jueves. 25.04.2024

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Se va un ser imprescindible. Un hombre a quienes los políticos deberían copiar su ingenio. Él mismo que reclamaba Ortega y Gasset en 1932 durante los debates parlamentarios sobre el Estatuto de Cataluña

@jltorremocha | “Javier Krahe es un lujo que España no se merece”, dijo en una ocasión Joaquín Sabina. Compañero del trío La Mandrágora, y alumno del madrileño. Ambos han llevado la vida que han elegido. A su manera. Y se la han gozado.  Con la diferencia, en boca del jienense, que el cantautor y poeta madrileño poseía el título de aristócrata de la moral, y consiguió méritos inalcanzables para Sabina como aguantar más de 10 horas en un burdel sin consumir servicios sexuales y terminar siendo invitado por los dueños del local.  Hasta en el anecdotario, Krahe combinaba integridad y talento. 

Se va un ser imprescindible. Un hombre a quienes los políticos deberían copiar su ingenio. El mismo que reclamaba Ortega y Gasset en 1932 durante los debates parlamentarios sobre el Estatuto de Cataluña. “El político necesita de una imaginación peculiar, el don de representarse en todo instante y con gran exactitud cuál es el estado de las fuerzas que integran la total opinión y percibir con precisión cuál es su resultante, huyendo de confundirla con la opinión de los próximos, de los amigos, de los afines, que, por muchos que sean, son siempre muy pocos en la nación. Sin esa imaginación, sin ese don peculiar, el político está perdido”. 

Dones hacen falta en estos tiempos de primarias. Sin duda el examen que medirá el talento de los aspirantes a presidentes de gobierno. En el caso de quienes las promueven, tienen en el reto de convencer al electorado español que puede haber procesos de elección dentro de los partidos distintos a todos los anteriores conocidos. En su línea estratégica PP y  PSOE confluyen a la hora de poner en duda la democracia interna de otras fuerzas, porque no creen en ella  y por sus deseos de romper las espinilleras a Podemos. No muestran las mismas intenciones, aunque también pateen a los podemitas, Ahora en Común; la opción renovada de IU para no extinguirse; y Decide en Común, un partido encabezado por el ex socialista Alberto Sotillos;  que cuenta con el apoyo de Beatriz Talegón, su compañera de desahogos. 

Con tanto revuelo semanal y salvando las distancias, asistimos ante la versión de Eros y la civilización por parte de los políticos españoles. Eso sí: con otro final y estilo que en los versos de Krahe.

En un país sin cultura de primarias ciudadanas todo es más complicado hasta para quienes se las creen, que afrontan el reto de construir la narrativa de cambio desde lo interno.  Jamás hubo tanto interés en un proceso de este tipo antes de las Generales. Como afirmó Ortega y Gasset en 1932 España se halla tensa y fija en los políticos. “Pero no nos hagamos ilusiones: fija su atención, no su entusiasmo”. 

Ante esta situación Pablo Iglesias quiere emular a Manuel Azaña en su pragmatismo  cuando éste sacó adelante el Estatuto de Nuria. “Yo no sé, si es difícil o fácil, pero sea lo que sea hay que resolverlo”, dijo el presidente. Y lo consiguió. Como entonces, ahora más que nunca el éxito de Podemos dependerá en buena medida de cómo valore la sociedad española el liderazgo de Iglesias en este proceso. 

Todo sucederá los mismos días que Javier Krahe reciba todos los reconocimientos de quienes no le valoraron en vida. “Una vez muerto le harán 8.000 homenajes”, dijo Joaquín Sabina hace una década sobre el Georges Brassens ibérico, que no vendió 20.000 discos como el francés. Porque así somos. Tal vez tras su muerte llegue a esta cifra. Y España… Se parezca un poco a él.

Duelo de ingenio