadas a limpiar el centro de la capital”, apuntó.

El portavoz del PSOE se mostró escandalizado por la reacción  del responsable de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito cuando asegura que no hay problema porque el Ayuntamiento impone multas a las empresas. “Es un error de concepto total pensar que la manera de tener limpia la ciudad es a base de multas”, argumentó Lissavetzky. “Los madrileños buscan responsabilidades en el Ayuntamiento porque la limpieza de la ciudad es su competencia”, recordó.

El portavoz municipal se hizo eco del estallido de críticas que circulan en las redes sociales y entre los empresarios y asociaciones madrileñas. “Quien no quiera verlo, es que está ciego”.

El PSOE se teme que las escenas de suciedad permanente se trasladen a otros distritos de la periferia donde está a punto de cerrarse la contratación de la recogida de residuos. “Suponemos que ocurrirá exactamente igual porque lo único que importa a este Gobierno es el precio“, indicó. La propuesta económica cuenta un 65% en el baremo de  contratación, mientras que este factor hace años pesaba solo el 20% cuando se daba mayor importancia a  la experiencia, plantilla, frecuencia de baldeado de calles y otros elementos que garantizaran la limpieza. “Botella dice que así los madrileños se ahorran, pero ese ahorro se paga al final con suciedad”, agregó el portavoz.

Lissavetzky lamenta que Madrid ofrezca un aspecto que le resta méritos y pide a la alcaldesa Ana Botella que si presume de tener superávit en la cuentas “lo invierta en los ciudadanos”.

Lissavetzky recorre el Madrid “más sucio de los últimos veinte años”