jueves. 25.04.2024
Juan Soler desayunando con Esperanza Aguirre al poco tiempo de ser nombrado número uno del PP en Getafe.

…Desde El Norte de Castilla pasando por ABC y El País, medios de comunicación locales y nacionales, se hacían eco de su última “ocurrencia” de campaña: “El candidato popular al Ayuntamiento de Getafe, Juan Soler-Espiauba, ha aparecido varias veces en los mítines junto a Bob Esponja”.

Pero la ocurrencia en cuestión no le hizo la menor gracia a Smiley Entertainment, la empresa que tiene los derechos de explotación del personaje que no tardó en “exigir el inmediato cese de la referida actividad", además de amenazar con "proceder a plantear las acciones pertinentes ante la autoridad competente en tutela de sus legítimos derechos".

No era ésta la primera incursión del candidato del PP en el mundo infantil y juvenil en los últimos meses. El pasado 3 de abril, la Web de la Cadena Ser de Madrid abría su sección de información con la noticia del rechazo en Facebook a la publicidad del candidato del PP que había irrumpido en más de cuarenta páginas de alumnos, ex alumnos y profesores de colegios getafenses.

Para algunos, los que siguen habitualmente las crónicas políticas de la Puerta del Sol, eran conocidas las ansias de Esperanza Gil de Biedma, de terminar con ese “grano” que suponía lidiar con el obrero de toda la vida que es el Alcalde Socialista de Getafe y, tras varios intentos fallidos, encontró la solución a sus problemas: mandaría a uno de sus incondicionales, miembro destacado del sector más integrista del Partido Popular, Juan Soler-Espiauba Gallo, “más aguirrista que la propia Aguirre”, según fuentes de su Partido, para desbancar a Castro de la Alcaldía.

Una decisión personal que no ha estado exenta de polémica en sus propias filas y por partida doble. En primer lugar porque no era la primera vez que la presidenta recurría a su dedo nominador para poner y disponer de líderes locales, como podría dar fe el hasta hace escasos meses portavoz popular en Getafe, Carlos González Pereira, que sufría en sus propias carnes las decisiones en ambos sentidos de quien, años atrás, le había elevado a la portavocía y que fue cesado, no sin un cierto revuelo interno.

Los sectores conservadores de la ciudad, militantes locales “de toda la vida”, que asistían al desembarco masivo de fieles aguirristas provenientes de otras localidades, sin vinculación alguna con Getafe, veían con preocupación cómo, finalmente, terminaron por desplazarlos hacia posiciones secundarias de meros observadores.

En segundo lugar, la decisión de la presidenta tuvo el excepcional privilegio de cabrear tanto al sector más liberal del partido como al más conservador. En el caso de los primeros, porque el “protegido” nunca ha dudado en descalificar a cualquiera que pudiera oponerse a los designios de su mentora, utilizando las páginas de su Blog personal para incluir opiniones que no dejaban títere con cabeza (blog que, por cierto, le ordenaron cerrar cuando fue designado candidato y cuyo contenido, según las mismas fuentes del PP, causaba estupor).

Dos de los que sufrieron los envenenados juicios de Soler-Espiauba, fueron sus compañeros de Partido Iñaki Oyarzabal y Nacho Uriarte, a los que vaticinaba “un recorrido intelectual y profesional de mínimo fuste”, ya que ambos “… son personas que han trepado a puestos de responsabilidad dentro del Partido Popular con una formación académica, política y cultural digamos que limitada.”

Pero en su agitada actividad de “tirar” sobre propios y ajenos, y -según se recoge en una opinión publicada en un medio digital de Getafe-, “su supuesta orientación sexual, -que en otros ámbitos políticos y en la sociedad en general, se acepta y se vive con total normalidad- le causó más de un disgusto” y hasta los sectores más conservadores, políticos y católicos, con los que ideológicamente comulga, lo han señalado como persona “non grata” cuando presionó en algunos despachos de la Comunidad de Madrid a favor de COLEGAS (Colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales).

El malestar que causó fue de tal magnitud que una de las organizaciones más fundamentalistas de la llamada Masonería Blanca, Hazte Oír, organizó una recogida de firmas contra el Diputado de la Asamblea de Madrid, a través de una carta dirigida a Aguirre, en la que se podía leer: “Con sorpresa he tenido noticia por los medios de comunicación de que un diputado del PP, Juan Soler-Espiauba, está ejerciendo presiones sobre diferentes miembros de su gobierno con el objetivo de promover talleres de sexualidad dirigidos a niños a partir de los 6 años en el que se les enseñaría, entre otras cosas, a orinarse sobre sus compañeros (la llamada "lluvia dorada"), a probar las distintas orientaciones sexuales y el pretendido derecho a adoptar por homosexuales,…”.

