jueves. 28.03.2024
TRUMP2

Contra toda expectativa democrática, que no todo pronóstico, Donald Trump se convierte hoy en el presidente de los Estados Unidos de América. Con él, se instalan en la Casa Blanca la derecha antipolítica, el racismo, la homofobia y el machismo. El dólar por encima de cualquier otro valor y un pensamiento retrógrado, arrogante y radicalmente insolidario. Ni los Bush, ni el mismísimo Reagan, que representaban e impulsaron el neoliberalismo más extremo levantaron tanta incertidumbre y miedo como lo hace el que será el 45º presidente estadounidense. Más allá de los cientos de análisis que su llegada al poder ha generado -el hombre espectáculo, maleducado, sin filtro alguno en sus declaraciones-, desde Izquierda Abierta queremos manifestar nuestra congoja y preocupación por lo que al mundo atañe: el peligro de la extrema derecha para la democracia se ha convertido en una realidad.

Llevamos años viendo cómo el capitalismo voraz y sus impulsores han ido comiendo terreno a las políticas más sociales en todo el planeta, esquinando y mermando valores democráticos hasta evidenciar que es un monstruo insaciable que está por encima de cualquier interés justo e igualitario. El neoconservadurismo impulsó el desequilibrio entre la libertad y la igualdad (no hablemos de la fraternidad, que siempre fue la asignatura pendiente) hasta tal punto que la figura de un fantoche multimillonario cuya máxima parece ser “todo lo que puedo pagar es lícito” va a decidir los designios de la primera potencia mundial.  

Estados Unidos no es Europa, ni por supuesto España, sin embargo su influencia geopolítica y estratégica, nos guste o no, marca el paso del llamado primer mundo en nombre de las democracias liberales. ¿Qué va a ocurrir cuando es una extrema derecha la que decide sobre las relaciones internacionales?

El capitalismo sin cortapisas produce monstruos, en lo político la extrema derecha. Trump ya no es un posible, es una realidad que se ha aprovechado de las consecuencias de la globalización en las clases medias y trabajadoras. Que un discurso anclado en lo identitario y en la idea calvinista de que poder y riqueza son los signos con que dios bendice a los buenos (lo que conlleva que los pobres lo son porque no saben comportarse) haya conseguido calar en tanta gente, demuestra que estamos llegando a unos límites muy peligrosos que pueden recordar a aquellos años 30, antesala del horror en Europa. Lo que ocurre en USA, no se queda en USA, y la llegada de Trump a la presidencia da impulso a las fuerzas políticas de la extrema derecha que amagan en Europa. Y fortalece el racismo, el machismo, la homofobia, la islamofobia y la insolidaridad con los más desfavorecidos y vulnerables.

EEUU decide sobre su destino. Sin embargo, nos preocupa y mucho que su política resulte explosiva para las relaciones internacionales al llevar al límite el cuestionamiento de los organismos de mediación y el desprecio por el derecho internacional, algo que no es nuevo desde una presidencia norteamericana, si bien en el caso de Trump puede llegar a extremos impensados a juzgar por las muestras que ha dado antes de iniciar su gestión.

Desde Izquierda Abierta pensamos que es necesaria una respuesta solidaria con los sectores sociales y las mayorías y minorías que se movilizan contra la toma de posesión de Donald Trump, así como con nuestros propios movimientos de solidaridad social, de género e internacionalistas. No se trata de ser alarmistas, sino de prepararse para hacer frente a un peligro anunciado.

Donald Trump