jueves. 28.03.2024

La relación entre los integrantes del Comité de Dirección del Partido Popular, que preside cada lunes María Dolores de Cospedal como secretaria general, está notablemente erosionada, según detallaron fuentes de cúpula.

Una mayoría de responsables del partido considera que el PP "se ha equivocado" desde el principio en la gestión de este asunto y acusa a Cospedal de "meter la pata" en varias ocasiones a lo largo del último mes y medio, desde que el 16 de enero se supo que Luis Bárcenas tenía una cuenta en un banco de Suiza con 22 millones de euros.

Del "no me consta" que Carlos Floriano utilizó el primer día se ha pasado a reconocer que el extesorero siguió cobrando hasta el mes de enero para simular un "despido diferido"

La estrategia del PP siempre ha sido la misma: negar toda relación con Bárcenas y defender la limpieza de sus cuentes. Sin embargo, los argumentos utilizados han variado sustancialmente a medida que se conocían nuevos datos. Del "no me consta" que Carlos Floriano utilizó el primer día se ha pasado a reconocer que el extesorero siguió cobrando hasta el mes de enero para simular un "despido diferido".

La comparecencia de María Dolores de Cospedal en la sede del partido del pasado lunes acabó con la paciencia de algunos compañeros de la dirección y muchos de los altos cargos que integran el Comité Ejecutivo Nacional y la Junta Directiva del PP.

CRITICAS A COSPEDAL

Se quejan de que ella es "la única" que recibe información de primera mano de la actual tesorera, Carmen Navarro, y ni siquiera así fue capaz de explicar de forma convincente la relación laboral que existía entre Luis Bárcenas y el partido desde el año 2009.

Creen imperdonable que se le escapara que la relación laboral con Bárcenas era una "simulación" de salario o de despido, ya que así ha dejado por los suelos la credibilidad del PP y ha puesto de manifiesto que los argumentos utilizados en las últimas semanas "eran mentiras".

En público, ningún miembro de la dirección nacional cuestiona el papel de Cospedal, conscientes del poder interno que acumula desde que Mariano Rajoy llegó a La Moncloa en diciembre de 2011 y delegó en su 'mano derecha' todas las decisiones que se adoptan en la sede de la calle Génova 13.

Pero la sinceridad vuela de boca en boca en las conversaciones privadas que mantienen los dirigentes sobre la gestión del 'caso Bárcenas'. Tanto es así que los tres vicesecretarios generales del PP, Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons, han decidido tomar distancias en este asunto y dejar que sea Cospedal la que lleve las riendas a la hora de dar explicaciones.

EL CULPABLE ES ARENAS

Entre los defensores de Cospedal también existe cierto enfado por el modo en que se están comportando otros dirigentes. Aseguran que todo lo que está sucediendo ahora es "responsabilidad" de Javier Arenas, al que señalan como responsable de la negociación que en 2010 se emprendió con Luis Bárcenas para que se apartara del partido.

Las fuentes consultadas aseguran a Servimedia que Cospedal se mantuvo entonces al margen porque hacía poco más de un año que había aterrizado en su despacho de Génova 13 y aceptó que Mariano Rajoy se inclinara por Javier Arenas para pactar un finiquito con Bárcenas.

Aunque Cospedal controló por aquel entonces el nombramiento de Carmen Navarro como gerente y el ascenso hace apenas un año a tesorera, ahora afirma que no tenía constancia del acuerdo que Arenas pactó con Bárcenas y, por eso, no ha estado todo lo acertada que debería en las últimas semanas.

También se admite que no existe ningún papel escrito del acuerdo alcanzado con el extesorero y se culpa expresamente al vicesecretario de Política Autonómica y Local de haberse conformado con la palabra de Bárcenas, dado que ahora le ha permitido presentar en los juzgados una demanda por despido improcedente.

La realidad es que el ambiente interno es de desconfianza creciente entre los máximos dirigentes, a lo que se suma el hecho de que el Gobierno de Mariano Rajoy no quiera saber nada del asunto. El equipo del presidente asegura que él está plenamente dedicado a las reformas económicas que debe poner en marcha para sacar a España de la crisis y eso es más importante que los problemas que tenga el PP.

La vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha visualizado esa actitud en las ruedas de prensa de los viernes posteriores al Consejo de Ministros, en las que desvía todas las responsabilidades y todas las explicaciones sobre Bárcenas al partido y, en particular, a la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

La gestión del caso Bárcenas divide a la cúpula del PP