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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 13.2.2009

En los últimos días, no pasa una hora sin que conozcamos nuevas ramificaciones de la trama de corrupción, “supuesta” hasta que los tribunales digan lo contrario, que ha sumido al PP en su peor crisis.

El escándalo empezó en Madrid y es a los dirigentes populares madrileños a quienes trae de cabeza. Pero no parece que los “tejes y manejes” de empresarios y altos cargos vayan a quedar cicunscritos a esta Comunidad. La sombra de la corrupción se extiende ya a Valencia y, según las últimas informaciones, también a Galicia.

Apenas unas horas después de que se diera el pistoletazo de salida a la campaña para las próximas elecciones autonómicas gallegas, hemos sabido que el Tribunal de Cuentas investiga al número uno de las candidatura del PP por A Coruña, Carlos Negreira. Negreira, uno de los hombres de confianza del candidato popular a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, decidió adjudicaciones a dedo a la empresa SEGURISA, implicada en la trama del espionaje, en su calidad de presidente de Puertos de Galicia.

Según ha informado la Cadena SER, SEGURISA no cumplía los requisitos del pliego de condiciones y además obtuvo prórrogas de los contratos con Portos de Galicia a pesar de que esa medida supusiera una violación de la Ley de Contratos de la Administración Pública. SEGURISA pertenece a Enrique Sánchez, uno de los acompañantes del vicepresidente de Esperanza Aguirre, Ignacio González, durante su viaje a Sudáfrica. Los contratos ya han sido examinados por el Consello de Contas de Galicia que los ha remitido a Madrid, al Tribunal de Cuentas. Enrique Sánchez, según la misma información, también se ha beneficiado de su amistad con González quien, como presidente del Canal de Isabel II también le ha adjudicado contratos.

Las sospechas sobre Negreira no son la primera piedra con la que tropieza Núñez Feijóo en su carrera hacia la Xunta. Hace una semana, el candidato del PP tuvo que forzar la renuncia de su número 1 por Ourense, Luis Carrera, después de que se supiera que estaba siendo investigado por un presunto fraude fiscal al no declarar a Hacienda una comisión cobrada a través de un paraíso fiscal.

De seguir así las cosas, la corrupción no será un simple elemento de distracción para los candidatos a las próximas elecciones y para sus líderes nacionales sino que entrará de lleno en la campaña.

La sombra de la corrupción se extiende a Galicia en plena campaña electoral