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NUEVATRIBUNA.ES - 28.08.2010

Lo que no hizo en sus ocho años de mandato lo hace ahora: pisar suelo melillense. El ex presidente José María Aznar, allí donde ve la oportunidad de criticar a Zapatero es donde se dirige. Los problemas entre Marruecos y España de las últimas semanas han sido la mejor excusa para dejarse ver y “apoyar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los ciudadanos de Melilla”.

Fiel a su estilo ha decidido dirigirse a la frontera en plenas negociaciones sin siquiera avisar al ministerio de Interior de su visita y entrevista con el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, el mismo que contribuyó a encender los ánimos la semana pasada criticando al Rey de Marruecos.

El presidente de honor del PP, ha llegado en torno a las once de la mañana y se ha desplazado directamente a la frontera de Beni-Enzar, donde ha permanecido unos minutos departiendo con policías y miembros de la Guardia Civil. Tras esto, se ha desplazado al centro de la ciudad, donde ha desayunado de manera informal con Imbroda, también presidente del PP regional.

Aznar ha estado acompañado por su hijo Alonso y por el diputado del PP por Melilla, Antonio Gutiérrez. Mientras se dirigía al Palacio de la Asamblea, donde será recibido de forma oficial por Imbroda para entrevistarse en su despacho, el presidente de FAES ha estado rodeado por una quincena de personas entre acompañantes y personal de seguridad.

Al término de la entrevista realizará declaraciones y almorzará con el presidente Imbroda. A primera hora de la tarde, Aznar tenía previsto visitar la rehabilitación de las murallas históricas de la ciudad.

DE PONS A AZNAR

Aznar llega a Melilla después de que lo hiciera el enviado de Rajoy, Esteban González Pons, quien también se vio con Imbroda para después hacer un recorrido por el perímetro de la frontera.

Tras esto, Pons exigió al Gobierno que recupere la "zona de nadie" en la frontera con Marruecos para evitar lo que calificó como un "conflicto grave". A su vez, el vicesecretario de comunicación del PP reclamó al Ejecutivo marroquí que ponga "orden en su lado".

Pons llegó a calificar la situación en la frontera como de "máxima tensión" y a advertir que es "muy fácil" que se produzca un "conflicto".

PP, ‘SOLIDARIDAD’ Y MELILLA

La secretaria general del PP considera que la actuación de su partido es "de solidaridad con Melilla, con su pueblo y con su presidente, que se ha sentido desasistido por el Gobierno de su país". "El único mensaje del Ministerio del Interior ha sido a través del delegado del Gobierno", ha asegurado De Cospedal. En dicho mensaje, Interior le pedía a Pons que no visitara la frontera, algo con lo que el vicesecretario de comunicación del PP fue "extremadamente respetuoso".

Lo que no ha terminado de aclarar la conservadora es por qué Aznar sí ha visitado la frontera, tras la advertencia del Ministerio. "Los ciudadanos españoles se pueden mover libremente por toda España", se ha limitado a decir De Cospedal, que no lo considera una provocación, ya que "visitar territorio español y estar con ciudadanos españoles no es una provocación".

Tampoco ha querido entrar a las declaraciones del ministro de Fomento, José Blanco, que ha acusado al ex presidente del Gobierno de no haber visitado nunca Melilla cuando era jefe del Ejecutivo. De hecho, De Cospedal asegura que Aznar lo hizo como presidente, aunque en aquella ocasión fue en un acto de campaña del PP.

Por último, ha vuelto a exigir al Gobierno que entable "gestiones diplomáticas en la zona" y que "la zona de seguridad deje de estar ocupada por el Gobierno de Marruecos".

AZNAR Y PEREJIL

Durante el mandato de José María Aznar las relaciones entre España y Marruecos sufrieron varias hostilidades, como la retirada por parte del Gobierno marroquí por tiempo indefinido de su embajador en Madrid, a lo que le siguió inmediatamente la suspensión inmediata de la Reunión de Alto Nivel (RAN).

Pero el momento álgido de su crisis con el vecino del sur se produjo cuando una docena de gendarmes marroquíes ocuparon el desértico islote de Perejil, el 11 de julio de 2002,que se justificó desde Rabat como parte de su estrategia dentro de "la lucha contra la inmigración clandestina y el terrorismo".

La reconciliación tardaría quince meses en llegar, ya que a Aznar no se le ocurrió otra opción que salir a la reconquista de Perejil en una operación en la que participan 28 soldados de los tres ejércitos. El ex presidente también trajo de vuelta al embajador español en Marruecos. La Unión Europea criticó duramente a España por dañar las relaciones con Rabat.

Aznar: el hombre que reconquistó Perejil da lecciones sobre Melilla