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NUEVATRIBUNA.ES - 2.4.2009

El presidente del tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Francisco Javier Vieira, ha admitido que el lunes, un día antes de que el órgano que preside asumiera la investigación del caso Gürtel en lo que atañe a los aforados madrileños, mantuvo una comida con el número tres de Aguirre en la Comunidad, el consejero de Presidencia, Justicia e Interior y secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados.

Vieira ha insistido en que en dicha comida no hubo "ninguna zona oculta", aunque admitió que hablaron sobre el "caso Gürtel" que afecta a los diputados populares regionales Alberto López Viejo, Alfonso Bosh y Benjamín Martín Vasco. Ha añadido que en el almuerzo sólo se produjo "un cambio de impresiones en el que se trataron cosas que afectan a la Justicia".

El diario Público desvelaba este jueves la celebración de la comida que, irremediablemente, repite el patrón de la cacería que compartieron el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, el mismo fin de semana en el que se destapó la presunta trama de corrupción. A Bermejo esta coincidencia con el magistrado instrucor del caso le costó el cargo tras una agria campaña de desprestigio por parte del PP, que cargó sin contemplaciones contra la supuesta connivencia entre Bermejo y Garzón.

El sustituto del ministro cesado, Francisco Caamaño, que hasta ahora se ha caracterizado por no hacerse notar apenas, en contraste con su predecesor, ha llamado a la calma. En su opinión, "no es bueno" estar siempre "formulando imputaciones o conjeturas" respecto a las reuniones que los cargos públicos pueden mantener con políticos.

Independientemente de que se puedan extraer conclusiones o no de la comida del lunes, las formas tampoco parecen las más adecuadas cuando pesan serias acusaciones de corrupción sobre tres diputados regionales del grupo al que pertenece el señor Granados que van a ser investigados por el tribunal que preside el señor Vieira.

Por cierto que Caamaño ha respondido a las críticas del PP contra Garzón por su instrucción del caso Gürtel, manifestando su deseo de que este rechazo de los "populares" signifique su apoyo en el futuro a la posibilidad de otorgar a los fiscales el protagonismo en la instrucción penal. "Espero que el PP después de estas críticas reciba de buen grado el proyecto de Ley que queremos llevar a las Cortes", ha dicho el ministro, quien ha abogado por desligar las funciones del juez instructor y el fiscal otorgando mayor peso en la investigación penal a los representantes del ministerio público para convertir al magistrdo en un "juez de garantías".

Se trata de la primera vez que el ministro asume esta idea defendida en numerosas ocasiones por Mariano Fernandez Bermejo y que cuenta con el apoyo de la Fiscalía pero con el rechazo frontal del PP.

El presidente del TSJM admite que habló del caso Gürtel con Francisco Granados