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NUEVATRIBUNA.ES 19.06.2009

“Volveré a ser candidato en 2011. No sé si usted lo será”.

Con esta frase de cierre, lapidaria para el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, y clarificadora para Génova y el presidente del PP, Mariano Rajoy, el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón consiguió eclipsar este viernes el debate sobre el estado de la ciudad y la política local para volver a ser protagonista después de meses recluido en la que sin duda está siendo su gran apuesta: la candidatura olímpica para 2016.

La Plaza de la Villa acogió el segundo debate de política general de la ciudad de esta legislatura ante la expectación sobre si Gallardón optará por tercera vez a la alcaldía en las elecciones municipales de 2011. Hace tan solo unos días, Rajoy declaraba su deseo de que fuera así, pero el alcalde negó responder a la espera del momento oportuno. Su habilidad de manejo de los tiempos quedaba reflejada con este anuncio que vació de contenidos el pleno del ayuntamiento dejando a la oposición con un palmo en las narices y un solo titular: Repetirá.

“Se presenta porque le ha obligado Rajoy”, aseguraba en corrillos un concejal socialista. Pero, ¿será David Lucas también candidato? El PSM aún no lo ha decidido. Algunos de sus dirigentes apuestan por él, pero los más veteranos creen que de nuevo será un “peso pesado”, quizá un ministro como lo son ahora Trinidad Jiménez y Miguel Sebastián, que tras perder en los comicios no quisieron permanecer cuatro años en la oposición.

Gallardón se ocupó de repetir estas cosas. Defendió su larga trayectoria en la política madrileña y reprochó al PSOE que siga echándole en cara que no quiere ser alcalde. En realidad y una vez despejada la duda sobre si Rajoy volverá a aspirar a la presidencia del Gobierno en 2012, al alcalde no le queda otra que permanecer en el ayuntamiento. Ello no le impedirá ser diputado en el Congreso (está vez sí) o incluso en el Senado donde podría tener voz asumiendo la portavocía. Después de eso ya se verá, como buen corredor de fondo (como él mismo se califica), ahora toca retirarse de la carrera por la sucesión en el PP y lanzar un mensaje de tranquilidad y de apoyo sin fisuras a los ‘marianistas’. Su anunció supone también un respiro para el PSOE (no en el ayuntamiento, donde tiene difícil ganarle) pero sí a nivel nacional donde sería un hueso duro de roer a diferencia de Rajoy.

A Gallardón le queda por tanto camino por recorrer y a los grupos de la oposición mucho que aprender también. Llamativa fue la postura que adoptó el portavoz de Izquierda Unida, Ángel Pérez, quien molesto por cómo se habían establecido los tiempos y el formato del debate (y la razón nadie se la quita) hizo una corta intervención y terminó por abandonar el pleno durante la última réplica del portavoz socialista, desaprovechando la oportunidad de exponer sus planteamientos de oposición al PP.

Fue un debate bronco, de cruce de acusaciones, de murmullos y de protestas por las que, en más de una ocasión, el vicealcalde Manuel Cobo que presidió la sesión, tuvo que llamar al orden a los concejales. La mano derecha de Gallardón se permitió el lujo de responder a las críticas de Pérez por el formato del debate y hasta reprochar al socialista (quien también se sumó a las mismas) de que a compañeros suyos del PP en Sevilla o Barcelona no se les concede más tiempo, comentario que estaba fuera de lugar para una función institucional como la que estaba ejerciendo.

Pero el ambiente estaba tenso. El portavoz socialista sacó a relucir el ‘caso Guateque’ que ya salpica a la cúpula del ayuntamiento. El asunto alteró tanto a Cobo que dirigiéndose al líder del PSM, Tomás Gómez, sentado en la tribuna de invitados junto a la portavoz socialista en la Asamblea, Maru Menéndez, le recordó que “no una, ni dos, ni tres, sino muchas veces” había recibido las llamadas del socialista para que agilizase la licencia para la nueva sede del PSM.

Los temas locales saltaron con facilidad a la política nacional. David Lucas subrayó la importancia del fondo local aprobado por el Gobierno de Zapatero y que para Madrid ha supuesto una inversión de 554 millones de euros. “Usted hace folletos en los que habla del fondo Zapatero (�) Es como si nosotros llamásemos a la T-4 la “T-Aznar”, ironizó Gallardón, para resaltar que los fondos eran públicos, dinero de los contribuyentes y no del presidente del Gobierno.

Por lo demás, poco que añadir. Después de cumplir el rápido trámite (Gallardón quería que este debate se celebrase después del verano), el alcalde estará los dos próximos meses de avión en avión dedicado por entero a que Madrid sea sede de los JJOO en 2016.

¿Por qué repite Gallardón?