sábado. 20.04.2024
Nacido en el municipio de Allariz, en 1959 (aunque, posteriormente, se crió en Vigo) y a pesar de que iba para futbolista -hasta el punto de que el Elche, entonces en Segunda, le ofreció un contrato profesional como delantero centro-, este enamorado del Celta acabó marcando goles en la política. Su periplo universitario se fraguó en Santiago, donde inició Medicina y terminó diplomándose en Enfermería.

Galicia vivía los tiempos de la transición y Quintana, de la mano de su paisano Suárez Canal, entró en el nacionalismo de izquierdas y participó en la fundación del BNG en 1982. Nunca militó en la hegemónica UPG, aunque siempre estuvo muy próximo a ella, a través del propio Canal y del actual regidor de Allariz, Francisco García.

Precisamente fue allí, en su ayuntamiento natal, en las riberas del Arnoia, donde se hizo famoso. Primero, al encabezar la revuelta que lo llevó al consistorio en 1989, y después, durante su mandato, que se prolongó hasta el año 2000, y durante el cual hasta la Unión Europea reconoció la transformación urbanística y ecológica de este concello de poco más de 5.000 habitantes, reconvertido en gran capital del BNG. Tan solo quedó su intento fallido de ser diputado al Congreso por Ourense en el 2000 y su nombramiento como senador por la comunidad autónoma hasta el 2004, para que, entre medias, en el 2003, llegase su designación como Portavoz Nacional y como aspirante a presidir la Xunta. Se fraguaba la gran esperanza del nacionalismo.

En el 2005, con un Fraga/PP en retroceso, y con un Prestige que aún pervivía en la retina de muchos gallegos, Quintana supo capitalizar el descontento de los votantes para, de la mano del PSdeG, firmar un bipartito y pisar moqueta de la Xunta por primera vez en su historia. El candidato lograba un éxito para el nacionalismo, aunque no superaba, ni igualaba, el récord de los 18 escaños logrados por Beiras en 1997.

Anxo Quintana, el político que introdujo al nacionalismo en la Xunta