nuevatribuna.es
26 de octubre de 2009, 15:09
NUEVATRIBUNA.ES 26.10.2009
Un nuevo lunes negro asaltó el cuartel general del PP con las explosivas declaraciones efectuadas al diario El País por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, que entre otras cosas, tacha a Esperanza Aguirre de “intervencionista” e “hipócrita” y le acusa de organizar una gestapillo para espiarle.
En una decisión de última hora, la presidenta del PP de Madrid convocó de manera urgente –en un nuevo pulso a Rajoy- al comité disciplinario de su partido para analizar las palabras del número dos de Alberto Ruiz-Gallardón al que le parece de “vómito” el hecho de que “personas cercanas” a Aguirre estén tratando de impedir que Rodrigo Rato sea presidente de Caja Madrid.
El propio alcalde trató la cuestión con Mariano Rajoy en el comité de dirección celebrado a primera hora de la mañana. Las primeras reacciones del PP de Madrid no tardaron en llegar. “El asunto es muy grave, no se descarta nada, ni siquiera la expulsión”, aseguraron fuentes cercanas a la presidenta.
Sin embargo, el comité regional no tiene competencias para abrir un expediente a Cobo dado que es miembro del Comité Ejecutivo Nacional, máximo órgano de decisión entre congresos, por lo que la rápida actuación de la presidenta sólo se explica como un gesto cara a la galería.
Tras una reunión de casi hora y media, se acordó por unanimidad elevar las quejas al Comité Nacional de Derechos y Garantías, acogiéndose al artículo 49 de los Estatutos del partido que establece que la competencia de dicho órgano es “irrenunciable e indelegable” cuando se trata de un miembro de cualquiera de los órganos nacionales del PP, como es el caso de Cobo.
Desde el entorno de Gallardón, que ha respaldado lo dicho por su número dos, se insiste en esa idea: “Aguirre no tiene ninguna competencia”, por lo que deberá ser la dirección nacional la que tome una decisión al respecto, es decir Rajoy. La semana pasada, el alcalde instaba al presidente del PP a tomar cartas en el asunto de Caja Madrid por su trascendencia nacional después de que Aguirre no ocultara sus intenciones de lanzar a su vicepresidente Ignacio González, candidato cuestionado por La Moncloa y por la dirección del PP. El último en pronunciarse fue el presidente fundador Manuel Fraga que no sólo no respalda a González sino que también ha hecho un llamamiento a la dirección del partido en la línea del alcalde.
Visiblemente molesta, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no quiso reconocer en la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva que la competencia no la tiene el partido de Aguirre, y aunque criticó a Cobo por airear cuestiones internas del partido en un medio de comunicación, se remitió a la decisión que adoptara el PP de Madrid: “Hay que esperar a que el regional actúe”, dijo.
Aunque la dirección nacional reprocha al vicealcalde hacer pública la batalla que se libra en el seno del PP a raíz de la presidencia en Caja Madrid, nadie se atreve a pronosticar que este episodio acabe con la expulsión de Cobo, tal y como quiere Aguirre, ya que supondría cuestionar también la figura de Gallardón uno de los dirigentes populares que más está respaldando públicamente la gestión y liderazgo de Rajoy.
Pero el asunto Cobo no es el único frente abierto para el líder del PP. La dirección nacional, que cerró en falso la crisis del PP valenciano, se vio obligada a afirmar de manera rotunda que Ricardo Costa ya no es secretario general del PPCV y eso pese a que sigue figurando como tal. Cospedal también negó que los tres presidentes provinciales hayan actuado a espaldas al presidente Francisco Camps, aunque no dio más detalles alegando que “no da información sobre sus conversaciones privadas”.
La guerra por el control de Caja Madrid no es más que un “excusa”, así lo entienden algunos dirigentes del partido, para reabrir el debate sobre el liderazgo de Rajoy, muy cuestionado también por la gestión sobre la trama de corrupción Gürtel. Por lo pronto y como viene siendo habitual en él, el jefe de la oposición guarda silencio y evita responder a preguntas de la prensa como hizo anoche en una conferencia de Antonio Basagoiti en el Club Siglo XXI, donde no escatimó elogios para el presidente del PP Vasco, al que calificó como un hombre de “fiar” y “previsible”.
“Da gusto iniciar una intervención hablando bien de quien se merece que hablen bien”, dijo a sabiendas de que todas las miradas estaban puestas en él. Rajoy destacó que Basagoiti se dedica “honradamente y en cuerpo y alma a la política y le situó como un “puntal” del PP. Es osado y resuelto, y tiene la franqueza del que dice las cosas mirando de frente y el sentido del humor como recurso inteligente de aquel que ama la vida, la libertad, el sentido común y de quien ha vivido en la adversidad política casi siempre”, afirmó.
En el mismo acto, Fraga defendió que la decisión sobre la presidencia de Caja Madrid la debe tener el presidente del PP y someterse a la “disciplina de partido”.
