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NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. - 18.03.2009

Cerrojazo definitivo de la comisión de los espías tras la aprobación en pleno (por 65 votos a favor y 50 en contra) del dictamen elaborado por el grupo mayoritario del PP. Las portavoces de la oposición, Maru Menéndez (PSOE) e Inés Sabanés (IU), pidieron reiteradamente la dimisión de Francisco Granados al que señalan como máximo responsable político de la trama de espionaje. Pero el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, no fue el único protagonista de esta sesión.

Dos de los diputados del PP espiados, Alfredo Prada y Carmen Rodríguez Florez decidieron no acudir a la Asamblea de Madrid para no tener que votar las conclusiones de una investigación que les tacha de mentirosos al negar precisamente que hayan sido víctimas de seguimientos, “dos disidencias de carácter político” como las calificó Sabanés.

Ambos faltaron aunque tampoco se les esperaba. Al término del pleno, fuentes del Grupo Popular explicaron que Rodríguez Florez estaba enferma y que Prada se encontraba de viaje, unas ausencias de las que ambos se excusaron por teléfono, dijeron. Génova confirmó después a preguntas de este periódico que el ex consejero se encontraba en Milán, si bien no pudieron ratificar que éste hubiera llamado o no a su Grupo en la Asamblea para justificar su falta.

Prada ha acudido en muy pocas ocasiones al Pleno después de que saltará el escándalo y posiblemente le quede poco tiempo de calvario ya que su nombre se baraja para la candidatura que prepara Mariano Rajoy a las elecciones europeas. De hecho es miembro del equipo de campaña lo que le ocupará la mayor parte de su tiempo hasta la celebración de esos comicios.

En un intento por que quedará constancia de los escaños vacíos en la bancada popular, el PSOE pidió que la votación se realizara por llamamiento acogiéndose al artículo 125 del reglamento de la Cámara que dice que este sistema de votación se hará cuando un grupo parlamentario lo pida y siempre y cuando otro grupo mayoritario no se oponga.

No pudo ser. El PP impuso que la votación se realizara de manera ordinaria, cosa que tampoco pudo hacerse ya que según explicó la presidenta de la Asamblea, Elvira Rodríguez, había habido un problema en el sistema informático; la casualidad había hecho que cayera agua en un escaño lo que incrementó el desconcierto de sus señorías ya de por sí soliviantadas tras un debate tenso y lleno de acusaciones mutuas.

Pero de una u otra manera el resultado estaba cantado. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, asistió impasible a las críticas de la oposición y hablando tranquilamente por su ‘manos libres’. Tan solo se volvió antes de la réplica hecha por el portavoz de su grupo David Pérez, para darle alguna que otra instrucción al respecto.

El PP LLAMA AL PSM "TORQUEMADA PROGRESISTA"

Diez minutos de intervención inicial por cada portavoz y cinco de réplica y quedó despachado uno de los asuntos más turbios que ha vivido la Comunidad de Madrid al margen del ‘tamayazo’. La portavoz de IU calificó las conclusiones del PP de “dictamen exculpatorio para amparar la inmunidad” y señaló a Aguirre como responsable máxima de todo el desaguisado. “Usted se ha vinculado al futuro de sus hombres de confianza”, le dijo Sabanés, para quien Aguirre deberá finalmente rendir cuentas ya que el cerrojazo de la comisión significa �a su juicio- “el principio del fin de su impunidad”.

La portavoz del PSM abundó en estos argumentos denunciando la “ausencia clamorosa” de los dos diputados del PP, “la mejor muestra” �dijo- de que ha existido espionaje político en Madrid. En su intervención, Menéndez recurrió a la ironía para denunciar que el debate del dictamen no fuera retransmitido por la televisión pública madrileña. “En estos momentos, Telemadrid emite una película del oeste, ‘Sin ley, esperanza’, dijo. Para quien quisiera darse por aludido.

La arremetida de David Pérez no se hizo esperar volviendo a repetir �como ha venido siendo habitual en el tiempo que ha durado esta comisión fantasma- los mismos argumentos y las mismas críticas a la oposición. Todo es falso, es una infamia, un montaje, bla, bla, bla. Lo más novedoso que aportó el portavoz del PP fue llamar al PSM “Torquemada progresista”, que ya hay que tener imaginación.

En fin, esto está finiquitado y como se dice vulgarmente con todo el pescado vendido. Solo ha quedado clara una cosa: que nada ha quedado resuelto y que el Gobierno que preside Aguirre sigue bajo sospecha. Los espionajes, por muy chapuceros que fueran, se produjeron, sostiene la oposición, y tanto oscurantismo ya de por sí es un escándalo.

El cerrojazo ya es definitivo: los dos diputados del PP espiados, ni estuvieron ni se...