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NUEVATRIBUNA.ES - 25.02.2009

Ignacio González escapó ayer, cual prestidigitador, a las críticas de la oposición por presuntas irregularidades en las adjudicaciones hechas por el Canal de Isabel II, corporación que él mismo preside.

Escapó, pero hay quien piensa que por poco tiempo. “Algunas de las afirmaciones que ha hecho se van a volver en su contra”, afirmaba con rotundidad un diputado de la oposición al término de una maratoniana sesión parlamentaria que se prolongó durante cuatro horas.

González compareció a petición propia en la comisión de Vigilancia de las Contrataciones de la Asamblea de Madrid para informar de tres contratos relacionados con la seguridad, los servicios de limpieza y el campo de golfo del Canal. Primera comparecencia en el Parlamento desde que saltaran las tramas de espionaje y corrupción, y la expectación era máxima.

AMIGO DEL EMPRESARIO SÁNCHEZ

El ‘número dos’ de Esperanza Aguirre estuvo al quite y al desquite. Acompañado por responsables de su departamento, varios asesores y hasta la directora de comunicación de la presidenta, González exhibió una arrogante postura a sabiendas que ni el PSOE ni IU (con copias del registro mercantil en mano) iban a conseguir ponerle entre las cuerdas. Y es que las contrataciones que han sido supervisadas y aprobadas por él mismo no adolecen de ilegalidad alguna, al menos en una primera lectura, incompleta y superficial a juicio de sus adversarios políticos.

Sin embargo, sí hubo una cosa que quedó meridianamente clara: los nombres de familiares y amigos del vicepresidente aparecen y desaparecen como por arte de magia de unas operaciones que la oposición calificó de verdadera “ingeniería financiera”.

“No ha aclarado su relación con el empresario Enrique Sánchez. No ha aclarado su relación con José A. Clemente, y de éste con sus familiares” (hermano y cuñado), concluyó IU.

González se negó a explicar su viaje con Sánchez a Johannesburgo en marzo de 2008. La existencia de dicho viaje se conoce por el dossier con fotos en el que González es víctima de espionaje. Tampoco dio explicaciones de por qué pagó en metálico un billete de avión por valor de 8.000 euros. Y mucho menos aceptó las “insinuaciones” sobre un supuesto trato de favor a familiares suyos, el detonante de su arrebato casi de furia en el que llegó a decir: “Usted a su bola, al royo del espionaje, dando palos de ciego”.

INTRINCADA INGENIERÍA FINANCIERA

¿O no tan ciegos?

En el caso del campo de golf del Canal, todo empieza con la adjudicación para la construcción del mismo que corrió a cargo del Grupo ACS-Dragados, sociedad de Florentino Pérez que hace una subcontrata por valor de tres millones de euros a la empresa Only Golf Playnning and Design, en cuyo vídeo promocional aparece el tal Clemente, según explicó la oposición.

Este empresario mantiene vínculos con el hermano del vicepresidente, Pablo González y con su cuñado, José Caballero Escudier. Clemente es además dueño de Tecnoconcret, una de las empresas a las que el Canal adjudica parte de la gestión del campo y que comparte sede social con otra, de nombre Tamanaco 07 Consulting, cuyos propietarios son precisamente los familiares de González.

Si bien es cierto que dichas personas no figuran en ninguna de las tres empresas a las que se adjudicó la gestión del campo de golf, Clemente parece ser el vínculo del supuesto negocio que denuncia PSOE e IU. El argumento se sustenta en que una vez hecha la adjudicación a principios de 2007, Tecnoconcret vende su participación a Florentino Pérez, pasando posteriormente a ampliar su capital en 100.000 euros e incluyendo al hermano y cuñado de González que pasan a tener el 63% de una empresa revalorizada por el contrato firmado por la administración y beneficiada de importantes plusvalías, con un activo que pasa de tener 95.000 euros en 2005 a un 1.700.000 euros en 2007.

GONZÁLEZ NO HABLA DE SU VIDA PRIVADA

Lo que la oposición mantiene es que a pesar de la apariencia de legalidad, la actuación del vicepresidente puede estar seriamente cuestionada en términos políticos. “¿A ustedes le resulta difícil creer que Bermejo y Garzón no hablaron en su famosa cacería de la Operación Gürtel?, Bien pues a nosotros nos resulta imposible pensar que usted y el Sr Sánchez no hablaron, durante su viaje a Suráfrica, de éste y otros contratos”, dijo IU, quien también pidió su dimisión.

Él no quiso remover el asunto (constantemente se escudó en que se ceñía al objeto de la comparecencia) pero lo cierto es que los otros dos contratos adjudicados se hacen a Segurinsa y Saminsa que son propiedad de Enrique Sánchez, su amigo empresario con el que viajó a Johannesburgo.

Es más, González prorrogó en enero de 2008 a Segurinsa el contrato relativo a la seguridad por un total de 15 millones de euros, y sólo dos meses después, en marzo, compartía viaje con Sánchez, lo que le costó ser espiado, quizá �cuentan algunos- por quienes, también empresarios, no han sido tan favorecidos.

Tanto el PSOE como IU mantienen que el vicepresidente oculta información. Dicen que los contratos que ayer se pusieron sobre la mesa están incompletos. Por ejemplo, no figuran las ofertas de los licitadores, por lo que es difícil comparar sus ventajas y desventajas con respecto a las empresas del citado Sánchez, las grandes beneficiadas.

33 millones de euros en servicios de seguridad de las oficinas centrales y otras dependencias del Canal adjudicado a Segurinsa.

VALLECAS PIDE LA DIMISIÓN DE AGUIRRE

González se niega a dar explicaciones de su vida privada y por qué llevaba en el bolsillo un fajo de billetes. Cosa que no es ilegal por otro lado. El vicepresidente pasó momentos muy incómodos durante su comparecencia y se exaltó sobremanera al final, donde acusó al PSOE e IU de hacer “canallesca política”, política “marrullera”, así como de “enfangar” y “ensuciar”.

“No hay ni una sola empresa en la que hayan participado familiares míos”, concluyó tajante el número dos de Aguirre.

Poco antes, a mitad de la tarde, un grupo de personas se habían plantado ante la Asamblea de Madrid, en Vallecas, con pancartas contra la presidenta”. Desde lo altavoces se oía: “Son las cinco y media y todavía no ha dimitido Esperanza”.

Ignacio González, un experto en ingeniería financiera