Un nuevo lunes negro asaltó el cuartel general del PP con las explosivas declaraciones efectuadas al diario El País por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, que entre otras cosas, tacha a Esperanza Aguirre de “intervencionista” e “hipócrita” y le acusa de organizar una gestapillo para espiarle.
En una decisión de última hora, la presidenta del PP de Madrid convocó de manera urgente –en un nuevo pulso a Rajoy- al comité disciplinario de su partido para analizar las palabras del número dos de Alberto Ruiz-Gallardón al que le parece de “vómito” el hecho de que “personas cercanas” a Aguirre estén tratando de impedir que Rodrigo Rato sea presidente de Caja Madrid.
El propio alcalde trató la cuestión con Mariano Rajoy en el comité de dirección celebrado a primera hora de la mañana. Las primeras reacciones del PP de Madrid no tardaron en llegar. “El asunto es muy grave, no se descarta nada, ni siquiera la expulsión”, aseguraron fuentes cercanas a la presidenta.
Sin embargo, el comité regional no tiene competencias para abrir un expediente a Cobo dado que es miembro del Comité Ejecutivo Nacional, máximo órgano de decisión entre congresos, por lo que la rápida actuación de la presidenta sólo se explica como un gesto cara a la galería.
Tras una reunión de casi hora y media, se acordó por unanimidad elevar las quejas al Comité Nacional de Derechos y Garantías, acogiéndose al artículo 49 de los Estatutos del partido que establece que la competencia de dicho órgano es “irrenunciable e indelegable” cuando se trata de un miembro de cualquiera de los órganos nacionales del PP, como es el caso de Cobo.
Desde el entorno de Gallardón, que ha respaldado lo dicho por su número dos, se insiste en esa idea: “Aguirre no tiene ninguna competencia”, por lo que deberá ser la dirección nacional la que tome una decisión al respecto, es decir Rajoy. La semana pasada, el alcalde instaba al presidente del PP a tomar cartas en el asunto de Caja Madrid por su trascendencia nacional después de que Aguirre no ocultara sus intenciones de lanzar a su vicepresidente Ignacio González, candidato cuestionado por La Moncloa y por la dirección del PP. El último en pronunciarse fue el presidente fundador Manuel Fraga que no sólo no respalda a González sino que también ha hecho un llamamiento a la dirección del partido en la línea del alcalde.
Visiblemente molesta, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no quiso reconocer en la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva que la competencia no la tiene el partido de Aguirre, y aunque criticó a Cobo por airear cuestiones internas del partido en un medio de comunicación, se remitió a la decisión que adoptara el PP de Madrid: “Hay que esperar a que el regional actúe”, dijo.
Aunque la dirección nacional reprocha al vicealcalde hacer pública la batalla que se libra en el seno del PP a raíz de la presidencia en Caja Madrid, nadie se atreve a pronosticar que este episodio acabe con la expulsión de Cobo, tal y como quiere Aguirre, ya que supondría cuestionar también la figura de Gallardón uno de los dirigentes populares que más está respaldando públicamente la gestión y liderazgo de Rajoy.
Pero el asunto Cobo no es el único frente abierto para el líder del PP. La dirección nacional, que cerró en falso la crisis del PP valenciano, se vio obligada a afirmar de manera rotunda que Ricardo Costa ya no es secretario general del PPCV y eso pese a que sigue figurando como tal. Cospedal también negó que los tres presidentes provinciales hayan actuado a espaldas al presidente Francisco Camps, aunque no dio más detalles alegando que “no da información sobre sus conversaciones privadas”.
La guerra por el control de Caja Madrid no es más que un “excusa”, así lo entienden algunos dirigentes del partido, para reabrir el debate sobre el liderazgo de Rajoy, muy cuestionado también por la gestión sobre la trama de corrupción Gürtel. Por lo pronto y como viene siendo habitual en él, el jefe de la oposición guarda silencio y evita responder a preguntas de la prensa como hizo anoche en una conferencia de Antonio Basagoiti en el Club Siglo XXI, donde no escatimó elogios para el presidente del PP Vasco, al que calificó como un hombre de “fiar” y “previsible”.
“Da gusto iniciar una intervención hablando bien de quien se merece que hablen bien”, dijo a sabiendas de que todas las miradas estaban puestas en él. Rajoy destacó que Basagoiti se dedica “honradamente y en cuerpo y alma a la política y le situó como un “puntal” del PP. Es osado y resuelto, y tiene la franqueza del que dice las cosas mirando de frente y el sentido del humor como recurso inteligente de aquel que ama la vida, la libertad, el sentido común y de quien ha vivido en la adversidad política casi siempre”, afirmó.
En el mismo acto, Fraga defendió que la decisión sobre la presidencia de Caja Madrid la debe tener el presidente del PP y someterse a la “disciplina de partido”.
