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NUEVATRIBUNA.ES / ISABEL G. CABALLERO 19.02.2010

Su objetivo es convertirse en presidente de la Comunidad de Madrid y asegura no tener miedo a unas primarias para la elección de candidatos como preconiza un sector del PSM. Tomás Gómez se dio este viernes un baño de adhesiones dentro de su propio partido en un desayuno informativo al que acudieron destacados dirigentes socialistas como la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, y los presidentes del Congreso y del Senado, José Bono y Javier Rojo respectivamente.

El lehendakari Patxi López fue el encargado de hacer la pertinente presentación en un salón del hotel Palace de Madrid abarrotado de gente. El dirigente vasco no escatimó en elogios hacia Tomás Gómez al que calificó como “un gran político, un gran compañero de partido y un gran amigo”. En esta línea destacó su “humildad”, su “capacidad de gestión”, su “compromiso” y su ausencia de ambición por convertirse en una “estrella mediática”. López destacó que Madrid “necesita un liderazgo claro” y defendió la figura del líder de los socialistas madrileños para llevar a cabo esa tarea.

El mensaje de Patxi López adquiere relevancia en un momento en el que en el PSM se debate el liderazgo de un proyecto que pretende arrebatar el poder al PP en las elecciones de 2011 y cuando se está cuestionando la propia gestión de la ejecutiva regional encabezada por el ex alcalde de Parla. Significativa fue la presencia de Pajín, en ausencia de José Blanco, así como la de la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor y otros miembros de la Ejecutiva Federal como Pedro Zerolo. Pero no fueron los únicos, Jaime Lissavetzky, Gregorio Peces-Barba, y hasta Nicolás Redondo acudieron al acto en el que también estuvieron presentes miembros de la dirección del PSM como la portavoz en la Asamblea Maru Menéndez, otros dirigentes como Pedro Castro, David Lucas (del que alabó su labor como portavoz en el Ayuntamiento de la capital), alcaldes socialistas, diputados regionales como José Cepeda o Matilde Fernández y nacionales como Álvaro Cuesta. Tampoco faltaron destacados empresarios como Florentino Pérez y Arturo Fernández, que se acercaron a saludar personalmente a Gómez.

Gómez esgrimió un discurso de tinte nacionalista español en materia de política energética –su apuesta es un plan energético para el conjunto del país- y una sanidad pública universal. A su juicio “hay cierta inercia” por parte de todos los gobiernos centrales “por intentar no entrar en algunas cuestiones sanitarias que puedan tomar las comunidades autónomas”. Respondía así al desencuentro con la titular de Sanidad Trinidad Jiménez, tras su decisión de no entrometerse en la Ley de Libertad de Elección aprobada por Esperanza Aguirre que tantas críticas está suscitando. Gómez también hizo hincapié en la que será su propuesta electoral en materia educativa y su determinación por convertir a Madrid en una “potencia económica y financiera”. Tampoco olvidó los servicios públicos, cuando algunas voces de su propio partido le reprochan su ambigüedad en este tema, para decir que la educación y la sanidad pública madrileña serán prioridades de su gobierno.

Pero si un asunto despertó morbo en la ronda de preguntas abierta tras su intervención fue su proclamación o no como candidato. “Ni Zapatero me ha dicho que lo vaya a ser ni Blanco que no lo vaya a ser”, afirmó. Tomás Gómez pone a su partido como “el único que tiene que decidir” su candidatura y si para eso tiene que someterse a un proceso de primarias lo hará: “Yo fui alcalde después de un proceso de primarias, como voy a temer a unas primarias”, dijo dirigiéndose a Rosa Alcalá (también presente en el acto y ahora diputada regional) que se midió con él para la alcaldía de Parla. Ahora bien, Gómez precisó que para que haya unas primarias en el PSM tiene que haber otro candidato “y eso ya no depende de mí”, sentenció.

Significativa fue la presencia de Rafael Simancas, distanciado desde hace tiempo de Gómez y en general de la vida interna del partido. El ex secretario general se quedó hasta el final del acto pero uno y otro evitaron el saludo y eso que mediaban pocos metros entre ellos. También estuvieron presentes algunos dirigentes de la llamada Plataforma Socialista por el Cambio como el portavoz César Giner.

El desayuno dio para mucho, tanto que hasta salió a relucir el ‘tamayazo’. Gómez reconoció algunos errores del pasado en el PSM y el hecho de colocar en las listas de 2003 a “dos indeseables, dos indecentes” en alusión a Tamayo y Sáez. En cualquier caso derivó el tema como un asunto del pasado y lanzó un mensaje optimista: “tenemos una organización cohesionada y sólida” y que, pese a haber “perdido ocho años, los vamos a recuperar en cuatro”.

Tampoco olvidó Gómez un guiño a IU como futuro aliado de su gobierno. En este sentido y en presencia del coordinador general de esta formación, Gregorio Gordo, el líder del PSM tendió una mano: “Son aliados, tenemos relaciones estupendas y mucho trabajo por delante”, afirmó. Gómez se mostró convencido de poder ganar en las autonómicas de 2011 y aseguró que los sondeos que él maneja dan al PP la pérdida de la mayoría absoluta en la comunidad, “primera condición”, dijo para el triunfo de la izquierda, ante un PP que “está erosionado”.

"Ni Zapatero me ha dicho que sí, ni Blanco me ha dicho que no"