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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 25.5.2010

Un buen ejemplo de lo que el PP entiende por "luchar contra la crisis" se ha vivido este martes en el Senado, donde los diputados 'populares' han sido capaces de gritar durante dos minutos "Zapatero, dimisión", acompañándose de golpes en el suelo y en la bancada. Los senadores del PSOE han hecho un amago de responder a los gritos aludiendo al 'caso Gürtel', pero la dirección ha frenado enseguida ese intento y se han conformado con aplaudir al presidente.

El detonante de la bronca ha sido la intervención del portavoz del PP en la Cámara Alta, Pío García Escudero, que ha reclamado a Zapatero que convoque elecciones anticipadas si tiene "un ápice de dignidad política" porque, a su juicio, "no está en condiciones de liderar nada".

El presidente le ha respondido que su partido ya perdió los comicios en 2004 y 2008 y que volverá a hacerlo en las próximas elecciones y le ha reprochado que "no le preocupa la crisis, le preocupan las elecciones, eso es lo que le preocupa". En ese momento, el Grupo Socialista se ha puesto en pie para aplaudir a Zapatero mientras que los senadores del Grupo Popular rompían a gritar pidiendo su dimisión.

El revuelo se ha prolongado durante al menos dos minutos, hasta que ha intervenido el presidente del Senado, Javier Rojo, que ha calificado de "lamentable" la imagen que estaban dando y les ha advertido de que "no se puede tolerar" ese comportamiento en un momento en que los ciudadanos están pidiendo soluciones a la clase política.

El recorte de 15.000 millones de euros para reducir el déficit ha sido el protagonista de la sesión de control al Gobierno, en la que el portavoz 'popular' ha llegado a calificar a Zapatero de "boxeador grogui" que sólo da "puñetazos al aire". García Escudero ha descrito al presidente como un "impostor político" que "pide sacrificios" a los ciudadanos "con cara de funeral", pero "no pide disculpas" por sus "rectificaciones" y sus desautorizaciones a su propio Gobierno, ni por su "falta de valentía" para hacer reformas económicas.

La réplica de Zapatero ha sido echarle en cara la falta de colaboración del PP para hacer frente a la situación: "Su política es 'no, nunca, jamás' a nada de lo que pueda ser positivo ni constructivo para nuestro país", le dijo, antes de afear a los 'populares' que "ni siquiera" escuchasen, que es "la primera condición de un demócrata".

"COMPRENDO QUE SU MUJER ESTÉ HARTA"

Poco antes de que el Senado se convirtiera en una especie de circo romano, la alcaldesa de Valencia, la también 'popular' Rita Barberá, se había despachado a gusto contra el presidente del Gobierno.

Entre otras cosas, le ha llemado "incompetente, ignorante, inmoral político y miserable" por sus medidas "salvajes" para afrontar la crisis, así como por su intención, según la alcaldesa, de "cargar" financieramente a los ayuntamientos la "quiebra real" de los servicios en España. Es más, Barberá ha anunciado su insumisión a la hora de pagar, siguiendo la estela de otros dirigentes del PP como Esperanza Aguirre con su rebelión contra la subida del IVA. Tras denunciar que los ayuntamientos, los pensionistas y los funcionarios tengan que "pagar el pato" del déficit público estatal, ha reiterado que el ayuntamiento de Valencia sólo acometerá recortes y abonará sus deudas con el Estado si dimite Zapatero: "Primero, que se vaya, y luego pagaremos".

Rita Barberá se ha referido así al decreto del Gobierno que, según publica hoy el BOE, prohíbe a los ayuntamientos recurrir al crédito a largo plazo entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2011. "Que pongan a otro que no mienta tanto y que no se pegue al sillón. Comprendo que su mujer este harta", ha bramado la alcaldesa y ha opinado que la rectificación de lo publicado ayer se ha debido a que "algo muy gordo que debió de pasar" anoche, relacionado con los apoyos parlamentarios del Gobierno, para que José Luis Rodríguez Zapatero se "asustara" ante la repercusión política que iba a tener un "decretazo" que ha tachado de "injusto e improvisado".

A su juicio, Zapatero no dijo "nada" del citado decreto en su encuentro de Elche del pasado domingo con alcaldes y ediles socialistas porque, de haberlo hecho, habría tenido que "salir corriendo" para esquivar los "guarrazos políticos" que le habrían propinado "sus propios concejales".

El PP se echa al monte