jueves. 28.03.2024
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Artur Mas y Puigdemont en una imagen de archivo.

La posible independencia de Catalunya sigue centrando el debate político. Deberíamos recordar, que al mismo tiempo en Catalunya pasan cosas y, muchas de ellas, están alejadas de ese debate político y afectan a la vida diaria. Para mí, la principal es la enorme crisis social en que está sumergida la sociedad catalana y que afecta muy negativamente a la calidad de vida de millones de personas.

¿Por qué no se habla del desastre social que sufre Catalunya?

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Todas las viñetas aquí utilizadas son del faro.info

La respuesta es sencilla, la mayoría de los dirigentes independentistas son neoliberales y sus políticas son las que han creado este desastre social en el que están inmersos y, en consecuencia, mejor no hablar de ello. Los políticos de la antigua Convergencia y del actual PDeCAT hacen las mismas políticas que las desarrolladas por Rajoy en el resto de España. Cuentan en esta ocultación con la complicidad y el silencio de los medios públicos y privados de la prensa.

Deben saber los catalanes, como el resto de españoles, que el PDeCAT ha votado junto al PP todas las leyes más regresivas que ha presentado Rajoy y que están en el fundamento de la crisis social en que estamos sumergidos Catalunya y el resto del Estado.

El problema de la posible independencia de Catalunya debería tener una respuesta política clara por parte del Estado español, el derecho a decidir que tiene todo pueblo. Mientras el PP impide que se pongan las urnas catalanas, aplaude, apoya y alienta que se pongan las urnas por parte de la oposición en Venezuela. ¿Cabe mayor desfachatez?

Un pueblo tiene el derecho a decidir sobre su futuro y el Estado debe permitirlo. No obstante, sería un fracaso para todos nosotros que Catalunya se fuera, porque significaría la incapacidad política para hacer frente a los problemas políticos desde la democracia.

En esto, el PP tiene el 99% de culpa en el problema catalán, porque los ha despreciado de forma sistemática -recuerden el boicot a los productos catalanes- y ha dejado pudrir el problema por su incapacidad política y su dogmatismo centralista.

Volviendo al tema social, veamos algunos datos que son muy significativos y que demuestran el desastre social promovido por el PDeCAT. En el año 2008, las rentas de trabajo significaban en Catalunya el 50%, en 2016 ya sólo el 46%. Sin embargo, no a todos los catalanes les ha ido mal, en el año 2008, las rentas del capital eran del 42%, en 2016 ya eran el 45%. Ya ven para quién ha hecho política el PDeCAT, porque esto no sucede por casualidad sino que es fruto de las políticas neoliberales aplicadas.

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Podemos comprobar el gran deterioro del mercado de trabajo catalán, en el año 2008 el 16% de los parados llevaban más de un año parados, en 2016 representaban el 53%. A este dato hay que añadir que el 71% de los parados catalanes no disponen de ninguna prestación.

Otro muestra más de la deteriorada situación laboral es la de los salarios. En el año 2008, el 10% de los trabajadores cobraban un salario por debajo de 9.221 euros anuales, en 2016, ese mismo 10% recibía 7.841 euros anuales, que representa una pérdida del 15% de su poder adquisitivo.

Si ya todo esto es escandaloso, debemos saber que el gasto en las cuestiones sociales realizado por la Generalitat ha provocado los recortes más intensos de todo el Estado español. La antigua Convergencia y ahora el actual PDeCAT han sido los campeones en los recortes, incluso por encima del Partido Popular.

Me pregunto ¿Mas y Puigdemont estarán satisfechos de sus políticas sociales? Me sigo haciendo preguntas y se deberían responder: ¿Por qué están apoyando las políticas más regresivas del centralista Partido Popular? ¿Por qué la prensa catalana obvia el desastre social de Mas y Puigdemont? ¿Dirá algo sobre estas cuestiones la izquierda catalana?

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Veamos algunos datos más del escarnio social producido por el PDeCAT:

El gasto social se ha reducido en un 17%, es decir, unos 3.500 millones anuales entre los años 2008-2016, en el momento que más poyo necesitaba la gente por la crisis económica. Sin embargo, no tuvieron dudas en embarcarse en proyectos faraónicos como los juegos del Mediterráneo en Tarragona.

El gasto educativo se ha reducido en un 17% en estos ocho años. Anteriormente, la educación catalana era un referente pedagógico para el país y ahora presenta unos resultados académicos bastante deficientes. El gasto sanitario ha disminuido en un 14%, pero además se han aumentado las privatizaciones y las derivaciones sanitarias a la privada. Es intolerable que fuera nombrado Conseller de Sanidad el presidente de la patronal catalana de medicina.

Otros datos que confirman el austericidio y también resultan sorprendentes, el gasto social en vivienda, que es uno de los factores determinantes en la vida humana ha disminuido en un 60%. El gasto en protección social se redujo en un 14%, el de promoción social en un 39% anual y el de fomento de la ocupación en un 25%. Todos los datos son superiores al del resto del Estado

Todos estos datos son muy esclarecedores de las políticas llevadas a cabo primero por Artur Mas y después continuadas por Puigdemont. Debemos recordar la frase que pronunció Artur Mas para justificar su deriva neoliberal del austericidio: “La austeridad nos hará más fuertes”.

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Debemos saber que Artur Mas apoyó con su Convergencia y posteriormente el PDeCAT todas las reformas fiscales propuestas por el PSOE y el PP, todos los recortes del gasto público, las dos reformas de las pensiones públicas; alabaron y apoyaron la reforma laboral del PP que ha provocado grandes niveles de desigualdad social que todos sufrimos. Recordemos cómo Convergencia apoyó la modificación constitucional del artículo 135º para imponer al pago prioritario de la deuda, sobre todas las necesidades del país.

Decir, como se hace ahora, que la crisis social de Catalunya ha sido impuesta a la población catalana por las políticas públicas aprobadas por el Estado español, es mentir de forma descarada y llamarnos tontos a la cara, porque el PDeCAT apoyó y alentó estas políticas regresivas a nivel económico y social del PP, porque en el fondo coinciden totalmente los dos partidos.

Defiendo el derecho a decidir de los pueblos con total convicción por ser la forma más democrática para los mismos. Entiendo pero no comparto en absoluto que se intente enmascarar la problemática social tanto en Catalunya como en España, pues ambas son fruto de las políticas desarrolladas por PSOE, PP y PDeCAT, y a estos partidos no les interesa mostrar sus vergonzantes resultados.

Para cambiar estas políticas tan devastadoras es preciso buscar un modelo económico y social más justo y que acabe poco a poco con la desigualdad económica y social que nos corroe. Esto pasa por la expulsión de estos partidos tanto de Madrid como de Barcelona y que sean sustituidos por fuerzas progresistas, que entiendan realmente el concepto de libertad y que el ser humano tiene derecho a una vida justa.

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Es hora de acabar con los engaños de los unos y de los otros. Luchemos siempre por la democracia, la justicia y la libertad.

¿Para cuándo la cuestión social en Catalunya?