viernes. 29.03.2024

La extrema derecha se organiza para reventar la Fiesta Nacional

Los gritos y silbidos contra el jefe del Gobierno se han convertido en parte de la liturgia del 12-O. Este año, no obstante, se han caracterizado por un elemento 'novedoso' que han destacado fuentes de la organización de la parada militar: los gritos de 'fuera, fuera' y 'Zapatero, dimisión' se han producido en puntos "muy localizados, muy concretos", y han sido proferidos e instigados por "pequeños grupos organizados".
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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 12.10.2010

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha restado importancia a los abucheos que parte del público le ha dirigido durante el desfile militar de la Fiesta Nacional y ha comentado que son "lo de siempre, forma parte del guión".

Las palabras de Zapatero, pronunciadas durante una conversación informal con algunos de los invitados a la recepción oficial que como cada año ofrecen los Reyes en el Palacio de Oriente, pretendían despojar de dramatismo a unos incidentes que, sin embargo, otras fuentes del Gobierno han considerado mucho más graves. Es el caso del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha calificado de "duro y lamentable, muy lamentable" lo sucedido, sobre todo en un momento en el que se tributaba el homenaje a los caídos por España. y ha recalcado que es "duro" que la "extrema derecha se apropie" de la Fiesta Nacional.

La interpretación de Rubalcaba coincide con la que ha realizado el Ministerio de Defensa, que ha atribuido los silbidos y abucheos al presidente a "pequeños grupos organizados" que habían sido "convocados" a través de las redes sociales, como facebook y twitter, y mediante mensajes de texto vía teléfono móvil. Según fuentes de la organización de la parada militar, los gritos de 'fuera, fuera' y 'Zapatero, dimisión' se produjeron en puntos "muy localizados, muy concretos", proferidos e instigados por "pequeños grupos organizados".

Concretamente, los gritos por parte del público más cercano a las tribunas de autoridades, en la Plaza de Lima de Madrid, comenzaron a escucharse media hora antes de que Zapatero llegara al lugar desde el que las más altas autoridades del país asistieron al desfile. Los primeros silbidos se hicieron audibles poco después de las diez de la mañana, cuando el narrador pronunció el nombre del presidente del Gobierno, al anunciar que recibía a los Reyes, y se mantuvieron en el momento en el que Zapatero procedía a saludar a Don Juan Carlos y Doña Sofía y hasta que sonaron los primeros acordes del himno nacional. También continuaron después de que el Rey saludara a los miembros del Gobierno e incluso en el homenaje a la bandera nacional, que llegó desde el aire a cargo de un equipo de la Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejército del Aire.

Además, tal y como ha destacado Rubalcaba y a diferencia de otros años, los abucheos y peticiones de "dimisión" para el presidente se repitieron en uno de los momentos más emotivos de la parada: durante el homenaje a los que dieron su vida por España, en el que participaron familiares de militares y guardias civiles fallecidos en acto de servicio en el último año.

El portavoz de Defensa del Grupo Socialista en el Congreso, Jesús Cuadrado, ha calificado de "actitud miserable" y de "baja catadura moral" la actitud de quienes "han aprovechado el silencio del homenaje a los caídos por España para arreciar sus griteríos". También él se ha referido a "grupos radicales de extrema derecha" que "han utilizado la Fiesta Nacional de todos los españoles para hacerse notar". Cuadrado ha confiado en que el PP "tenga la inteligencia suficiente" como para desmarcarse claramente de esas actitudes y no caiga en la "tentación" de utilizarlas. Pero no parece que su petición haya sido escuchada ya que las declaraciones realizadas por dirigentes 'populares' van en la dirección de justificar el griterío.

Como muestra, baste lo dicho por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ha visto "más lejos" de la tribuna de autoridades que de costumbre al público, 'detalle' que ha interpretado como un vano intento de evitar los habituales abucheos al presidente del Gobierno. Su acólito, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, David Pérez, ha criticado que la instalación de vallas a 500 metros dentro del perímetro de seguridad son parte de la "ingeniería" para ocultar las protestas.

Es decir, tanto Aguirre como Pérez han mostrado una inquietante comprensión hacia los reventadores, no así hacia los familiares de los militares y guardias civiles caídos en acto de servicio que han tenido que soportarles.

Por cierto que, como ha recordado el Príncipe de Asturias durante la recepción en el Palacio de Oriente, este tipo de manifestaciones no sólo se han producido con este Gobierno, sino también con otros anteriores. Tanto el Rey como su hijo han lamentado los abucheos y don Juan Carlos ha reconocido que no le han gustado nada.


La extrema derecha se organiza para reventar la Fiesta Nacional