martes. 16.04.2024
soraya

Me he tomado la libertad de tomar prestado el apelativo acertadísimo del maestro Miguel Ángel Aguilar que tantas veces utiliza al referirse a Soraya Sáez de Santamaría, debido a la acumulación de poder de la Vicepresidenta y su control de la labor gubernativa del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Es normal que un presidente que sólo tiene el nombre del cargo pero que no ejerce como tal derive responsabilidades en su número dos, pero lo que no es normal es que Soraya se está convirtiendo en la presidenta en la sombra.

Sin embargo, la protagonista de este artículo no es ese poder acumulado sino la posible posesión de una base de datos que hace que sus intervenciones parlamentarias se conviertan en una ponzoña y en una revelación de que el Partido Popular se siente cómodo cuando se baja al barro, al chabacanismo y a convertirse en oposición de la oposición. Hay que analizar las intervenciones de la Vicepresidenta para darse cuenta que cuando se la interpela con preguntas parlamentarias su táctica es no decir nada y atacar al PSOE con datos y más datos para finalizar con el «y tú más». No habla ni da explicaciones, sólo echa en cara al principal partido de la oposición. Si se habla de Bárcenas, Soraya habla de los ERE’s. Si se habla de la ley de mordaza o de la privatización de los Cuerpos de Seguridad del Estado, Soraya ataca con la gestión de Rubalcaba en el Ministerio del Interior. Y así siempre. Seguramente, si Soraya Rodríguez la interpelara con el color de los calzoncillos de Rajoy, Soraya Sáez de Santamaría respondería que cuando gobernaba el PSOE los calzoncillos de Zapatero eran más horteras.

Un cerebro normal no puede tener frescos tal cantidad de datos y reproches. Por tanto está claro que debe poseer una base de datos que hace que cada asunto tenga su réplica en el «y tú más» o en la herencia recibida. Pero una base de datos así cuesta mucho dinero mantenerla o mucho tiempo para generarla. ¿Dispone Soraya de un departamento de documentación que mantiene viva esa base? ¿La gestiona ella sola? Son preguntas que no tendrán respuesta, pero lo que está claro es que la base de datos de Soraya es una gran base de datos que le prepara sus intervenciones parlamentarias. Ella no necesita más.

Sin embargo, esta actitud de la Vicepresidenta para todo lo que hace es emponzoñar aún más a los políticos de cara a la calle. Esas respuestas basadas en el «y tú más» o en la herencia recibida sin responder verdaderamente a los problemas planteados por la oposición que casualmente coinciden con problemas reales de los españoles o con preocupaciones de los ciudadanos lo que hacen es que la clase se separe más del pueblo porque lo que éste ve en las intervenciones de la vicepresidenta es que los políticos van a lo suyo y defienden antes los intereses de partido que los intereses de los gobernados.

Las respuestas de Soraya y el «y tú más» que abandera define una obsesión casi patológica hacia los partidos de izquierda, sobre todo el PSOE y esconde una estrategia definida de desprestigio de la política y la actividad parlamentaria, ya que la política desprestigiada favorece al PP que tiene una base electoral de 9 millones de votantes, mientras que elimina la amenaza de la izquierda primero por su fragmentación y segundo por el sentido crítico del votante progresista. El desprestigio de la actividad parlamentaria también es un arma de la derecha, ya que da paso al populismo que encierra su propia ideología y que históricamente se ha visto no sólo en España, sino en otros países de Europa.

Soraya y su base de datos de escarnios contra la oposición son el reflejo del desprecio a la política de la derecha española. ¿Merecemos que alguien así siga gobernando? No, y que esto no se eternice depende de los ciudadanos.

La base de datos de Soraya, 'Vicepresidenta para todo'