sábado. 27.04.2024

Cobo: "Se montó una gestapillo. ¡Ojalá sepamos quién lo hizo!"

La trama de espionaje vuelve al primer plano de la actualidad con la declaración ante el juez del número dos de Gallardón. Nuevatribuna.es repasa los antecedentes de un culebrón cuya investigación cerró el PP en falso y que sigue teniendo como principal sospechoso al consejero Granados. Desde entonces no se ha producido ninguna destitución, ni siquiera del supuesto jefe de los espías, Sergio Gamón, alias Torrente, un ex policía que ha trabajado muchos años a la vera de Aguirre.
NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 02.02.2010

Casi un año después de la denuncia interpuesta por Manuel Cobo por el supuesto seguimiento al que fue sometido durante los meses de abril y mayo de 2008, la jueza de instrucción que lleva el caso del espionaje político en la Comunidad de Madrid, Carmen Valcárcel, escucho este martes la versión del vicealcalde por espacio de cuarenta minutos, concluyendo que existen “coincidencias” entre la agenda del número dos de Alberto Ruiz-Gallardón y los partes de seguimiento realizados por funcionarios de la consejería de Interior a las órdenes de Francisco Granados.

Cobo llegó este martes a las 9:50 horas a los juzgados de Plaza de Castilla acompañado por un letrado del Ayuntamiento de Madrid, donde le esperaban decenas de periodistas, para declarar como testigo. Con semblante serio, el vicealcalde se guardó sus declaraciones para la salida donde ratificó lo ya dicho en anteriores ocasiones, que en Madrid “se monto una gestapillo de la que él fue víctima junto con el ex consejero Alfredo Prada y el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, así como a la diputada del PP en la Asamblea de Madrid, María del Carmen Rodríguez Florez.

El vicealcalde, suspendido un año de militancia en el PP por sus críticas a Esperanza Aguirre, confía que la actuación de la justicia aclare quién ordenó estos seguimientos ilegales en una operación que él mismo calificó de “parapolicial”.

“En este procedimiento ojalá se sepa quién lo hizo. Desde el primer momento condené y lo sigo haciendo con la misma fuerza los seguimientos que se me hicieron a mí, a Prada y a González. A mi me gustaría que todos hicieran lo mismo, que no sólo cuando le afecta a uno o a un cercano, se pueda condenar. Me parece una actitud totalmente inmunda que se pueda buscar información para hacer daño a alguna persona”, aseguró a la prensa apostada a las puertas de los juzgados.

La jueza le llamó a testificar para comprobar la verosimilitud de los partes desvelados por el diario el País. “Efectivamente todos los días hay una coincidencia", manifestó Cobo, para quien "es verosímil" la relación entre los partes y sus actividades de trabajo en el despacho de la Vicealcaldía de Cibeles y otros lugares. En este sentido, consideró “llamativo” que una de las notas hechas por los supuestos espías afirmara la no localización de Cobo –“no salió de casa, dice el parte- coincidiendo con un viaje a Zaragoza que inició veinticuatro horas antes.

Pero, ¿es que alguien quería hacerle daño? Cobo no tiene dudas: “En este mundo puede haber ocasiones en las que determinadas personas quieren tener instrumentos, información, sobre determinadas personas, no lo sé, hay que preguntar a las personas que hicieron esos seguimientos para saber los motivos”.

LA FISCALÍA TOMÓ CARTAS EN EL ASUNTO

Su declaración como testigo respondió a la petición de la Fiscalía General del Estado después de que Telefónica facilitara los posicionamientos de los móviles utilizados por los supuestos espías para cotejarlos con la agenda del vicealcalde en el mes de abril, exactamente los días 1, 2, 3, 4, 7, 8 y 11. En mayo, la jueza incoó diligencias previas por un presunto delito de malversación de fondos públicos tras la denuncia presentada por Cobo el 29 de febrero de 2009. En dichas diligencias se sumó la denuncia presentada por Prada ante la Fiscalía de Madrid.

El tiempo coincide con la lucha de poder interna librada en el PP previa al Congreso de Valencia que apuntaló el liderazgo de Mariano Rajoy pese a los amagos realizados por la presidenta de la Comunidad de Madrid. Tanto Cobo como Prada se decantaron por el primero lo que al segundo le valió su destitución como consejero de Justicia.

GRANADOS, A LA CABEZA DE LA TRAMA DE ESPIONAJE

A petición de los grupos de oposición en la Asamblea de Madrid, se abrió una comisión de investigación que finalmente fue cerrada en falso. El asunto está en manos del Tribunal Constitucional después del recurso interpuesto por el Partido Socialista de Madrid.

Según el organigrama, todos los agentes dependían de la consejería de interior, a las órdenes de Francisco Granados. El consejero de Justicia e Interior y fiel escudero de Aguirre tenía bajo su cargo a varios ex guardias civiles a los que ficho y duplicó el sueldo: José Luis Caro Vinagre, José Oreja Sánchez y Antonio Coronado Martínez, los mismos que realizaron los supuestos seguimientos a Prada.

A su vez, Sergio Gamón, ex director general de seguridad, justicia e interior de la Comunidad de Madrid y jefe de los espías realizó varios fichajes a dedo de ex policías nacionales: José Manuel Rodríguez, Roberto Casielles y Belén Espartero. A su servicio también estaban dos técnicos auxiliares: José Palomo y José Manuel Pinto.

Ninguno de ellos ha sido destituido. Es más, Sergio Gamón –uno de los cuatro imputados en la causa, y al que se apodó 'Torrente'- continúa en un puesto virtual y bien remunerado dentro de la Comunidad de Madrid. Preguntado por ello, Cobo se limitó a decir que "cada uno nombra a quien quiere nombrar en sus respectivas responsabilidad" y añadió que, por eso, prefiere no pronunciarse al respecto.

Cobo: "Se montó una gestapillo. ¡Ojalá sepamos quién lo hizo!"