viernes. 19.04.2024
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Los sondeos electorales han dado la voz de alarma sobre el poder que están adquiriendo las nuevas fuerzas de izquierda

Estamos viviendo una época convulsa, llena de incertidumbres sobre lo que nos depararan los acontecimientos que están por venir. Nada es lo que era, se han perdido las referencias y las certezas. No existen los líderes con carisma que hagan propuestas que marquen un camino de futuro que sea creíble y que ilusione. Esta situación es un  terreno abonado para los osados y valientes que se lanzan a la aventura que supone  levantar el ánimo encogido del personal, que ya sólo se estira ante una incursión de Ronaldo o un slalom de Messi.

En Andalucía surgió hace año y medio Susana Díaz en medio de una crisis muy seria del PSOE andaluz, valentía y ambición no le faltan. Durante este tiempo ha demostrado su capacidad de liderar un proyecto político y acercarlo a la gente, aunque  carezca del  necesario respaldo de las urnas. Se ha trabajado un perfil de autoridad cuando habla y de convencer cuando explica. Es decir, ha establecido un liderazgo que nadie discute en el seno del Partido y que ha consolidado la opinión pública andaluza. Y aunque aún le queda mucho por recorrer, de hecho está en los comienzos, en estos momentos aparece como un valor sólido y fiable ante el electorado andaluz.

En el gobierno de coalición que preside y que heredó de José Antonio Griñán, nunca se ha sentido muy cómoda. Es verdad que los socios de IU han sido leales y, salvo las inevitables patadas por debajo de la mesa, el gobierno ha funcionado bien y ha sido provechoso para Andalucía, hay que señalar que frente a las políticas aciagas del PP, ha sabido plantar cara y maniobrar en beneficio de los principios de la socialdemocracia, dentro del escaso margen de maniobra que le permite la ley, lo que ha supuesto marcar una clara diferencia con las políticas neoconservadoras del Gobierno del PP.

Pero de todos era sabido que las tensiones entre los socios de gobierno se harían patentes en la recta final del mandato. Siempre ocurre lo mismo en todos los gobiernos de coalición, pero en este caso, además, concurren circunstancias especiales.

Ha surgido una fuerza política como Podemos que nace en el seno de la izquierda y fruto del cabreo ciudadano. Tiene un gran potencial para aglutinar votos radicales, desencantados y abstencionistas de la izquierda. Su talón de Aquiles es que aún están inmersos en un proceso organizativo, que está próximo a finalizar, y que le puede restar eficacia. El tiempo corre a su favor.

También es muy importante la debilidad del PP andaluz. A la caída que experimenta a nivel del Estado hay que añadir la debilidad del líder elegido por Rajoy, Juan Manuel Moreno Bonilla. Tras la marcha de Arenas, al no poder ser Presidente de la Junta en su “viegésimo” intento, el PP no encuentra a nadie que dirija el Partido con la fuerza necesaria para ganar con contundencia unas elecciones, primero fue Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla y un líder de transición como él mismo se definió a la espera del mirlo blanco que condujera al PP a la victoria. Moreno Bonilla ha seguido la partitura de Arenas y va por el mismo camino de estrellarse porque no han aprendido que su problema no es sólo de líderes, sino de estrategia política. Allá ellos. En cualquier caso todavía es un líder poco conocido y el tiempo también corre a su favor.

Otro factor a tener en cuenta es que IU se encuentra con un debate interno que dura desde que entró a formar parte del Gobierno y que ahora se ha agudizado. Una parte importante de la militancia, con significados líderes a la cabeza, han estado siempre en contra de esta postura adoptada por la dirección y refrendada por una votación interna de todos los militantes. El nacimiento de Ganemos y Podemos en Andalucía tiene mucho que ver con ese descontento de militantes y simpatizantes que, a través de plataformas ciudadanas, han pasado a militar en las nuevas formaciones políticas. Los sondeos electorales han dado la voz de alarma sobre el poder que están adquiriendo las nuevas fuerzas de izquierda. Para frenar ese ascenso la dirección de IU se encuentra en una encrucijada; por un lado agotar el mandato le permite sacar adelante un paquete de leyes que definen su perfil de izquierdas y demostrar la eficacia que se tiene cuando se gobierna; pero por otro lado su presencia en el gobierno le impide establecer alianzas con esas fuerzas emergentes de la izquierda en los Ayuntamientos cara al resultado electoral de mayo, teta y sopas no caben en la boca. Antonio Maíllo tiene un serio problema que debe resolver pronto, porque no es lo mismo salir de un gobierno por voluntad propia, a que te echen disolviendo el Parlamento.

El PSOE tiene pendiente de su cabeza las investigaciones de la jueza Alaya sobre los distintos casos que afectan al Gobierno de la Junta y a destacados miembros del Partido. Unas investigaciones que también encaran su recta final y que pueden estallar en las proximidades de las elecciones andaluzas, como por otro lado es habitual en esta jueza. El tiempo corre en contra de los intereses del PSOE.

Por razones diferentes a Podemos, al Partido Popular y a Izquierda Unida, no les interesa un adelanto electoral

Por razones diferentes a Podemos, al Partido Popular y a Izquierda Unida, no les interesa un adelanto electoral, mientras que el PSOE se encuentra con fuerza, bien liderado y con los sondeos electorales a favor, el paso del tiempo le perjudica porque puede verse envuelto en los líos judiciales pendientes. Blanco y en botella.

Tampoco conviene perder de vista que unas elecciones en Marzo y ganadas por Susana, favorece el resultado de las municipales de mayo y consigue lo que le falta, un refrendo popular a su mandato.

Faltan las razones para disolver el Gobierno pero la presidenta se ha apoyado en la falta de confianza en IU, porque han acordado un referéndum para el mes de junio con el fin de valorar si continúan en el gobierno y, además, el Vicepresidente Valderas ha anunciado un viaje a los campamentos saharauis. Maíllo se ha apresurado a decir que no piensa convocar referendum alguno y Valderas está reconsiderando su viaje. Pero el sólo hecho de haberlo dicho ha suscitado en la Presidenta la sensación de inestabilidad para su gobierno. Vale.

Así es que los andaluces seremos los primeros en pasar por las urnas en este año que se perfila como una permanente campaña electoral. Es de desear que todos estos procesos electorales desemboquen en algo que mejore las condiciones de vida de los ciudadanos, porque si no…


Por Herminio Trigo | Exalcalde Córdoba

Porqué se adelantan las elecciones en Andalucía