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NUEVATRIBUNA.ES 09.10.2009

Una salida amañada, honrosa a ojos de la opinión pública y adecuada para no dañar la imagen de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Esperanza Aguirre ha vuelto a salir airosa de uno de los mayores escándalos políticos que se conocen en los últimos tiempos tras expulsar del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea a los tres diputados imputados en la trama de corrupción Gürtel. La decisión se tomó sin mediar con la dirección nacional del partido. Aguirre no habló de ello con Mariano Rajoy (cuya relación está cada vez más distanciada) aunque sí lo hizo el jueves con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, según ella misma desveló.

En rueda de prensa tras presidir el comité ejecutivo del PP de Madrid, Aguirre se jactó de haber asumido “responsabilidades políticas” tras levantarse parte del secreto del sumario y reiteró que no pretendía ponerse “de ejemplo para nadie”, dijo en referencia a la rama valencia de la Gürtel. “En Valencia no hay ninguna persona imputada. De momento, hay una sentencia que dice que ni el señor Camps, ni el señor Costa, ni los otros imputados han cometido ningún cohecho y han sido exonerados de toda culpa” por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia. El argumento es el mismo que mantiene Génova para justificar la inacción.

Alberto López Viejo, Alfonso Bosch Tejedor y Benjamín Martín Vasco permanecerán en el Parlamento regional como diputados ‘rasos’. Para ello se creará ex profeso la figura jurídica del diputado ‘no adscrito’, de tal forma que no puedan constituirse en grupo parlamentario (en este caso el Mixto tal y como fija el Reglamento de la cámara) y beneficiarse de los privilegios. Aguirre ya se comprometió a reformar la normativa en su discurso de investidura en 2003 pero no ha sido hasta este momento cuando el PP ha movido ficha. La presidenta de la Comunidad de Madrid sigue confiando en la inocencia de los tres imputados –a los que se ha sometido a un “juicio mediático”, afirma-, pero considera que mientras se produzca la sentencia “es mejor que abandonen el Grupo Parlamentario Popular”.

Su firmeza en este punto contrasta con una actitud más comprensiva ante la negativa de los diputados a abandonar sus escaños. Aguirre mantiene que se lo pidió pero dice entender la decisión de éstos. “Yo les pedí que abandonaran los puestos de diputados, pero los abogados les recomiendan que no lo hagan”. Según la presidenta madrileña “los políticos imputados se ponen en manos de sus abogados en los que confían de la misma manera que las mujeres confían en sus ginecólogos”.

Si López Viejo, Bosch Tejedor y Martín Vasco dejaran su escaño perderían inmediatamente su condición de aforados y sus causas volverían a la Audiencia Nacional, a manos del juez Baltasar Garzón, posibilidad que Aguirre no quiere que se produzca bajo ningún concepto, afirman fuentes cercanas a la presidenta. En este sentido sus críticas a las escuchas telefónicas ordenadas por el magistrado son muy reveladoras. “La violación del derecho a la intimidad es algo muy grave. El interferir las conversaciones de un presunto delincuente con su abogado y transcribirlas al periódico yo eso no lo he visto hacer ni con los etarras. Seguro que se les han interferido conversaciones, pero no las he visto publicadas”.

Según Aguirre, “nadie resiste un análisis de la transcripción” de una conversación telefónica y confesó que en las últimas horas había hablado con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, advirtiéndole de que pudieran tener pinchado el teléfono: “Mira, esta conversación tuya y mía tan santa nos puede costar el cargo a las dos”, asegura que le dijo.

Aguirre no quiere bajo ningún concepto que la Gürtel de Madrid vuelva a manos...