viernes. 26.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES | 15.02.2009

Según La Vanguardia, las elecciones del 1 de marzo en Galicia y el País Vasco ofrecerán todo un catálogo de señales -grado de resistencia del Gobierno y campo de alianzas de Zapatero, solidez de la oposición y posibilidades de supervivencia de Rajoy, impacto real de los escándalos madrileños, vigor y vigencia de los nacionalismos...-, pero serán, por encima de todo, una dura prueba para la credibilidad de la política en tiempos de grave crisis económica, asegura el autor del artículo Enric Juliana.

Augurios de abstención

“En Galicia, tierra abonada a la abstención, la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha detectado un 30% de indecisos y todos los partidos dan por seguro que esta vez no se repetirá el 68% de participación que despidió a Manuel Fraga Iribarne de la presidencia de la Xunta. Una participación por debajo del 62%, concentrada la desafección en la Galicia atlántica (la que más sufre la crisis), volvería a dar gran preponderancia al voto rural, con la consiguiente ventaja para el Partido Popular”, informa,- “pese a los avances de socialistas y nacionalistas en el arte de construir clientelas locales”, añade.

En el País Vasco se está registrando un descenso del 20% en las solicitudes de voto por correo (el plazo acaba el día 19).

La abstención o el voto en blanco de unos cien mil abertzales puede dejar al Partido Nacionalista Vasco al albur de una endiablada partida de mus.

Y el desconcierto de los trabajadores del amenazado clúster automovilístico de Vigo y de los demás núcleos fabriles atlánticos podría costar un serio disgusto a los socialistas en Galicia.

”El entero sistema se juega su prestigio el 1 de marzo ante la evidente dificultad de articular soluciones locales a la primera gran crisis de la globalización”, concluye Juliana.

Elecciones en Galicia y el País Vasco