martes. 23.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 20.9.2009

Desde que El País lanzó su carga de profundidad contra José Luis Rodríguez Zapatero, un día antes de que el Congreso convalidara el decreto de la TDT de pago con el voto en contra del PP, Mariano Rajoy no ha dicho ni una palabra sobre el tema. No cuesta imaginarle fumándose un puro, mientras asiste a la retransmisión del final de la Vuelta Ciclista a España, hojea la prensa del domingo y sopesa su nuevo status de aliado de Prisa.

Ya se colocó en agosto la chapa de salvador del grupo con el anuncio de que impugnaría la aprobación de la TDT de pago, noticia que fue celebrada a bombo y platillo por los medios del grupo. La semana pasada, sus portavoces arremetieron contra el decreto con la misma contundencia que el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, diciendo que se trata de una muestra de autoritarismo del gobierno para favorecer a los amigos del ejecutivo.

Otros dirigentes "populares" sí se han pronunciado. Es el caso de Javier Arenas, que este domingo ha lanzado la sentencia "Zapatero cada día está más solo", tan sólo veinticuatro horas después de que el Comité Federal del PSOE cerrara filas con sus secretario general y presidente del Gobierno y avalara el rumbo que ha marcado para su política económica.

En contra de lo que pudiera parecer, la declaración de Arenas casi rezuma ternura si se la compara con algunas de las cosas que se han escrito tras la reunión socialista: Y, de repente, la magia se ha evaporado. Es como el cómico que pierde la gracia y cuyos chistes ya no provocan la risa del personal. Su gesto engolado, sus frases huecas y sus estudiados énfasis han empezado a hacerse insoportables para buena parte de los españoles. Es el final de la inocencia. Y algunos en el PSOE han empezado a echar cuentas... El párrafo pertenece al artículo "El final de la inocencia" que firma Jesús Cacho en El Confidencial y que concluye con este vaticinio: Se trata de un nuevo un pulso de Poder, como tantos otros a los que nos tiene acostumbrados. El problema es que Prisa ha sido la dispensadora de ideología de varias generaciones de progres hispanos, y es muy probable que esta guerra haga saltar en pedazos el erosionado edificio de la izquierda española.

"Historia de un chantaje" se titula el artículo de Casimiro García-Abadillo en El Mundo, en el que tras constatar que para muchos socialistas, el diario El País es como la Biblia para los cristianos, hace un detallado repaso de los episodios que han dado al traste con la relación idílica entre el PSOE y Prisa que le lleva a cargar contra el consejerdo delegado: Cebrián no ha logrado que su chantaje (retirarle el apoyo a Zapatero si no cedía en la TDT de pago) surtiera efecto. Uno de sus competidores, que le conoce bien, concluye: «Cebrián ha demostrado ser un mal gestor porque la situación del Grupo Prisa es ahora peor que nunca; pero tampoco ha demostrado que pueda lograr concesiones por parte del Gobierno. Entonces, ¿para qué le sirve ahora Cebrián al Grupo Prisa?». Y remata su texto citando a un dirigente del PSOE (que)es aún más drástico: «Esto sólo tiene dos salidas: o Zapatero se carga a Prisa, o Prisa se carga a Zapatero».

En general, hay una gran coincidencia en considerar lógico y previsible el cierre de filas en torno a Zapatero que escenificaron los barones socialistas. Pero cada cual lo interpreta a su manera. El editorial de La Razón asegura que Es comprensible que el PSOE, como haría cualquier otro partido, se repliegue sobre sí mismo ante los ataques exteriores y, sobre todo, ante el «fuego amigo» que amenaza con sembrar la discordia y exacerbar las dudas sobre su líder. Sin embargo, a la sobreactuación «a la búlgara» de no pocos dirigentes cabría aplicarle el proverbio «Dime de qué presumes y te diré de qué careces».

Por contra, en El País, que parece haber optado por remansar sus furibundos ataques de hace unos días, Luis Aizpeolea en "Situación de dificultad objetiva" demuestra que no hay comparación posible entre el PSOE de hoy, el de Zapatero, y aquél de Felipe González que el PP derrotó en 1996: Existe preocupación en el PSOE por la gravedad de la crisis y confusión por la sucesión de mensajes del Gobierno, especialmente relacionados con la subida de impuestos, como ha apuntado estos días el vicepresidente tercero y presidente del PSOE, Manuel Chaves, al declarar que el Ejecutivo tiene que "esforzarse por explicar la hoja de ruta". Pero no hay nada que asemeje la situación actual del socialismo español a lo que sucedió en sus filas a finales de los años ochenta.

Tampoco Público comparte las apreciaciones de los confidenciales y prensa de la derecha sobre la supuesta soledad de Zapatero. En "¡...Y Zapatero, sin dimitir!", Gonzalo López Alba desmonta la teoría sobre el golpe palaciego para sustituir al líder actual por otro (la opción de Joaquín Almunia planteada por Javier Gómez Navarro fue inmediatamente rechazada por el interesado) y subraya lo absurdo que resulta hablar de esa soledad precisamente esta semana, en la que el PSOE ha vuelto a ensayar con éxito la geometría variable para ganar tres votaciones sobre otros tantos asuntos importantes: la ayuda de 420 euros a los parados sin prestaciones, la entrada en vigor de la TDT de pago y el rechazo a las enmiendas de totalidad a la reforma de la ley de Extranjería.

Y añade: Conviene recordar que contra la primera sólo votó Rosa Díez, que la segunda tuvo el apoyo de CiU, ERC y Coalición Canaria, y que la tercera contó con el respaldo de CiU, BNG y Coalición Canaria. Tres votaciones, tres ensayos a varias bandas y un sólo dictamen verdadero, el del Consejo de Estado que avala la constitucionalidad de la reforma de la ley del aborto. Y termina señalando: Faltan dos años y medio para las próximas elecciones generales. ¡... Y Zapatero, sin dimitir!” .

Este muerto está muy vivo