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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS 09.03.2010

“Les dejaba entrever que colaboraba con los servicios de inteligencia a nivel electrónico y operativo. Estaban convencidos de ello. Lo hacía con la simple, llana y tonta intención de sentirme importante y destapar mi propio ego. Me sentía bien si la gente me alababa”, confesó el acusado, José Antonio Expósito Serrano, a quien se conoce por ser la persona que escoltó al ex diputado del PSOE Eduardo Tamayo a un hotel para no asistir al pleno de investidura de Rafael Simancas, lo que llevó a una nueva convocatoria de elecciones y a la victoria de Esperanza Aguirre.

A preguntas de la fiscal, el procesado situó el origen de su “fantasía” en el trauma que le causó que le utilizaran como “recadero” los altos cargos del Banco Santander Central Hispano para quienes trabajaba como chofer. “Me hacían ir a por bolsas al Corte-Inglés y a por sus hijas. Eso me provocó un trauma que me llevó a crear todo esto. Me rodeaba un halo de misterio y acompañaba esa mentira”, confesó.

Expósito se enfrenta a 9 años de cárcel por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, usurpación de funciones públicas y otro continuado de falsedad en documento público. La fiscal le acusa de hacerse pasar por agente del CNI para darse mayor importancia de cara a la venta de información a diferentes empresas e instituciones a cambio de dinero.

En la primera sesión, el procesado reconoció que contó que había participado en operaciones terroristas como agente del CNI y que falsificó los distintivos de este organismo, descargando logotipos del CNI y confeccionando carnés falsos con una cartulina y “poniendo letritas”.

Relató que incluso llegó a repartir los carnés entre conocidos, incluido su hijo, porque era algo “poco visto” y les “hacía ilusión”. También colocaba distintivos en el coche para aparcar en lugares oficiales.

POLICÍAS ENGAÑADOS

Junto a Expósito, se sientan en el banquillo dos agentes del Cuerpo Nacional de la Policía, David G. y Jesús Esteban G., por dos delitos de revelación de secretos, por los que se enfrenta a cinco años de cárcel.

Según el ex guardaespaldas de Tamayo, solicitaba información a estos agentes, sin detallarles su finalidad. “No daba detalles. Era para temas relacionados con la seguridad del banco. Ellos pensaban que era agente del CNI. Me gustaba esa situación y me sentía valorado”, arguyó.

A preguntas sobre si utilizaba dicha información con la idea de “lucrarse suministrándola a diferentes empresas e instituciones a cambio de dinero”, el procesado insistió en que “nunca” pidió ninguna contraprestación económica a los policías y añadió que “sólo quería sentirse bien”.

Además, contó que llegó incluso a proponer a varios policías como colaboradores para participar en la creación de una nueva unidad de contravigilancia de los servicios de inteligencia. ¿Qué hacía con los currículos que le mandaban?, le preguntó la fiscal, a quien respondió: “Los rompía”.

“Cometí un error con todo el mundo. No quería desmentir esa mentira, pero jamás pensé que pudiera pasar esto”, se lamentó Expósito, quien se encuentra en tratamiento psiquiátrico desde que abandonó la prisión.

Por su parte, los agentes acusados defendieron ante el tribunal que accedieron a entregar la información porque pensaban que Expósito era un agente de los servicios de inteligencia. “Nos engañó”, manifestó uno de ellos.

FALSO AGENTE DEL CNI

En el escrito de acusación, el fiscal relata que Expósito se concertó con un agente de la Comisaría de Marbella y otro de la Comisaría de Centro de Madrid para que le suministraran información de carácter reservado y personal sobre personas de nacionalidad extranjera, así como vehículos, con la idea de “lucrarse suministrándola a diferentes empresas e instituciones a cambio de dinero”.

Para ejecutar dicho plan, los funcionarios suministraron al menos en veinte ocasiones a Expósito dicha información de diferentes ciudadanos, sobre todo de nacionalidad extranjera, y de vehículos.

Con la finalidad de darse mayor importancia de cara a la venta de la información, Expósito se hizo pasar por agente del CNI, identificándose como tal ante diferentes particulares, así como empleados de entidades públicas y empresas privadas.

“El acusado utilizaba papel con membrete o signos distintivos del CNI, gorras con escudos bordados del CNI, relojes con inscripciones grabadas del CNI, carteras del Ministerio de Defensa, luces azules similares a las de la policía y aparatos técnicos de escucha, escáneres y otros similares, así como chapas, carteras y supuestos carné con anagramas del CNI”, señala el fiscal, quien especifica que todo ello había sido confeccionado por el mismo o por otras personas.

Asimismo, Expósito realizó seguimientos, escuchas y vigilancias de diversas personas, “bien por sí mismo a través de otras personas a las que convencía de ser agente del CNI. El acusado les convencía de que les iba a contratar como agentes a su cargo.

De este modo, según el fiscal, llegaba a confeccionarles un carné y una placa del CNI, mediante copia y escaneado de las originales y posterior impresión de tinta con la fotografía y datos de la persona que iba a realizar las vigilancias.

Delirante declaración ante el juez del ex guardaespaldas del tránsfuga Tamayo