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7 de noviembre de 2009, 13:43
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 6.11.2009
Y eso a pesar del esfuerzo de Aguirre y Gallardón por mostrarse cordiales durante los tres cuartos de horas que ha durado el acto de inauguración del intercambiador de la plaza de Castilla. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que se ha referido a Gallardón en su discurso como "excelentísimo señor alcalde de Madrid" mientras que éste la llamaba "querida Esperanza", tiene clavada su derrota en Caja Madrid y no es probable que haya perdonado el desafío de mantener a Manuel Cobo en sus cargos municipales a pesar de la sanción impuesta por Génova.
Lo que no ha sido posible es arrancarles alguna declaración sobre su enfrentamiento, a pesar de que decenas de periodistas lo han intentado y de que Aguirre iba calzada, en esta ocasión, con un tacón bien alto. "Sois vosotros los de los tacones", ha contestado cuando desde el otro lado de la barandilla le hacían preguntas como "¿Les sienta bien enterrar el hacha de guerra?". La única concesión de cara a la galería ha sido ese único beso. Después, ante la presión de los informadores, Aguirre y Gallardón han comenzado a caminar juntos mientras contemplaban una exposición de autobuses antiguos y leían los paneles sobre el plan de intercambiadores impulsados por Comunidad y Ayuntamiento.
El recorrido ha continuado sin más declaraciones, pero con muestras de cierta distancia entre los dos políticos madrileños, que, si bien caminaban juntos, han actuado, en momentos, por separado. Así, mientras el alcalde ni siquiera se ha parado ante dos bandejas de pasteles que les ofrecía una panadería del intercambiador, la presidenta sí lo ha hecho, aunque ha rechazado los dulces porque, como ha comentado, ayer se había "pesado".
En otro momento, el alcalde se ha asomado al interior de uno de los vehículos antiguos, pero sin Aguirre, que permanecía en el exterior obviando las peticiones de los fotógrafos que querían que posaran juntos. Gallardón, más relajado que la presidenta regional, no ha podido evitar las bromas. Al principio de su intervención, ha comentado: "No puedo expresar más que mi más profunda gratitud por el interés 'indisimulado' y generosidad de los medios de comunicación para informar de esta inauguración".
Acabado el acto, han caminado juntos hasta sus respectivos coches oficiales para dirigirse al calado del túnel de la futura línea de Cercanías entre Chamartín y la T-4 del aeropuerto de Barajas.
Y eso a pesar del esfuerzo de Aguirre y Gallardón por mostrarse cordiales durante los tres cuartos de horas que ha durado el acto de inauguración del intercambiador de la plaza de Castilla. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que se ha referido a Gallardón en su discurso como "excelentísimo señor alcalde de Madrid" mientras que éste la llamaba "querida Esperanza", tiene clavada su derrota en Caja Madrid y no es probable que haya perdonado el desafío de mantener a Manuel Cobo en sus cargos municipales a pesar de la sanción impuesta por Génova.
Lo que no ha sido posible es arrancarles alguna declaración sobre su enfrentamiento, a pesar de que decenas de periodistas lo han intentado y de que Aguirre iba calzada, en esta ocasión, con un tacón bien alto. "Sois vosotros los de los tacones", ha contestado cuando desde el otro lado de la barandilla le hacían preguntas como "¿Les sienta bien enterrar el hacha de guerra?". La única concesión de cara a la galería ha sido ese único beso. Después, ante la presión de los informadores, Aguirre y Gallardón han comenzado a caminar juntos mientras contemplaban una exposición de autobuses antiguos y leían los paneles sobre el plan de intercambiadores impulsados por Comunidad y Ayuntamiento.
El recorrido ha continuado sin más declaraciones, pero con muestras de cierta distancia entre los dos políticos madrileños, que, si bien caminaban juntos, han actuado, en momentos, por separado. Así, mientras el alcalde ni siquiera se ha parado ante dos bandejas de pasteles que les ofrecía una panadería del intercambiador, la presidenta sí lo ha hecho, aunque ha rechazado los dulces porque, como ha comentado, ayer se había "pesado".
En otro momento, el alcalde se ha asomado al interior de uno de los vehículos antiguos, pero sin Aguirre, que permanecía en el exterior obviando las peticiones de los fotógrafos que querían que posaran juntos. Gallardón, más relajado que la presidenta regional, no ha podido evitar las bromas. Al principio de su intervención, ha comentado: "No puedo expresar más que mi más profunda gratitud por el interés 'indisimulado' y generosidad de los medios de comunicación para informar de esta inauguración".
Acabado el acto, han caminado juntos hasta sus respectivos coches oficiales para dirigirse al calado del túnel de la futura línea de Cercanías entre Chamartín y la T-4 del aeropuerto de Barajas.
