martes. 16.04.2024
BORRELL

“Si los grandes empresarios han estado callados, ¿cómo quiere usted que un ciudadano de a pie, humilde y vulnerable, hable?”, se pregunta Borrell

Josep Borrell se ha convertido en las últimas horas en una de las voces más críticas contra el desafió soberanista catalán después de su discurso este domingo en Barcelona con motivo de la multitudinaria manifestación contra la independencia que sacó a la calle a ciento de miles de ciudadanos catalanes que defienden la unidad de España.

El exministro socialista y expresidente del Parlamento Europeo volvía a insistir este lunes, en una entrevista en la Cadena Ser, que no se puede “mantener abierto el desafío al estado democrático” y a la vez “pedir negociación y diálogo”. Su reflexión en este sentido es contundente: “Las llamadas al diálogo son imprescindibles, todo el mundo quiere el acuerdo y evitar las situaciones irreversibles, pero vamos también a dejar el buenismo de lado y aceptar la realidad de manera operativa”, ha afirmado.

Borrell asegura que no esperaba la afluencia masiva de personas en la marcha de Barcelona y atribuye el silencio de estos años a “una cierta contención” por parte de la sociedad catalana” en manifestarse contra las tesis independentistas, ya que “si lo hacías, eras calificado de facha y de fascista”. A su juicio, “si los grandes empresarios han estado callados, ¿cómo quiere usted que un ciudadano de a pie, humilde y vulnerable, hable?”, se ha preguntado.

Sin embargo, Borrell no cree que esto haga mella en el grueso del independentismo catalán, al que ve instalado en la “irracionalidad” después de que dirigentes como Oriol Junqueras o Artur Mas dijeran que no se iba a producir la fuga de empresas en caso de una declaración unilateral de independencia y hora resten importancia a la situación que se está produciendo: “¿Cómo se puede decir un día una cosa y al día siguiente la contraria?”. También se ha referido a las últimas declaraciones de Mas asegurando que Cataluña no está preparada para la independencia: “¿Cuándo lo ha descubierto usted, señor Mas?, ¿se le aparecido algún poder sobrenatural?, ha ironizado, para constatar que “son inasequibles al razonamiento”.

Ante la posibilidad de que Carles Puigdemont declare este martes la independencia, Mas ha advertido que el Código Penal incluye el delito de rebelión, consistente entre cosas, en declarar la independencia de una parte del territorio nacional, un delito penado con hasta 20 años de cárcel.

El exdirigente del PSOE contempla un futuro incierto ya que los independentistas “van a impedir la tragedia, pero van a continuar la comedia”

El exdirigente del PSOE contempla un futuro incierto ya que los independentistas “van a impedir la tragedia, pero van a continuar la comedia”, ha dicho en alusión al posible pronunciamiento del president de proclamar pero no declarar la independencia tal y como ya viene avanzando el PDeCAT. En esta línea llevan tiempo instalados y recuerda las arengas de la presidenta el Parlamet, Carme Forcadell, llamando a “poner al Estado contra las cuerdas”, llamando a “provocarle” hasta “obligarle a usar la fuerza”.

Borrell también reprocha a las fuerzas independentistas en Cataluña la aprobación de las leyes del referéndum y de Transitoriedad con un respaldo minoritario en la Cámara autonómica, “colocándose al margen de la legalidad constitucional” y vulnerando “flagrantemente el Estatut”.

En su análisis de la situación, Borrell no olvida las causas que nos han llevado a esta encrucijada, a los “agravios” a los que se ha visto sometida buena parte de la ciudadanía catalana, cuando el Tribunal Constitucional tumbo el Estatut impulsado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, o las llamadas al boicot de los productos catalanes. Asimismo, echa en falta “un relato” de España: “Ellos tienen un relato y España no lo tiene, España no tiene quien la escriba”, ha dicho, para poner también encima de la mesa los amplios recursos con los que ha contado el independentismo catalán en las últimas décadas para hacer calar su mensaje y “fomentar el separatismo”, fuera y dentro de España.

“Hay que dejar el buenismo de lado y aceptar la realidad de manera operativa”