nuevatribuna.es
30 de enero de 2010, 12:45
NUEVATRIBUNA.ES - 29.1.2010
En un acto celebrado esta mañana en el Camino de Santiago, Esperanza Aguirre, que charlaba con su vicepresidente, Ignacio González, y la consejera de Medio Ambiente, Anabel Mariño, sobre Caja Madrid, ha afirmado: "Yo creo que hemos tenido una inmensa suerte de poder darle un puesto a IU quitándoselo al hijo de puta".
Aunque la presidenta no lo menciona de forma expresa, del contexto de la conversación se desprende que Aguirre se refería a la lucha por el control de Caja Madrid y a su principal rival en el conflicto, que no es otro que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. No obstante, sólo cabe especular ya que en la charla, que se ha producido prácticamente cuchicheando, se escuchan también los nombres de, Javier López, del presidente de la CEIM, que representa a los empresarios madrileños, Arturo Fernández, y de Miguel Corsini, ex presidente de Renfe.
Lo que sí es un hecho es que las tensiones entre Aguirre y Gallardón, con altibajos pero no resueltas, han aflorado una vez más tras la propuesta de suspender durante un año al vicealcalde Manuel Cobo por haber arremetido contra la presidenta regional cuando ella intentaba imponer a Ignacio González, en la presidencia de Caja Madrid frente a Rodrigo Rato.
El encargado de efectuar el primer disparo fue, este jueves, el número dos de Aguirre en el PP madrileño. Francisco Granados, consejero de Justicia e Interior, dijo que si él fuera alcalde no tendría como portavoz a una persona suspendida de militancia en el partido. Cobo no tardó en responder:"En ningún momento me tendría a mí ni de portavoz ni de nada. Yo no sería nada con el señor Granados. Sé que no me nombraría nada y yo no aceptaría nada". Y aprovechó para reprochar a Granados que mantenga a su servicio a Sergio Gamón, imputado por el caso del espionaje en Madrid.
La pelea entre los escuderos apenas sirve para camuflar la guerra de verdad, la que enfrenta a los primeros espadas por el deseo que tienen tanto Aguirre como Gallardón de dar el salto a la política nacional. La 'lideresa', una vez fracasados sus intentos de moverle la silla a Mariano Rajoy, parece haberse resignado. Al menos esa es la sensación que trata de transmitir en público. Pero lo que no podría soportar es que su rival entrara en la carrera para suceder al líder y no se contara con ella. Su opinión al respecto quedó muy clara cuando saboteó la inclusión del alcalde en la candidatura del PP para las generales de 2008.
LA PRESIDENTA SE JUSTIFICA
Esperanza Aguirre ya ha salido al paso de los comentarios sobre sus palabras asegurando a elmundo.es que no se refería a Gallardón sino a uno de sus consejeros (de Caja Madrid, se entiende) y que no tiene ninguna duda de que es un santo y su madre también. Por parte de Izquierda Unida, el Coordinador de la Presidencia y Portavoz Regional, Gregorio Gordo, ha querido dejar claro que su formación tiene los puestos que le corresponden en el consejo de la entidad y que nadie le ha regalado nada. Además, ha interpretado la declaración de la presidenta regional como una continuación de la pelea interna del PP madrileño.
En un acto celebrado esta mañana en el Camino de Santiago, Esperanza Aguirre, que charlaba con su vicepresidente, Ignacio González, y la consejera de Medio Ambiente, Anabel Mariño, sobre Caja Madrid, ha afirmado: "Yo creo que hemos tenido una inmensa suerte de poder darle un puesto a IU quitándoselo al hijo de puta".
Aunque la presidenta no lo menciona de forma expresa, del contexto de la conversación se desprende que Aguirre se refería a la lucha por el control de Caja Madrid y a su principal rival en el conflicto, que no es otro que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. No obstante, sólo cabe especular ya que en la charla, que se ha producido prácticamente cuchicheando, se escuchan también los nombres de, Javier López, del presidente de la CEIM, que representa a los empresarios madrileños, Arturo Fernández, y de Miguel Corsini, ex presidente de Renfe.
Lo que sí es un hecho es que las tensiones entre Aguirre y Gallardón, con altibajos pero no resueltas, han aflorado una vez más tras la propuesta de suspender durante un año al vicealcalde Manuel Cobo por haber arremetido contra la presidenta regional cuando ella intentaba imponer a Ignacio González, en la presidencia de Caja Madrid frente a Rodrigo Rato.
El encargado de efectuar el primer disparo fue, este jueves, el número dos de Aguirre en el PP madrileño. Francisco Granados, consejero de Justicia e Interior, dijo que si él fuera alcalde no tendría como portavoz a una persona suspendida de militancia en el partido. Cobo no tardó en responder:"En ningún momento me tendría a mí ni de portavoz ni de nada. Yo no sería nada con el señor Granados. Sé que no me nombraría nada y yo no aceptaría nada". Y aprovechó para reprochar a Granados que mantenga a su servicio a Sergio Gamón, imputado por el caso del espionaje en Madrid.
La pelea entre los escuderos apenas sirve para camuflar la guerra de verdad, la que enfrenta a los primeros espadas por el deseo que tienen tanto Aguirre como Gallardón de dar el salto a la política nacional. La 'lideresa', una vez fracasados sus intentos de moverle la silla a Mariano Rajoy, parece haberse resignado. Al menos esa es la sensación que trata de transmitir en público. Pero lo que no podría soportar es que su rival entrara en la carrera para suceder al líder y no se contara con ella. Su opinión al respecto quedó muy clara cuando saboteó la inclusión del alcalde en la candidatura del PP para las generales de 2008.
LA PRESIDENTA SE JUSTIFICA
Esperanza Aguirre ya ha salido al paso de los comentarios sobre sus palabras asegurando a elmundo.es que no se refería a Gallardón sino a uno de sus consejeros (de Caja Madrid, se entiende) y que no tiene ninguna duda de que es un santo y su madre también. Por parte de Izquierda Unida, el Coordinador de la Presidencia y Portavoz Regional, Gregorio Gordo, ha querido dejar claro que su formación tiene los puestos que le corresponden en el consejo de la entidad y que nadie le ha regalado nada. Además, ha interpretado la declaración de la presidenta regional como una continuación de la pelea interna del PP madrileño.
