viernes. 26.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 27.02.2009

Cierre de campaña para las elecciones del domingo. Mariano Rajoy se ha volcado en su tierra, Galicia, para que el PP ‘reconquiste’ el poder en el que consideran su feudo por excelencia. El 1M se juega la batalla final en las urnas y a los populares solo les queda una baza. Sí o sí. Ganar por mayoría absoluta.

El escaño 38 (la mayoría más uno de un total de 75 diputaos) es la clave para desbancar al PSdeG y al Bloque y los sondeos que maneja el PP le dan ese resultado, sin embargo la participación será clave en unas elecciones que se han enfangado con un cruce de acusaciones fuera de lo habitual.

Los insultos de José Luis Baltar han emponzoñado las últimas horas de contienda electoral. Con él precisamente estuvo anoche Rajoy en el mitin de cierre de campaña en Ourense para respaldar al candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, evitando hacer referencia alguna a las polémicas declaraciones.

Lo que sí hizo Rajoy fue llamar al voto, un voto que se traduce en el “esfuerzo, trabajo y sacrificio” de los ciudadanos para conseguir el cambio en la Xunta y desalojar del Gobierno a PSdeG y BNG, una “gente” �dijo- con la que “no se va a ninguna parte”.

Rajoy finalizó así un periplo de doce días por Galicia con el objetivo de ayudar a que el candidato popular se alce a la Presidencia de la Xunta el próximo domingo. Un periplo marcado por el goteo de informaciones relacionadas con la trama de corrupción que salpica a su partido y que Rajoy están intentando esquivar desde hace un mes.

Los resultados del domingo se presentan como unas primarias en el PP que tendrá la oportunidad de testar a su electorado potencial en plena crisis económica, principal argumento que está esgrimiendo Rajoy en su tarea de oposición al Gobierno de Zapatero.

Escaño 38, el salvoconducto de Rajoy