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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 19.7.2009

A pesar de todo, Rosa Díez no parece dispuesta a admitir las dificultades con las que se enfrenta. La líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), considera que su formación está sufriendo una "crisis humana", y no política, si bien asegura que el partido sigue y seguirá creciendo tras pasar lo que califica como un "sarampión". "Prefieres que el niño no pase el sarampión, pero si no lo pasase, seguramente no crecería bien", resume.

En una entrevista concedida a Europa Press, Rosa Díez se refiere así a la situación interna por la que atraviesa UPyD tras la salida del partido de uno de sus promotores y "número dos" de Madrid en las pasadas generales, Mikel Buesa, y la marcha de una treintena de afiliados, ocho de ellos miembros del Consejo Político y otros cargos territoriales.

Rosa Díez tacha de "groseras" las críticas de "falta de democracia" y de "exceso personalismo" que está recibiendo la dirección del partido y su persona por parte de esa voces discrepantes, que, a su juicio, están ofendiendo a "los miles de militantes" del partido --"no a Rosa Díez ni a la dirección de UPyD"--, que cada día están "partiéndose el cobre" por la organización. "Es una ofensa decir a esas personas que lo que hacen no es democrático y, además de no ser justo, no es real", sostiene Díez, quien admite que no le importa a qué pueden obedecer unas acusaciones que, según señala, no están afectado al crecimiento del partido. De hecho, Díez presume de que en las últimas semanas --"en las que parecía que moríamos", ironiza--, UPyD ha creciendo en militancia.

Según aseguran fuentes de UPyD, en el último mes el partido ha tenido más afiliados que bajas. En concreto, entre el 12 de junio y el 14 de julio se han afiliado un total de 272 personas, y durante ese mismo periodo se han dado de baja 40 militantes. El partido de Rosa Díez posee alrededor de 6.000 afiliados.

LAS CRÍTICAS DE SU NÚMERO DOS

La responsable de UPyD admite desconocer qué efectos electorales podría tener la salida de la formación de Buesa, una renuncia que dice lamentar "muchísimo". "Le apreciaba y le respetaba antes, y le aprecio y le respeto ahora --enfatiza--. No comparto sus decisiones, pero no las comento en público precisamente porque le respeto".

Díez reseña que Buesa ha formado parte del "núcleo duro" de UPyD "desde que llegó hasta que se fue", por lo que reconoce no entender que el que fuera "número dos" por Madrid en las pasadas elecciones generales acuse ahora a la dirección, en la que él estuvo , de "autoritarismo". "Creo que el tiempo va a demostrar algo contrario a aquello de lo que se nos acusa: que UPyD es muchísimo más que Rosa Díez --defiende--, aunque ya está más que demostrado" a tenor del resultado conseguido en las europeas, donde, según recuerda, se ha crecido fundamentalmente fuera de Madrid y gracias a personas que no son conocidas a nivel nacional.

"La experiencia está demostrando que el partido, por supuesto, es muchísimo más que yo, pero hay una cierta perversidad en los medios, donde no conseguimos penetrar sino salgo yo, que ya era conocida de antes", afirma. "Y luego se nos acusa de personalismo", se queja.

CIUDADANOS, UN MODELO QUE NO DESEA SEGUIR

La política vasca, que asegura que "sin duda" evitará que UPyD acabe como Ciudadanos, subraya que el objetivo de la dirección del partido es convertirse en un instrumento útil para la sociedad y, para ello, deben acordar "entre todos y en los órganos competentes" unas normas de comportamiento que "se aplican a todos por igual sin excepciones". "Ésa es la mejor regla para evitar un "Gürtel"", apostilla.

Preguntada sobre si coincide con el director teatral y reconocido votante de UPyD Albert Boadella en su diagnóstico de que en el partido existen "infiltrados" que tratan de desmontarlo, Rosa Díez admite no haberse parado a pensar esa posibilidad, si bien subraya que, "si los hubiere, no van a tener mucha vida".

La líder de UPyD compara la situación interna por la que atraviesa su formación política con "un sarampión" del que dice que saldrán fortalecidos. "Prefieres que el niño no pase el sarampión, pero si no lo pasara, seguramente no crecería bien", manifiesta. Díez confiesa que hubiera sido "mejor" que la formación no padeciera ninguna "enfermedad", si bien cree que UPyD es un partido político, "no un grupo de amigos", y que estas cosas tienen que pasar "antes o después". "Nos estamos adaptando a esto tan nuevo y hay crisis humanas, no políticas, lo que es común en la vida", remata.

PRESENTARÁ SU PROPIA CANDIDATURA

En relación con el primer congreso que UPyD celebrará el próximo mes de noviembre, Díez reseña que en ese cónclave no se modificará la estructura orgánica del partido y que se mantendrá el esquema previsto en el reglamento aprobado el pasado 11 de julio recientemente por el Consejo Político del partido. Es decir, no se elegirá ni presidente ni secretario general. En esa cita de noviembre, cualquier afiliado podrá presentar unos veinte días antes del congreso una candidatura completa --compuesta por un portavoz y 21 miembros para integrar el Consejo de Dirección-- que no deberá de contar con ningún tipo de aval ni cuota territorial.

Rosa Díez asegura que tiene intención de presentar su propia candidatura en la que le gustaría contar con personas como Fernando Savater, Albert Boadella o Álvaro Pombo, si bien no se muestra muy optimista con que ellos acepten formar parte de la misma. "Ya me gustaría, pero ellos han dicho pública y reiteradamente que no están para eso", lamenta.

Además, los delegados designados para ese cónclave elegirán al Consejo Político de UPyD, del que forman parte los coordinadores territoriales y otros cargos. Estos puestos se votarán por primarias "sin ningún tipo de restricción" y teniéndose en cuenta un censo de simpatizantes que el partido va a poner en marcha.

La crisis "humana" de UPyD