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NUEVATRIBUNA.ES - 14.10.2010

... y del liberalismo extremo que le gusta practicar y defender públicamente. Pero con su declaración ha puesto la guinda a la semana.

Esperanza Aguirre fue probablemente la primera dirigente 'popular' que justificó la escandalera de los 'ultras' durante el desfile del 12 de octubre, atribuyéndola a "lo lejos" que se habían colocado las vallas para separar al público de las tribunas de invitados, lo que impedía a los grupos de energúmenos desahogarse a gusto insultando al presidente del Gobierno. Después de todo, como ha dicho la presidenta regional en reiteradas ocasiones a partir de ese día, sólo estaban ejerciendo su derecho a la libertad de expresión.

Tanta comprensión hacia elementos que levantaban el brazo, exhibían aguiluchos y hacían gala de toda la parafernalia de la extrema derecha tenía que desmbocar en una declaración como la que Aguirre ha hecho este jueves a TVE, cuando se le ha preguntado si cree que existe un 'Tea Party' en España: "Veo que a la izquierda el 'Tea party' le parece una cosa enormemente terrorífica de estos americanos que están tan locos todos ellos. El 'Tea party' pide menos impuestos, menos intervención del Gobierno y más nación americana. Son tres cosas que no están mal". E inmediatamente después ha añadido: "Con esas tres ideas tan alocadas estoy bastante de acuerdo". Ante otra pregunta, la de si ella podría ser un referente del 'Tea Party' español, ha dicho que la visión que sobre ello ofrecen los periódicos "no es la realidad".

Precisamente hoy el diputado de ICV en el Congreso, Joan Herrera, ha utilizado la expresión 'tea party' para referirse a la que se montó durante el desfile y lamentar que no haya habido una condena de los incidentes. El problema es que los que así reaccionaron ante Zapatero comparten ideario con algunos de los que se sentaban próximos al jefe del Ejecutivo, presidiendo la celebración. Y si no, que le pregunten a Aguirre por qué le dijo a la mujer del presidente de Cantabria, cuando ésta se quejó de los silbidos y abucheos durante el homenaje a la bandera: "Tranquila, tranquila, que a ti no te van a hacer nada, que están vallados a 500 metros. ¿O es que a tu marido (Revilla) no le pitan?. A mí también me pitan y me aguanto".

Al Tea Party original, el que opera en Estados Unidos, se le conoce por su odio a Barak Obama, Parece lógico pensar que aquí sea el odio a Zapatero lo que funcione como signo distintivo de sus imitadores.

En EEUU, el Tea Party promueve un endurecimiento de las leyes sobre inmigración y de las políticas frente a los indocumentados. Aquí, solo hay que echar un vistazo a lo que está proponiendo el PP catalán -impedir el empadronamiento de los 'sin papeles' y promover la delación de estas personas por parte de los ayuntamientos- para encontrar un nueva similitud.

En este punto, Aguirre -que no va a dejar que se le escape un solo voto en las ya cercanas elecciones- ha querido marcar distancias respecto a sus correligionarios catalanes porque, según ha dicho, "en la Comunidad de Madrid tenemos la inmensa suerte de haber acogido a un millón de personas de todos los países del mundo y en este momento podemos decir que Madrid no tiene ni un problema en este sentido". Pero sobre el espinoso asunto del empadronamiento, se ha escabullido como una anguila para no dar una respuesta concreta. El debate -ha dicho- se localiza en la "interpretación de la Ley en el sentido de si a los inmigrantes ilegales hay que empadronarlos o no". (...) "Hay mucha gente que piensa que un señor que viene con visado de turista no se le puede empadronar porque es una contradicción en sus propios términos que a un turista se le empadrone. Hay quien defiende que la Ley actual obliga a empadronar a los que tienen visado de turista y otros que tienen otra interpretación de la ley".

Y baste recordar que no hace ni un año que el Ayuntamiento de Torrejón, gobernado por el PP, siguió el ejemplo de Vic e impuso por su cuenta y riesgo restricciones al empadronamiento de inmigrantes, Después tuvo que rectificar, pero entretanto contó con el respaldo de Esperanza Aguirre y de su escudero, el vicepresidente Ignacio González.

El 'Tea Party' español se organiza: por lo pronto ya tiene 'lideresa'