El trabajo doméstico es de muchísimo valor pero no está lo suficientemente valorado
Los cambios legislativos acometidos en los últimos años para regular la situación laboral de los empleados de hogar no han servido para acabar con la discriminación que sufren estos trabajadores en materia de protección laboral. Así lo puso de manifiesto el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España, Joaquín Nieto, durante una comparecencia informativa a petición propia, este martes en la Comisión de Empleo del Congreso de los Diputados.
“El trabajo doméstico es de muchísimo valor pero no está lo suficientemente valorado”, indicó, ya que no se trata solo de ocuparse de las labores del hogar, sino que en muchas ocasiones estas mismas personas se dedican al cuidado de ancianos y niños. "No sólo implica la limpieza de las casas, sino también el cuidado de los seres más queridos", ha dicho.
Solo el 9% de los empleados domésticos a nivel mundial tiene los mismos derechos que el resto. El otro 91% de los empleados domésticos, según ha señalado Nieto, no cuenta con un salario adecuado, ni con los tiempos habituales de descanso, con derechos de maternidad o con la correspondiente protección social.
53 millones de personas en el mundo son empleados de hogar, alrededor de 700.000 en España, donde el 90% son mujeres y el 50% inmigrantes y más de la mitad se encuentra en situación de economía sumergida, sin cotizaciones a la seguridad social y sin acceso al derecho al desempleo.
SOLO TRES PAÍSES EUROPEOS HAN RATIFICADO EL CONVENIO DE LA OIT
Nieto resaltó el hecho de que a diferencia de otros sectores, los empleados del hogar se han incrementado en los años de crisis, con lo que se sitúa como un sector en alza con un importante impacto económico. A nivel mundial, se ha pasado en 20 años de 33 millones a 53 millones de trabajadores.
Por todo ello, el responsable de la OIT en España, insta al Estado español a ratificar cuanto antes el convenio 189 y la recomendación de la OIT sobre trabajadores domésticos que solo ha sido ratificado por un total de 11 países, y en Europa, por Italia, Alemania y Bélgica.