En otra reciente ocasión, Soler-Espiauba, no tuvo el menor reparo en justificar los desmanes de Berlusconi después de que trascendieran sus orgías con menores de edad: “El centroderecha defiende la familia y la vida, independientemente de ello algunas personas de ese color político no saben resistir la tentación o incluso se entregan a ella aunque estén convencidos que lo correcto es no engañar a la propia con otras”.

Fuera de su espectro ideológico, el candidato popular, también llenó su blog de juicios con mandobles, entre los que destacan los que profirió a Trinidad Jiménez, entonces candidata a las elecciones primarias del PSOE madrileño, al afirmar que su acento "le hace más apta para Dos Hermanas o Vélez-Málaga". "Suena extraña y solo aparece por aquí para aspirar a un puesto. (...) Le faltan fondo y cuajo madrileño", comentó.

Afirmaciones que le valieron ser declarado persona non-grata en Vélez-Málaga y una reprimenda de algunos de sus propios compañeros de Partido que le obligaron a disculparse.

Entre destacados miembros de la parroquia popular, existe el convencimiento de que el desembarco de Soler es un grave error y un empeño de su Presidenta, que atribuyen a la coincidencia ideológica y a la proximidad personal. Las mismas fuentes recuerdan que uno de los principales méritos del “protegido” consistió en haberse pasado con armas y bagajes a las filas de Aguirre para vengarse de un Gallardón que “se lo había quitado de en medio”, primero, excluyéndolo de las listas a la Asamblea de Madrid en las elecciones de 1999 y, después, cesándolo por su presunta vinculación al escándalo del IMEFE en el que, se recordará, una empresa cobró 300 millones de pesetas por unos cursos que nunca se impartieron. Soler-Espiauba era en aquel momento Director de Formación de la Institución y sustituía al principal implicado en el caso, José Luis Solana, que había sufrido un accidente de tráfico meses antes.

Desde entonces, Soler se convierte en el protegido de Aguirre que, en la vendetta personal que mantiene con el Alcalde de Madrid, no duda en utilizarlo y designarlo para sustituirla en el escaño que dejó vacante en el Senado y nombrarlo Consejero de Caja Madrid, como pago a su fidelidad.

Fuerte de sus apoyos y con el beneplácito del todopoderoso Aznar, Soler Espiauba asciende a la dirección de la FAES para asumir un nuevo papel de adalid de las tesis neoconservadoras que inspira y fomenta el entonces Presidente, en claro contraste con el empeño de destacados miembros del ala liberal de Génova que reclamaban más moderación en los planteamientos.

Durante su etapa en la dirección de FAES, y según se recoge en las memorias anuales de la Fundación, Soler-Espiauba desarrolla una intensa actividad asistiendo a numerosos cursos y coordinando otros -como el celebrado el 12 de marzo de 2003 sobre el conflicto de Irak, en un claro intento por justificar la aventura belicista de Aznar, y cuya justificación en la Memoria Anual señala que “Sadam Husein se niega a cumplir las resoluciones de las Naciones Unidas que le obligan a explicar dónde se encuentran los arsenales de armas de destrucción masiva cuya existencia quedó comprobada no hace muchos años”-.

Pero el principal reproche que algunos populares hacen a su Presidenta regional en privado, es que su plan de desembarco en Getafe no es creíble. “Un plan –aseguran- que, a corto o a medio plazo, puede tener consecuencias insospechadas para la credibilidad del partido y para la propia Aguirre”. El hecho de que hubiera incluido a su protegido en el puesto 10 de su lista a la Asamblea de Madrid, se ha interpretado como la necesidad de “blindar” a Soler ante su más que probable fracaso el día 22. “Y eso –concluyen- los electores lo perciben”.

El otro aspecto que las mismas fuentes consideran un grave error de bulto, es el dato que Soler-Espiauba, ni reside ni está empadronado en la localidad; en definitiva, un candidato a la Alcaldía que no paga impuestos en Getafe y que ni siquiera se puede votar a sí mismo. “Y por si eso fuera poco –añaden-, más de un tercio –diez- de los miembros del Partido Popular que aspiran a obtener el acta de concejal, están en la misma situación que su jefe de filas: no viven, ni están empadronados en Getafe y, lo que es peor, no parecen tener la intención de quedarse”.

“Un Plan –concluyen-, que pone de manifiesto el profundo desconocimiento del comportamiento social de los vecinos de una ciudad de 170 mil habitantes, cuyo funcionamiento se rige por los mismos principios de un pueblo grande, en el que todos se conocen y están informados de todo cuanto ocurre”.

Crece el malestar en el PP con el candidato ‘aguirrista’ en Getafe