jueves. 18.04.2024
comicios

“El galleguismo del Partido Popular supera en intensidad cualquier otra vocación regional de la derecha y a la vez es muy español. El PP es galleguista en Galicia y anticatalanista en el resto de España”.

“Escala Galicia”. Enric Juliana

El lugar común sobre la futilidad de las encuestas electorales sufre un nuevo desmentido.

Frente a toda apariencia, el CIS ha ‘clavado’ prácticamente en su último barómetro los resultados de las elecciones de ayer en Galicia y en el País Vasco, gracias a una excelente muestra de 1.000 encuestas por provincia y una ‘cocina’ que ha resultado muy acertada en términos generales.

La salvedad más notable a ese acierto ha sido la sobrestimación de las predicciones de PODEMOS / Mareas ( bastante habitual en el CIS) y sobre todo la aparatosa sorpresa de los resultados obtenidos por el BNG en Galicia ( en todas sus provincias).

EUSKADI

Penúltimo aviso para PD’s. Más de la mitad de los votantes vascos que a la entrada del verano renovaron su confianza en este nuevo partido, le han abandonado en esta ocasión, tras la vuelta de las vacaciones. Son casi 200 mil  votantes (177.059), es decir más de los que de momento  han permanecido fieles (156.671).

¿Es hora ya de reflexionar de verdad?. O proseguirá el autoengaño, con la retahíla de sedantes excusas, encuesta a la militancia incluida, para ir tirando de la casi sempiterna cantinela de que 150 mil votos son muchos votos para un partido que hace apenas dos años no existía y ha conseguido colocarse el tercero en el ranking ( eso sí a más distancia del segundo que la que separa al mismo del cuarto y del quinto).

Sensible aunque moderada pérdida del PSE. Más allá de la ‘debacle’ sufrida en los últimos cuatro años, ya verificada ampliamente en las generales de junio (concretamente en el País Vasco), este partido sufre un nuevo retroceso al perder casi una cuarta parte de sus votantes de junio (37.500 votos menos); no es tanto si se comparan con los 40.300 que pierde ahora el PP en esta misma Comunidad. Pese a todo sus 9 escaños- que aseguran al PNV  la mitad más uno del apoyo parlamentario para obtener mayoría absoluta - podría reportar a Sánchez una potente arma de negociación para el desbloqueo en la gobernabilidad de España.   

Gran éxito de BILDU. Sube nada menos que un 47% (bastante más que el PNV que lo hace en un 37%). Es probable que en buena parte ese ascenso sea resultado del factor “nacional”( elecciones autonómicas frente a generales), pero seguramente la explicación no se agote en ese indiscutible argumento.

Éxito sereno del PNV. Consigue atraer a 100 mil votantes más que los que le secundaron en junio. Efecto nuevamente del factor “nacional”, pero probablemente también de una apreciada gestión y de un sostenido esfuerzo de alejamiento de políticas más castizamente neoliberales y de mejora de la propia imagen. Puede tener a su disposición la mitad más uno de los  votos de la Cámara (los 9 escaños del PSOE más probable y menos comprometidamente que los 9 del PP) 

El PP, el último de la fila. De los partidos que obtienen escaño, el más votado en el Reino en las pasadas elecciones generales, queda en la cola, en quinto lugar en Euskadi, a una distancia de 25 mil votos del PSE (aunque empatados en escaños). No obstante, en Álava consigue el segundo puesto, con menores pérdidas respecto a las generales de junio que en las otras dos provincias.  

Evaporación del Partido de Rivera. Ambas elecciones– las vascas y las gallegas – han venido a certificar la insignificancia de este nuevo partido ya decididamente enfilado por la senda de su predecesor (UPyD) hacia la nada. Lo naranja ha resultado ser una nueva burbuja (de Fanta , en esta ocasión).

Fortalecimiento y ascenso de la afirmación del carácter plurinacional del Estado (o del Reino , de momento). Casi tres cuartas partes de los votantes (porcentaje incluso mayor que en Catalunya) han dado su confianza a partidos que con mayor o menor acento reclaman la celebración de un Referéndum para el reconocimiento legal de su condición de nación. La posición de los autodenominados partidos ‘constitucionalistas’ (de la sacralizada CE 78) se aproxima a la marginalidad y a la irrelevancia, siendo como son, además,  los poseídos de la misión de  gobernar el Reino. No obstante, no cabe ignorar tampoco la diversidad de posiciones dentro del primer  ‘bloque’ ni menos aún las peculiaridades territoriales a este respecto. En la provincia de Álava (Araba) por ejemplo, la proporción de los primeros ( los soberanistas por así decir) no alcanza el 40%.

GALIZA

El PP ( el roqueño partido popular gallego de Feijó), resiste bien en su feudo regional ( millón y medio de votantes de los 25 millones del Reino). Consolida su resultado de junio, incluso con un recatado aumento de 27 mil votos  (lo que significa un 4% más, mucho más modesto aún  en Orense y Pontevedra). Con la ayuda de una ley electoral en la que el voto de Orense o de Lugo tiene la mitad del coste que uno de la Coruña o Pontevedra (donde los votos del PP quedan por debajo del 44% de los emitidos), consigue una holgada mayoría absoluta de escaños. Seguramente ese mantenimiento de resultados tiene que ver con el factor “autonómico” y con el efecto Feijó que habría conseguido así  sobreponerse y contrarrestar el ‘contraefecto’ Rajoy.

Espectacular remontada de BNG . La verdadera sorpresa de estas elecciones. Crece un 167% con respecto a los comicios del 26-J. Supone una significativa merma ( o sangría) de las Mareas que en parte tendrá que ver con el tantas veces mencionado ‘efecto autonómico’ y quizás también con la más rotunda afirmación de su diferenciación “nacionalista”, frente a una más tibia definición de las Mareas.

Reflujo de bajamar en las Mareas. Pierden un 20 % de los votantes que les siguieron en las generales de junio. No es un mal resultado, pero no cabe ignorarlo a base de poner en primer plano la conquista de la segunda posición con ligera superación en votos (16 mil) respecto al siguiente (PSG), al conseguir invertir así las posiciones logradas por ambos partidos en junio.

El PSC salva los muebles (contra viento y ‘marea’). Aunque perdiendo bastante (casi un cuarto de sus votos de junio pasado) ha conseguido ‘aguantar’ (se deja 4 escaños de los que obtuvo en 2012), lo cual no es poca cosa teniendo en cuenta las ‘impeorables’ circunstancias en las que ha tenido que afrontar estos comicios ( boicot de los notables de su partido incluidos algunos dirigentes locales de fuerte predicamento y peso institucional). Especialmente aguda la pérdida registrada en el territorio más urbano (30% de caída en la provincia de La Coruña).

Nada que añadir sobre C’s a lo ya dicho al glosar los resultados en Euskadi, con porcentajes en Galicia prácticamente igual de insignificantes.

En cualquier caso, quienes desde los más distintos flancos se han conjurado por sepultar al resistente Sánchez, no cambiarán una sola nota de su partitura. Antes al contrario, arreciarán con reforzados acordes, supuestamente extraídos de una interpretación pro domo sua de lo acaecido ayer domingo.       

Galiza y Euskadi: lectura heterodoxa y apresurada