sábado. 20.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES 13.04.2010

Doña María Dolores de Cospedal se ha convertido en muy poco tiempo en alumna aventajada de la doctrina marcada por los ‘halcones’ de su partido. Siguiendo la estela de la que fuera su jefa, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, la secretaria general del PP se despachó este martes con unas explosivas declaraciones contra los dos sindicatos mayoritarios del país. Hasta ahora, ningún dirigente del PP –tampoco Mariano Rajoy- se había ‘mojado’ sobre la causa contra el franquismo y el proceso abierto a Baltasar Garzón por investigar los crímenes de la Guerra Civil y la Dictadura, pero la ‘número dos’ ha decidido cambiar las marchas para arremeter con dureza contra CCOO y UGT por el acto en apoyo al juez de la Audiencia Nacional.

"Es un atentado clarísimo contra la democracia, contra el Estado de Derecho y hacen muy poco favor a la democracia y a la independencia del poder judicial los sindicatos con estas actuaciones". Así se ha pronunciado Doña Cospe en una entrevista en Telemadrid donde ha calificado de “disparate” y “barbaridad” que se intente presionar al magistrado Luciano Varela, el mismo que ha imputado a Garzón por la también conocida como ‘causa de las fosas’.

Doña Cospe se siente “avergonzada” por las actuaciones de esa panda de rojos (que diría Aguirre) y llega incluso a decir que ella, “como muchos españoles”, se siente “orgullosa” de la Ley de Amnistía. Llegados a este punto, no le preguntaremos qué opina que los herederos del franquismo como Falange se erijan en parte acusadora de un proceso en el que todavía decenas de miles de españoles están enterrados en fosas clandestinas.

La escalada de improperios, salidas de tono y despropósitos va in crescendo. El PP se ha subido al burro de las críticas y de la insidia. Su estrategia de oposición se ha instalado en el aquí vale todo y Doña Cospe ha decidido aparcar la imagen de moderación de un partido que dice ser del centro derecha y pasar a la acción más descabellada de arremeter contra las instituciones del Estado y las organizaciones sindicales.

Pero Doña Cospe ya se quitó la careta el verano pasado mientras disfrutaba de unos días de descanso en Marbella. Sus palabras calentaron aún más un agosto en el que a falta de potencial informativo nada mejor que buscar un titular que no pasó a nadie desapercibido acusando al Gobierno de instaurar un “estado policial” y de utilizar a las instituciones para “perseguir al PP”. La mano derecha de Rajoy aseguró que el Ejecutivo ‘pinchaba’ los teléfonos de algunos dirigentes de su partido utilizando SITEL, un sistema de telecomunicaciones que creó el Ejecutivo de Aznar, con Rajoy de ministro y ella misma en plantilla en La Moncloa. Resultó que el ‘monstruo’ que diseñó el aznarismo se convirtió en un Frankenstein que acabó por atacar a sus creadores. Teoría un tanto surrealista, ¿no creen?

En esa escalada, Doña Cospe no ha dejado títere con cabeza. El caso Faisán aún colea. El PP lleva meses insistiendo con el supuesto chivatazo a ETA en el que el juez Garzón también se convirtió en el blanco de sus críticas por haber tenido “tapadito, muy bien tapadito” los documentos que demuestran el chivatazo.

La número dos del PP tiene enfilado al Ministerio de Interior con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza y por extensión a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ahora, siguiendo la doctrina de Francisco Álvarez Cascos, acusa a la policía de fabricar pruebas falsas para el sumario Gürtel que la elocuente Doña Cospe explica como “un conjunto de personas que se han aprovechado del PP”; se le olvida decir que además se han aprovechado del bolsillo de los españoles, pero claro, eso es un dato irrelevante para un partido que sigue creyendo que los votantes no les van a pasar factura en las urnas por las corruptelas y el ladronicio que han protagonizado algunos de sus dirigentes.

Un día, a Doña Cospe le preparan un buen desayuno cargado de ataques al PSOE por Filesa y Roldán; y otro, un café bien cargado para acusar al Gobierno de Zapatero de estar implicado en la Gürtel por las adjudicaciones a Teconsa.

No le gusta la policía, no le gustan los sindicatos, no le gusta la Fiscalía, no le gusta el CNI… En fin, de seguir así, va a terminar significándose como una dirigente antisistema.

Cospedal abre otro nuevo frente 'antisistema' y ataca a los sindicatos